La Princesa Del Pirata

El joven Capitán de nombre Mirco pasaba cada minuto que podía con ese pequeño cocinero que le había volado la cabeza por completo. No entendía qué le pasaba, pero la atracción era increíble. Sentía como si algo los conectara, como si un delgado hilo lo atara a ese muchacho, mismo que era sumamente delicado y suave.

Se sentía tentado a tocarlo, quería saber si su blanca piel era tan suave como parecía, y en una especie de descuido rozó una de sus manos. León lo miró asombrado, pero en sus ojos se podía ver un brillo extraño, era algo diferente nunca antes visto.

Mirco no aguantó la tentación, estaba demasiado cerca y roso sus labios. Fue un beso delicado, sublime, mágico. Quería más, necesitaba más, pero un fuerte estruendo los alertó.

¡Piratas! fue el ensordecedor grito en el silencio de la noche.

Los estaban atacando.

León, escóndete, no dejes que ellos te vean él solo asintió con la cabeza, pero no pensaba cumplir, esa era la única razón por la que había subido a ese barco.

El joven capitán subió a combatir, él era joven, aguerrido y lleno de ideales. Su reino estaba siendo cruelmente atacado por desalmados piratas y eso no lo podían permitir. Uno a uno los barcos desaparecían en la inmensidad de la nada. Cientos, quizá miles de almas se habían perdido.

León se escabulló entre la marea de gente que combatía sin parar. Comenzó a buscar en la oscuridad de la noche que se iluminaba tenuemente con las lámparas encendidas. Ahí lo vio, era alto, imponente, altivo y con un aura dominante que lo hacía ver frío y cruel. Hacia él también se encaminaba Mirco quien, espada en mano, arremetió con pericia contra el contrario.

Pero Ares era más fuerte, más grande, más astuto y más despiadado. No tardó en tenerlo a sus pies, sin nada con qué defenderse. El capitán moriría en ese instante y en su mente un solo pensamiento lo atravesó. No fue dirigido a su familia, tampoco a su prometida y la vida inconclusa que planeaba con ella; no solo pensó en que no pudo salvar a su hermoso y noble cocinero, que no podrá saborear esos labios ni acariciar ese cuerpo. En ese instante, antes de morir el capitán se declaró gay.

Ares tenía su espada en alto, estaba un poco molesto por el atrevimiento de ese mequetrefe de enfrentarlo, tenía que admitir que era valiente, ninguno de esos capitanes lo hacía, todos huían y se escondían y por eso encontraban la muerte. Miró a su alrededor y desde su lugar dio la orden a Aldric, sin palabras, solo una mirada bastó para entenderse.

Ares aún mantenía la espada en posición, para todos era claro que él acabaría con la vida de ese joven hombre, el tiempo pareció detenerse, todos quedaron suspendidos en un instante infinito.

¡Por favor no lo hagas! la estruendosa voz de una mujer rompió el silencioso bullicio de la batalla. La misma corrió y se puso delante del capitán cubriéndolo con su cuerpo.

Ares frunció el ceño, también lo hizo Mirco, pero ella ignoró esto.

Soy Lina Hilt, primera princesa de Merlán, busco a mi hermana desaparecida, te ruego que me lleves con ella y que perdonas la vida de este hombre, él solo sigue órdenes de personas malvadas… Lina iba a continuar hablando pero la risa de Ares la interrumpió.

Bueno, parece que mi hermosa Mali no es la única intrépida la voz de Ares sonó melodiosa y alegre. El fragor de la batalla había cesado.

Ares, ya todos están en el barco, es hora de hundir este y llevarlos al refugio Aldric hablo y eso alertó al capitán que no había notado nada.

Mirco miro a todos lados. No había ni un solo cuerpo. Solo una que otra mancha de sangre se dejaban ver, pero sus hombres muertos no estaban ahí ¿Cómo era eso posible? Todos deberían estar muertos, es sabido que nadie sobrevive a un ataque de la sombra de los mares, pero él no ve nada.

Vamos princesa, por ahora no puedo llevarte con tu hermana, pero ella está bien. Ahora solo falta saber si es para usted una buena o mala noticia tras estas palabras de Ares Lina se molestó demasiado.

Tanto Mirco como Lina eran conducidos al barco y allí pudieron ver a todos los soldados y marineros. Ninguno había muerto, alguno que otro tenía algún leve rasguño pero nada más.

