Adrían lo tenía todo lo que un muchacho de 19 años pudiera tener, belleza, protección y un futuro prometedor. Pero, sus hermanos lo traicionaron revelando que es gay a sus padres, sin contemplación lo expulsaron de la casa. No esperaban,sin embargo, que todo rastro de él desaparecería, como si nunca hubiera existido, sintiendo la culpa aplastarlos.
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Decisiones
— No te perdono, Walter. ¡No insistas más! Dijo el rubio, rojo de la ira.
Replicó el otro — No puedes ser tan duro conmigo. No sabes cómo te busqué, para encontrarte.
Adrián lloró — Me abandonaste, igual que los otros. No tenía a nadie.
Walter replicó — Por favor, vuelve con tu familia. Te están buscando. Respeté tu decisión y no les he dicho nada.
Daniel que estaba en la lejanía, vio como se alejaba Adrián con rabia. Movido por la curiosidad se acercó y habló con Walter.
Preguntó Daniel—¿Pasa algo?
Walter suspiró— Siempre fue terco — hizo una pausa, luego murmuró— Es que no es cualquier chico. Es hijo de Justiniano Torres...
Estupefacto le dijo Daniel — No te creo, no tiene sentido.
Walter sacó su móvil y le mostró. Ahí estaba Adrián, con una sonrisa en el rostro. Rodeado por amigos y familiares. No sólo una foto. Había varias. En muchas de ellas, se veía claramente acompañado de su padre.
Walter miró al rostro de Daniel y le rogó — Pareces ser la persona más cercana a él en este momento. Respeté su decisión de no darse a conocer a su familia, pero me duele verlo así. Trata de convencerlo de volver.
Luego con una profunda tristeza en sus ojos. Se alejó y subió a la camioneta y se marchó.
Daniel se acercó a Adrián y espetó.
— ¿Me dirás lo que pasó Chris? Veo que él genuinamente se preocupa por ti.
El de ojos azules no pudo resistirse, lo que le había pasado aún era una herida abierta y comenzó a lagrimear y dijo.
— Todos ellos me abandonaron. Me corrieron de casa. Ahora quieren que vuelva... No soy un trapo viejo que puedas usar y luego desechar.
El moreno lo miró y espetó.
— Estoy contigo Chris. Supongo que aún no estás listo para contar todos los detalles. Pero aquí estoy para vos. Se acercó a él y le dio un fuerte abrazo.
Adrián nunca contó por qué lo corrieron de la casa. Para Daniel no tenía sentido, en todo el tiempo que lo conocía nunca mostró signos de malicia o algo que pudiera ser causante de dejarlo solo y desamparado.
Para sacarlo de sus pensamientos, Daniel le sugirió—Vamos a caminar por el campo con Ana. Ya sabes debe caminar mucho o tendrá problemas.
Tomaron de la mano a Ana y salieron a recorrer el campo, eso tranquilizó a Adrián y poco a poco se relajó. Disfrutó del paseo y ver las hierbas mecerse bajo la suave brisa del viento.
Sintió que estaba en el lugar correcto, a cuenta gotas Daniel fue conociendo más acerca de las cosas que no deseaba hablar su amigo.
— Sabes Dani, en el tiempo que estudié en la facultad me estresé tanto que me dio úlceras. Una vez hasta me desmayé en el baño del dolor.
Daniel preguntó— ¿Y quién te auxilió?
El de ojos azules respondió—Walter me auxilió. Me subió a su camioneta y luego directo a urgencias. Estuvo a mi lado todo ese tiempo.
Daniel dijo — No sabía que eras tan intenso con las cosas, entiendo que seas responsable, pero eso ya es pasarse.
El rubio respondió — Te parecerá tonto, pero quisiera estudiar de nuevo. Pero no lo mismo, me interesa mucho el campo.
Daniel le sugirió — Pues estudia Agronomía.
El de ojos azules respondió — O Inglés, puedo conseguir una beca, al Reino Unido. Todos los ... — Iba a decir gays, pero no llegó a pronunciarlo, muchos de sus amigos del ambiente, tenían un gran dominio de la lengua, pues en su soledad se metían en foros, chats en ese idioma para evadir su realidad o comunicarse con personas de otras partes del mundo. Adrían se ha vuelto más cuidadoso al revelar su orientación. Su trauma lo dejó como una especie de paranoia.
Hubo momentos en que Adrian quiso revelar su secreto a Daniel, pero el se comportaba como si los gays no existieran, nunca hizo comentarios homófobos, ni se preocupaba que alguna acción suya se vea muy "gay". Simplemente parecía que no existía en su mundo. Y prefirió que las cosas sigan así, se sentía cómodo con él.
