Amor En La Mentira

El proceso de divorcio entre Daniel y Camila se estaba tornando en una verdadera odisea, conforme iban pasando los días, la tensión se incrementaba y se exacerbada por Daniel, quien se aferraba a la esperanza de reconciliar su relación.

Obviamente no por amor, sino por los tentáculos financieros que lo ataban al patrimonio que ambos habían construido, especialmente la empresa en la que los padres de Camila habían invertido de manera sustancial.

Camila se enfrentaba a dos frentes contrapuestos respecto a su decisión, por un lado, estaba la oposición de sus padres, quienes veían el divorcio como una pérdida económica significativa y una mancha en el tejido social de su entorno.

Por otro lado, se encontraba la firmeza y el soporte que le brindaba su hermano Germán y su incondicional amiga Ana, quienes veían en Camila una mujer decidida a tomar las riendas de su felicidad, más allá de las complicaciones legales y las presiones familiares.

Por lo que German y Ana decidieron reunirse a solas para ponerse de acuerdo en cómo ayudarían a Camila en todo este embrollo, ellos sabían que ella necesitaría un hombro donde llorar o donde sostenerse para superar cada traba que le estaban colocando.

-Es importante ponernos de acuerdo acerca de cómo podemos seguir apoyando a Camila, este proceso de divorcio está siendo tremendamente desgastante para ella – comentó German al ver a Ana

-Estoy realmente preocupada por ella, la veo tan agotada emocionalmente, ¿Qué crees que podemos hacer para aliviar un poco esa carga? – a Ana se le estaban acabando las ideas para ayudar a su amiga

-Creo que lo primero es asegurarnos de que tenga su espacio, con tantas presiones y el drama legal, necesita un lugar donde pueda recargar energías y creo que lo mejor será intentar de que salga de ese departamento

-Estoy de acuerdo. Además, ha estado tan abrumada con los papeles y las reuniones legales que apenas ha tenido tiempo para sí misma, deberíamos ayudarla a despejar su mente a Ana se le estaban ocurriendo un par de cosas para ayudar a su amiga

-¿Cómo ha estado manejando el apoyo legal?, siento que el abogado no nos está ayudando mucho – comentó German quien desconfiaba del hombre

-Lo mismo me comentó ella y las tácticas dilatorias de Daniel la están desgastando, en ocasiones siente que no ve el final del túnel y hasta le han dado ganas de dejar las cosas así - tomó un trago del café que tenia en las manos

-Entonces quizá podríamos investigar más acerca de ese lado de las cosas, podríamos hablar con algún otro experto legal para que le dé una segunda opinión o asesoramiento adicional – German quería ayudar a su hermana todo lo que pudiera

-Buena idea y emocionalmente, también debemos mantenerla fuerte, sus emociones son un campo de batalla también y eso me preocupa – comentó Ana

Eso es lo más complicado, le he dicho que puede contar conmigo para lo que sea, pero no quiero ser invasivo y no es fácil encontrar un equilibrio; además, los encuentros con nuestros padres no la ayudan mucho, su actitud no ayuda y creo que la hace sentir culpable – recordó un almuerzo en el que tuvo que meterse para que sus padres no la hicieran sentir peor

-Yo he estado enviándole mensajes de ánimo casi cada día, solo pequeñas notas para recordarle cuánto vale y que tiene amigos que la aman y la respaldan, tus padres tienen una influencia tan fuerte sobre ella, a veces pareciera que no son sus padres – ella lo miró con cara de interrogación, pero German obvió el comentario

Ellos seguirían apoyándola en todo lo que pudieran e investigarían al abogado, había algo en él que no les estaba generando confianza, habían pasado algunos meses y estaba prácticamente en el mismo lugar o peor que al principio.

La ley era clara en cuanto a la repartición de bienes en un divorcio, todo lo que no estaba en el prenupcial debería dividirse a la mitad, por lo que Daniel jugaba sus cartas de manera estratégica, apelando al sentimentalismo y la nostalgia.

Buscaba de cualquier manera extender el proceso y negociar términos ventajosos para él, tal vez motivado en parte por los ruegos de los padres de Camila, quienes preferían evitar el divorcio a toda costa por lo que encontraba cualquier excusa para postergar las conversaciones sobre la división de bienes.

Llegaba a citaciones legales con argumentos pueriles, insistiendo en que no era el momento adecuado para tomar tales decisiones, insinuando que un nuevo comienzo para su matrimonio estaba en el horizonte.

Esta táctica, sin embargo, no disuadía a Camila y con la ayuda de su hermano Germán, quien había asumido un rol casi de protector, y el apoyo emocional de Ana, quien le recordaba constantemente su valor y derecho a una vida mejor, mantenía su posición firme.

Se reforzaba con el asesoramiento de su abogado y se preparaba mentalmente para cada maniobra dilatoria que Daniel pudiera intentar, pero sin lograr nada, así que un día Camila tuvo una idea, le pondría una trampa a su abogado y así lo hizo.

Le dijo que estaría hasta tarde en la empresa revisando algunos documentos que Daniel le había enviado, comentó que ya tenía la manera de hacerlo desistir de negarse al divorcio, había encontrado pruebas de malversación de fondos y pidió comida, ya que aún le quedaba mucho por revisar.

Ella notó que el abogado envió algunos mensajes y le comentó que debía retirarse, se despidieron y cuando escuchó el ascensor llamó a Ana que estaba abajo para que los siguiera.

Así lo hicieron, Ana lo siguió y le dijo a Camila donde estaba para que ella se acercara, cuando ella llegó Ana estaba pálida.

-No creo que sea buena idea Camila, creo que deberíamos irnos, no hay nada que ver aquí – Camila notó el nerviosismo de su amiga

-¿Qué sucede que no debo ver? – Camila no le prestó atención a su amiga y entró al lugar

Estaban reunidos el abogado, su padre, Daniel y la nueva pareja de él, Mia, sintió como si el piso desaparecía, su padre le estaba dando la espalda y estaba de acuerdo con todo lo que Daniel hacía, además, estaba reunido con la mujer con la que Daniel la había engañado.

Su propio padre le estaba dando la espalda y era parte de todo el sufrimiento y el cansancio que había tenido en los últimos meses, estaba dilatando su divorcio sin importarle las consecuencias.

Camila con paso seguro se acercó a la mesa donde estaba, tomó una silla de una mesa que estaba cerca de ellos y vio como todos estaban asombrados con su presencia allí.

-Tu estas despedido y no me importa si debo comenzar desde cero el proceso, lo reiniciaré cada vez que necesite – le habló al abogado con seriedad

-Tu, pensé que por ser mi padre me apoyarías en una decisión por una vez en la vida, siempre pensé que te importaba y que solo eras un poco fuerte, pero ya me doy cuenta de que tu verdadero amor es el dinero y espero que este hombre no te de la espalda o no te engañe como lo hizo conmigo – en ese momento era a su padre a quien le hablaba

-Tu ya no me importas, no voy a volver contigo y tú, ¿te crees tan poca cosa como para tener que compartir a un hombre solo porque la familia de la mujer con la que se casó tiene dinero?, amiga quiérete y busca a alguien que te vea como mujer y quiera compartir su tiempo contigo, no como un pedazo de carne o una cantidad de cero que acompañan a un número – se levantó y se fue con el corazón destrozado, pero con la cabeza en alto