FEROMONAS DE VENGANZA (EL OMEGA DE LA MAFIA)

Kelsey tomó uno de sus cuchillos de vuelta de uno de los cadáveres, aunque esta brecha fue suficiente para que aquel alfa se armara, así que en lugar de atacar se escondió tras la barra.

—quitame esto. —Daddy ordenó furioso.

—no, posiblemente si lo toco me pase lo mismo que a ti, ese omega le puso algo a esas armas.

—no lo mates, quiero a ese maldito con vida.

—lo intentaré.

—(lástima que ese tipo no fue tan idiota como para tocar mi cuchillo, ahora debía pensar como lidiar con él, solo necesito una pequeña oportunidad, ha gastado dos balas, cuando intente recargar...) —el Omega se quejó, una de las balas atravesó la madera y lo hirió en el brazo obligándolo a soltar su arma.

—déjalo en el suelo y levántate sin hacer ninguna tontería —aparte de la voz de aquel matón, también oyó como accionaba su pistola. A esa distancia solo fallaría por un milagro, aunque de todas formas guardaba una distancia segura de él.

—¿quién eres?, ¿quién te mandó? —el Omega no respondía, sus guardias ya debieron haber oído los disparos, así que seguramente pronto estarían ahí

—deja de perder el tiempo averiguando estupideces, quiero que me quite está cosa, no puedo moverme.

—muevete y quítale el cuchillo, si haces una sola tontería, te mato. —Kelsey asintió, caminaba hacia la otra persona, la puerta se abrió, al siguiente segundo la persona que lo apuntaba cayó al suelo herido de gravedad.

Kelsey pensó que veria a uno de los guardaespaldas, pero quién había disparado era Linus.

—(tiene una muy buena puntería, pudo dar un tiro como ese incluso conmigo en medio)

—Kelsey estás herido, déjame ver.

—no es nada, solo me rozó.

—perdón por llegar tarde.

—(¿de qué habla?, acaba de salvarme) estoy bien, llegaste justo a tiempo.

—¿por qué atacaste sin avisarme?, ¿perdiste la cabeza? —aunque el alfa todavía estaba preocupado, se oía molesto también.

—no pensé que supieras disparar o que pudieras hacerlo, (más bien no te quería estorbando, resulta que también tienes secretos). —el Omega dijo esto alejándose del alfa y cogiendo el otro cuchillo que había en el segundo cadáver.

—Tampoco estaba seguro si mi corazonada era cierta... —continuó mientras se daba la vuelta.

—de todas formas debiste llamarme o decirle a tus... —El Omega había lanzado el cuchillo al hombre que estaba herido de muerte en el suelo, este murió de inmediato.

—intentó matarme, además podría decirse que fui piadoso, iba a morir de todos modos. —dijo esto hacia el alfa que se había quedado mudo mirándolo.

—no dije nada, ¿él es Daddy? —Señaló al hombre de pie clavado a la mesa de billar.

—eso dijo, ¿quieres utilizar tu habilidad y comprobarlo?

—después, ahora debes ser atendido.

—no es nada serio, ya te lo dije.

—yo decido eso, vamos —fue llevado afuera de la mano, dos de los guardias estaban yendo por su presa.

—no toquen el cuchillo o quedarán paralizados. —Kelsey Advirtió antes de salir completamente de la habitación.

En el auto el alfa limpió la herida, aunque efectivamente no era tan grave, todavía debía asegurarse que el sangrado se detuviera, y que no se infectara.

—¿donde aprendiste a disparar?

—es otra historia que te contaré, después de que me cuentes la tuya.

—descuida lo haré, ahora busquemos un lugar para interrogar a ese tipo.

—creo que tengo el lugar perfecto. —el alfa condujo, los guardias llevaron al hombre dentro de la propiedad. Una vez atado la primera acción del omega fue sacarle el cuchillo, el hombre se quejó y removió con dolor, Kelsey quitó la cinta de su boca.

—¿quién demonios son ustedes? ¿quién les pagó?

—¿lo reconoces? —mostró una fotografía de Lewis, lo que hizo palidecer al hombre.

—soy su esposo, y estoy aquí para vengar su muerte, vas a pagar con tu miserable vida, pero antes vas a decirme quién te pagó y donde encontrarlo.

—te diré lo que quieras si me dejas ir, de lo contrario no hablaré y mátame de una vez.

—creo que no he sido claro. —hirió nuevamente al hombre, el grito de este fue ensordecedor.

—vas a decirme lo que quiero y de todos modos te voy a matar, tu decides si mueres lento o muy, pero muy lento y doloroso.

—creí que íbamos a usar mi habilidad para sacarle la verdad.