El de estudiar en el exterior era una idea que cada vez más fuerte se hacía en su mente, pero al hacer el trámite alertaria a su padre y el no deseaba darles la oportunidad de contactarlo.
Estaba también consciente, de que no podía esconderse para siempre de su familia. Debía tomar una decisión.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por Ana la pequeña hija de Daniel.
— Quiero ir ya, expresó en forma tajante.
Daniel sonrió y espetó.
— Me voy Chris, no vendré unos días, trabajaré con papá en la obra. Mi hermana se ofreció a mirarla mientras estoy en la construcción.
Se dieron un abrazo y se despidieron. Chris caminó lentamente de regreso a la casa de Florencia.
Su año sabático forzado, estaba por terminar. Era la forma en que Chris racionalizaba todo lo que pasó. Comenzaba a tener vínculos profundos con Florencia y Daniel, no quería dejarlos. Ellos si lo necesitaban, Florencia en la granja, ella apenas ya se movía, desde que él llegó pudo descansar más. Y Daniel a veces necesitaba ayuda para que alguien mantenga en la mira a la traviesa niña.
Recordó que Daniel, le dijo que un día compre un terreno cerca de él. Qué se sentarian al atardecer a pescar juntos. Él también tenía sus planes, confiaba que al crecer su hija le daría la oportunidad que él no tuvo. No pensaba volver a juntarse con alguien. "Es que hay tantas historias de madrastras malvadas que temo por mi hija" dijo una vez y sonrió.
Cuando estuvo cerca del arroyo del patio de Florencia se sentó sobre una roca y arrojó unos cocos que había en la costa y observó cómo las ondas q se movían suavemente en la superficie del agua. Nuevamente sentía que avanzaba hacia algo, no dejaría que la tristeza lo hunda.
Al mismo tiempo, Daniel encontró que sus ex compañeros y compañeras que lo estaban esperando en el portón.
Abrió el portón y les dejo pasar.
Desde que comenzó a frecuentar más, los sentía como celosos y con comportamientos pasivo - agresivos, eran amigos de hace años, estudiaron juntos en la secundaria. Salían a tomar y divertirse.
Leo el más directo, últimamente parecía resentido, dijo
— Oye Dani, ¿Por qué no nos haces más caso?
— No puedo ir a tomar o a bailar con ustedes. Tengo una hija pequeña, respondió Daniel.
— Pero si tienes tiempo para ir junto a tu amigo gay — espetó una de las chicas, mientras jugaba con su largo cabello negro.
— Hasta tiene cierta semejanza con su difunta novia, dijo Martín con expresión de burla.
— Él no es gay, expresó el moreno. Y deberían tener más respeto, estás hablando de una mujer que amé con todo y el corazón —Luego su voz se quebró —Y ahora ... no está
Los amigos se acercaron a él y dijeron al unísono.
— Lo sentimos, queríamos animarte. Solo que sentimos que no somos tan importantes para ti como antes.
Daniel dijo en tono triste —Entiendan chicos, no pueden bromear con eso. La amé mucho. Para mi era perfecta. Al vivir juntos me iba excelente, hacía para el almuerzo y yo motivado me marchaba a trabajar, sabiendo que le podría llevar un regalo.
Se quedaron en silencio unos segundos y uno de ellos para salir de ese momento incómodo, comenzó a contar anécdotas de la época del colegio para animar el ambiente.
Al caer la noche los amigos se fueron cada uno a sus respectivas casas. Ana insistía en quedarse aún en el patio a pesar de que la oscuridad ya envolvía el lugar. Entonces Daniel trajo al peluche de Pepa y lo arrojó adentro de la casa.
Aprovecho que estaba entretenida la nena y cerró la puerta. Hizo la cena, un fideo con queso. Simple. A Ana no le gustaba ningún agregado. Nada de carne o verduras. Solo fideo con queso. El hombre no carecía de imaginación, pero a su hija no le gustaban los sabores complejos.
A la noche la niña se colocó en una cama al lado del papá, pero se ponía transversalmente tocando con su cabeza el cuerpo de su padre, necesitaba saber que ahí estaba o se movía y movía hasta sentir la presencia del otro.
Esa noche los pensamientos giraban en la mente de Daniel. Si lo veía desde ese punto de vista, el comportamiento de Chris con Walter, era la de un ex enojado, más que un amigo. Tenían sentido muchas cosas.
Pero luego caía en la duda. Si era gay, ¿por qué no lo intentó con él? Nunca se sintió incómodo con él. Y si lo fuera ¿En qué cambiaría su amistad?