Intentos desesperados para recibir amor fue lo que condenó a la joven señorita Vertron y un intento de asesinato fue el motivo de su ruina, de su muerte y del dolor más profundo que pudo recibir; la realidad de que no fue amada por nadie. Pero... ¿La muerte fue el final para la que era Villana para todos?
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Nuevos Estudiantes
...hijo del archiduque. Aquel joven de hermosos ojos azules y cabellos de color negro azabache.
Todas las jóvenes señoritas se quedaron en las nubes cuando lo vieron, pues con todas sus características notables quedaba perfecto en la palabra "Apuesto" y sin omitir la palabra "Bastante". Aunque había unos ojos griseados que no le prestaron la mínima atención y eso sin duda, intrigó al joven Arian que extrañamente tenía su mirada en aquella mini villana aburrida.
Anya se incorporó en su asiento al sentir una mirada peculiar que no había sentido antes. Observó en detalle hasta encontrar unos ojos color café que la veían fijamente mientras le sonreía. Sin duda alguna, al mirar su aspecto, sabía que se parecía a alguien que había visto alguna vez; más no lograba recordar con precisión quién era.
Lo observó tratando de recordar y notó una característica que se parecía a la de ella, su cabello... de un color plateado, era tan similar al de ella solo que este era un poco más blanco. —"Su apariencia me resulta conocida ¿dónde...? Él... es atractivo."— Pensó mientras lo miraba concentrada.
—Sí...— Musitó Anya mientras veía al joven de cabello platino.
La pequeña villana apartó la mirada apresuradamente al darse cuenta que duró demasiado tiempo observándolo y a lo que al joven peculiar le causó un poco de gracia, soltando una corta carjada mientras la escondía con su mano en puño.
—El Joven Arian, quienes creó que ustedes ya conocen y El joven Howard Alioth, quien viene del reino del Norte. Para más detalles, pueden preguntarles ustedes mismos.—
Finalizó el profesor con una expresión que expresaba su desagrado por las presentaciones. Y después ordenó que se sentarán.
—"El joven Arian... y el otro joven, no recuerdo que estudiaran aquí. Tendré que ser cuidadosa..."— Pensó mientras observaba sus pequeñas manos pálidas que temblaron al pensar su trágica y dolorosa muerte.
—¿Me puedo sentar aquí?—
La voz de alguien interrumpe los pensamientos de Anya y ella encara la molestia.
—Disculpe ¿Qué desea?— Interrogó con frialdad, mientras observa que se trata del joven peculiar.
—Mi lady, ¿Me permite sentarme junto a usted?— Pregunta nuevamente Alioth sonriendo y mirándola fijamente.
—Puede tomar asiento libremente, en fin, no me corresponde a mí decidir.— Responde indiferente, apartando su vista de él.
El profesor empezó a explicar y a explicar sobre Historia. Una materia extremadamente aburrida para algunos y aún más cuando el profesor tenía nada más que una cara de amargado y una actitud terriblemente insípida, como si no encontrara propósito en la vida.
Con aquellos lentes que lo caracterizaban, lo hacía ver mayor de lo que no era. Porque aunque no lo pareciera, por sus excelentes notas se graduó a una temprana edad convirtiéndose así, en el maestro más joven del reino del Este.
...PUNTO DE VISTA DEL PROFESOR ALONSO...
Yo aquí enseñándo a estos par de idiotas, ingenuos. Por qué me asignaron a enseñarles a estos buenos para nada.
En estos momentos debería estar enseñando a los que serán grandes sabios del imperio o aún mejor, a los que serán grandes reyes y gobernadores.
¡A esos debería estar enseñando! no a estos buenos para nada. Al menos tengo dos estudiantes importantes aquí y que rara vez deciden ir a la escuela pues prefieren estudiar desde casa con profesores privados.
No sé el motivo de querer venir a la escuela si creo que es mucho mejor estudiar desde casa que aquí donde hay un montón de cerebros de basura, ¡Inservibles! para ser exactos.
Pero ni modo, es mejor para mí pues yo me destacaré con ellos y hasta creo que tendré oportunidad de sobresalir algún día y ser reconocido como el mejor maestro de todos.
—Jejeje— Reí levemente alegre.
Y hasta todos querrán contratarme para enseñarles a sus hijos. Tendré muchas cartas en mis manos y mis días serán lujosos, muajajajaja.
Pero tendré que ser paciente, tendré que aguantar las ganas de agarrar a cada alumno inservible del pelo y tirarlos por la ventana, tal vez así se les activaría el cerebro.
—Como todos ya terminaron de leer la página 6 del libro de historia. Alguien que me diga lo que dice en ella, con sus propias palabras.— Ordené sin ánimo.
Ah, ¡que frustante!. Nadie me responde, osea que nadie le entendió o se hicieron los que ya leyeron. Vamos a ver... ¿A quién pregunto?
—"¿Le preguntó al hijo del Archiduque!? no... él de seguro responderá bien."— Pensé.
Entonces a la que se sienta a la par de él. No, se ve muy tonta para responder pues en toda la clase solo se le ha quedado mirando a él joven Arian.
Es el colmo ahora con las señoritas. Nada más anda atrás de los jóvenes como sanguijuelas. Que frustración ver a las señoritas perder su poca dignidad en actuar así.
A ver... preguntemosle a esa, que esta sentada con un chico atractivo y que no lo mira.
¡Por fin! Hay una que no se interesa en eso y que no anda de burra persiguiendo como otras.
O tal vez es porque tiene mal gusto. Quién sabe. Ya sea que es lista y pone primero su honor o es una burra por no saber identificar a alguien que esta guapo.
Pero preguntemosle pues.
—La Señorita que está sentada en la última fila con el chico galán de cabello blanco.—
¡Ay, no! se me salió, ahora todos se están riendo. Ash, pero no me importa.
—¿Me habla a mí?— Cuestiona desinteresada la señorita de cabello platino griseáco.
—Sí, a usted Señorita. Dígame lo que leyó.—
No la noto nerviosa, pero al parecer es una verdadera tonta pues creo que son de esas que se les olvida todo o no les importa nada. ¡Olvidó el libro! no lo puedo creer. Es que hay de todo en esta clase.
Es un libro importante, ¡¿Cómo se lo puede llegar a olvidar?! si es un libro que en todas las clases se usa.
¿Y ahora cómo le hará? hasta me da lástima por saber que quedará en ridículo.
—La...—
aburrida
Alguien que me responda porfa