—la primera cosa que debes saber sobre mí Linus, es que soy un asesino profesional, o lo era antes de conocer a Lewis, y por nada del mundo dejaré sin castigo a quienes lo mataron —el alfa no se sorprendió por la confesión, por las cosas que había descubierto del omega, se imaginaba algo así, solo asintió y permaneció en su lugar. Kelsey volvió a su tarea, el hombre le dijo todo lo que quería saber, eso confirmó las sospechas del menor, aunque no liberó a aquel matón de su agonía.

—es suficiente Kelsey. —Linus intervenía, cuando él estaba mucho más inspirado en su tortura, obviamente se enfureció.

—si ya no lo soportas vete.

—no se trata de si lo soporto o no, intervengo por tu bien. —el alfa detuvo la mano del omega.

—utilizar tanto tu habilidad te agotará, ¿quieres volver a estar en reposo absoluto?

—no, no quiero, está bien, te haré caso. —el alfa liberó al menor cuando vio que ya no tenía pensado seguir.

—gracias, muchas...

—no te confundas, no te salvé la vida. —los ojos del hombre se abrieron como plato cuando vio al alfa sacar un arma, aunque el cuchillo de Kelsey atravesó su corazón primero.

—te dije que estos malditos son míos. —el alfa negó y suspiró por la actitud del omega, cualquier cosa que dijera los haría acabar en una discusión, así que no dijo nada.

—iré a lavarme las manos, su sangre apesta. —para cuando Kelsey volvió el cuerpo ya no estaba y Linus lo esperaba para ir al auto.

—¿a dónde se lo llevaron?, quiero de vuelta mi cuchillo, no son armas fáciles de obtener.

—descuida, lo recogí por ti, lo van a limpiar y te lo devolveré.

—de acuerdo, gracias. —Luego de subir al auto Kelsey estaba listo para oír la infinidad de preguntas del alfa, pero este primero le preguntó si tenía hambre.

—¿podemos ir a comer primero?

—por supuesto, conozco un excelente lugar a 15 minutos de aquí.

—tu actitud no ha cambiado después de lo que te confesé allá dentro.

—te he visto matar personas antes con mucha facilidad, además sabía que torturaste y dejaste morir encerrada en tu casa a esa mujer llamada Telma.

—murió demasiado rápido para mi gusto, quería torturar a esa maldita hasta su última gota de vida... Espera, ¿como sabes que la torturé y la dejé morir?

—estuve en tu casa unos días después de que te quedaste en reposo. Hubo un reporte a la policía de un terrible olor que salía de tu casa.

—¿la encontraron?

—por fortuna la policía no encontró aquella puerta secreta, y atribuyeron el olor, a todos los alimentos descompuestos, y se fueron, pero yo me quedé y la vi, imaginé lo que había pasado y me encargué.

—¿tu fuiste el que provocó el incendio?

—así es, esa misma noche, pero antes me aseguré que todos los afectados salieran a un gran evento gratuito que se organizó cerca.

—no lo puedo creer.

—eran casas viejas y terribles, la casa que obtendrán tendrá el triple de su valor, y además se entregará completamente equipada, también están viviendo en muy buenos lugares y se les dió una buena indemnización.

—te tomaste demasiadas molestias.

—no pensaba hacer todo tan complicado, pero no tuve opción, al día siguiente la policía iba a volver, lograron vincular a Telma a esa casa, al parecer hace muchas semanas alguien la reportó desaparecida.

—gracias por cubrirme las espaldas. Pero no entiendo ¿por qué no me confrontaste? tenías pruebas de sobra.

—lo hice, te pregunté sobre la gema, no creía que pudiera haber otra razón para asesinar a tu mejor amiga de esa forma, ¿ella te traicionó verdad?

—antes de morir y volver, fui torturado durante no sé cuánto tiempo, perdí a mi bebé y todo fue culpa de Telma, por eso lo hice, por eso quiero a esos malditos...

—lo imaginé. No algo tan terrible, pero si podía ver mucho enojo y sed de sangre en ti por momentos.

—no eres nada común, lo supe desde el primer día, eres demasiado astuto, ni siquiera pude ver que me habías descubierto.

—solo puedo ver a través de ti por momentos, eres un gran misterio para mí todavía, y odio adivinar.

—¿adivinaste todo eso? Das miedo... Ahora que sabes eso, seré honesto, voy a matar a esos tipos.

—lo sé, pero no ahora.

—ni hablar que tal si... —el alfa detuvo el coche.

—puedes estar tranquilo, ellos no irán a ningún lado, puedes terminar tu embarazo sin preocupaciones y vengarte después, no te exijas más, no vale pena por esos malditos.

—tienes razón, te escucharé desde ahora, creo que puedo confiar en ti más de lo que creía.

—me alegra que pienses así.