Besos Prohibidos

Ya era viernes y yo estaba cada vez más nervioso, solo faltaban horas por decirlo así y estaría casado, no es que no quiera casarme, el tema es otro y no tengo con quien hablarlo

-amigo?, te encuentras bien?, me pregunto Luis

-oh Luis, si, solo algo distraído dije

-si eso puedo notarlo, que te pasa?

-no es un tema que pueda hablarlo contigo sinceramente,

-involucra a Julieta verdad

-si dije

-está bien amigo, respeto eso y que no desees contarme intimidades de ustedes lo agradezco dijo este y se fue

Pero en eso puedo ver que pasa Pablo, el guardaespaldas de Julieta, yo tenía más confianza con Carlos, pero el tenía mi edad y no creo que entendiera lo que quizás desee consultarle, en cambio Pablo era perfecto tenía al rededor de treinta años así que podría consultarle

-Pablo dije y él se dio la vuelta

-si señor, en que puedo servirle

-necesito que me acompañes a un lugar y necesito hablar contigo

-está bien señor dijo y me siguió al auto, ambos subimos y nos dirigimos a mi oficina

Le pedí a mi secretaria Carolina que nadie nos moleste, que haga de cuenta que no había ido y pude notar a Pablo algo tenso, al entrar a la oficina le señale un asiento y este se sentó, pero no paso mucho que él hablo

-señor, que sucede?, porque tanto secreto dijo

-mira Pablo, la verdad es que no tengo con quien hablar un tema, ya que me casaré con la hija de mi mejor amigo

-está bien señor, pero sigo sin comprender dijo cada vez más confundido

-espero que esto que te voy a decir no te haga cambiar la mirada que tienes hacia mi futura esposa ni a mí

-no, claro que no señor dijo

-mi futura esposa es virgen, pero eso no sería el problema, el problema es que yo le digo que la respeto, pero en realidad lo que tengo es miedo

-miedo señor?

-sí, es que no sé cómo tratar a una mujer que nunca a tenido intimidad, a mí me gusta en realidad las cosas bruscas dije algo avergonzado

-señor, usted tiene miedo de no hacer especial su noche de bodas?

-si, y de lastimarla

-bueno, si usted me lo permite y yo puedo hablar con toda confianza

-si, claro

-bueno, con mi esposa cuando nos casamos tuvimos un tema parecido en realidad y a nosotros lo que nos sirvió mucho fueron los juegos previos, algunas lociones y confianza entre los dos, yo le plantie a ella que amíi me gustaba el sexo rudo y ella al ser virgen es claro que se espantó, pero esa noche fui tierno y luego poco a poco los dos cedimos

-tienes razón, porque mi prometida en realidad piensa que le soy infiel o que no la deseo

-dígale que lo que usted tiene es miedo, eso no es malo, porque usted tiene miedo de lastimarla y asustarla en la intimidad, pero verá que si se abre con ella todo cambiara dijo Pablo

Después de un rato más nos fuimos a la casa y justo allí estaba mi princesa Julieta

-amor me dijo al verme

-hola princesa dije besando sus labios, -necesito hablar contigo

-en este momento?, es que estamos de salida con tu madre

-cuando vuelvas hablamos le dije y la volví a besar y la vi irse

Las horas pasaban y Julieta no volvía, hasta que vi llegar el auto, me acerqué a la puerta para recibirla, pero quede algo desconcertado al solo ver entrar a mi madre

-y Julieta?, pregunte

-oh hijo, ella se quedó en el hotel por esta noche, pero no te preocupes Pablo esta cuidándola

-hotel?, pero por qué?

-porque hijo no pueden verse un día antes de la boda, así que ella se queda allí y luego cuando ya este lista mañana vendrá para la boda en el jardín

-no entiendo nada dije y saque mi telefono del bolsillo de mi saco para llamarla pero mi madre me lo arrebató

-nada de llamadas tampoco hijo, así que a descansar que mañana te casas

Y me fui molesto a mi habitación, no sabía como haría para dormir esa noche, me había acostumbrado a dormir junto a ella, a su olor y calor, pero bueno ya a la mañana siguiente ella sería mi esposa y no me separaría nunca más

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A la mañana siguiente

la verdad es que no había dormido casi nada, pero me levante y me fui a bañar, después baje a desayunar

Pude ver mucha gente entrar y salir con arreglos florales, sillas y comida

-señor, desea desayunar?, me pregunto Cecilia

-si Cecilia y los demás?, pregunte

-todos ya desayunaron y la señora Yolanda se fue al hotel con la señorita Julieta y los señores Luis y Pedro están afuera dirigiendo las cosas

-está bien Cecilia dije mientras bebía mi café y me dirigí al jardín con ellos

-que buen trabajo dije

-gracias hijo, nos conviene si no tu madre nos matara

-si amigo, antes de irse eso nos dijo y la verdad es que Yolanda con la mirada que nos dio, da miedo dijo Luis

-imagínate vivir con esa mirada por casi 55 años dijo Pedro y los tres reímos