Me los llevo para poder comerlos comentó Ares como hablando del clima ganándose la mirada aterrada de todos los presente.

Los piratas solo pudieron soltar una larga y estruendosa carcajada. Todos los miraban aterrados y buscaban entre ellos al que fuera más robusto, seguro que ese sería el primero en ir a para a la olla.

Vamos princesa…y trae a tu amigo el capitán, si estás segura de que puedes confiar en él esas palabras paralizaron por un momento a Lina, ¿podía confiar en él?

Ella en ese momento dio un salto de fe y tomó la mano de Mirco quien no entendía nada de lo que ocurría. De repente su hermoso León se había transformado en una hermosa princesa, lo peor es que él ya había aceptado ser gay. Esto significaba que seguía siendo heterosexual ¿verdad? Esa era la eterna pregunta que se hacía en ese momento y en esa circunstancia el capitán. El peligro había pasado a segundo plano, la inminencia de la muerte parecía no importar, todo lo que ahora cobraba sentido era que ella era mujer.

Bien, me quieres explicar princesa qué haces en un barco, vestida de hombre, me gustaría poder escuchar esa interesante historia

Kira está cada día más loca respondió esta está ejecutando a todo el que la contradice, ya no quedan sirvientes en palacio. Ella es un ser despreciable y cruel, su prometido es igual, solo que ese monstruo ha violado a cada una de las jóvenes y niñas del palacio. Todo es tan terriblemente sádico. Ella la busca, quiere matarla y a ti también. Yo solo escuché que tú te la habías llevado y decidí huir para encontrarla y las dos buscar la manera de desaparecer Mirco miraba a Lina con horror ¿esa era su futura reina?

Y el Rey, ¿él permite todo eso? preguntó ahora el capitán quien no podía creer que su reino se desmantelara de esa manera.

Mi padre no es más que un idiota que se deja llevar por esa mustia. Ella lo tiene dominado, yo…yo los vi… Lina comenzó a llorar desconsolada, el recuerdo de esa noche era algo que la atormentaría toda la vida.

¿Qué viste princesa? esta vez fue Ares quién habló.

Mi madre, ella estaba enferma esos días yo le llevaba una sopa, eso la hacía sentir mejor. Kira ya era la favorita de papá, pero para mamá solo existíamos Malika y yo. Me acerqué a la habitación y escuche a mi madre llorar, pero también había otros sonidos extraños provenientes de esa habitación. Abrí con cuidado la puerta y lo vi. Mi padre tenía a Kira en cuatro mientras la embestía por detrás y esta se burlaba e insultaba a mamá que no hacía más que llorar ella estaba completamente quebrada mientras que relataba lo que había ocurrido esa noche.

Los presentes estaban horrorizados y completamente asqueados con aquello que escuchaban. Era lo más repugnante que habían podido oír en su vida.

Después yo soy el monstruo ironizó Ares mirando a su gran amigo.

Después de eso mi madre murió. Su corazón no resistió más tanto dolor

Ahora entiendo como era que lo tenía dominado y por qué hacía todo lo que ella quería, incluso convertirla en princesa heredera

Ares comenzó a caminar como animal enjaulado. Siempre había sido una zorra maldita. Siempre lo engaño y engatusó.  De nada se arrepentía más en su vida que de haber ayudado a esa asquerosa.

Aldric, vamos a llevar a los pasajero, creo que tenemos que hacer una visita a Merlán. Es hora de matar a esa serpiente

Por favor, llévenme con mi hermana, solo quiero estar con ella, saber que nada le ha pasado Lina suplicaba entre llantos.

Daré la orden, pero no será hasta dentro de unos días. Tengo que cubrir mis huellas explicó con paciencia Ares. Él entendía, también moría por poder ver a su amada, solo faltaba un poco más.

Si me permite, después de lo que acabo de escuchar quiero saber Mirco era valiente y leal a su reino qué hará una vez destituya a ese asqueroso y a esa bruja

Si lo que quieres saber es si yo me apoderaré del reino, no, no me interesa por mi cualquiera puede ser gobernante, aunque creo que la princesita aquí presente debería ser la que reine _ él sabía muy bien todo lo que se vendría con su hermosa brujita blanca, pero eso era mejor dejarlo para después.

Aunque Ares no tenía ni idea en realidad lo que se le venía encima con esa hermosa brujita blanca.