El esposo de un famoso ingeniero de robótica se suicida un día de repente y él al no soportarlo decide revivirlo con partes de robot, pero no todo será de color rosa como él lo pensó.
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Capítulo 14: Pertenencias.
Mí suegra estaba súper enojada así que cesé mí risa limpiando mis labios con mí mano y me limité a mirar al nuevo integrante de la familia sonriendo.
El pobre no entendía nada, aunque era más grande que Dave se escondía detrás de él. Ambos se sentaron juntos en la mesa y Edwy moviendo la mano hizo que los empleados comiencen a servir las comidas.
—¿Cómo te llamas? —pregunté mirando al muchacho curioso. Se veía muy joven, a pesar de ser de ese tamaño su rostro parecía el de un niño.
—Me llamo Gale, ¿Usted? —respondió él corriendo su cuerpo contra el reposador de la silla para darle espacio a los empleados que pongan los platos.
—Soy Hans.
Él me sonrió asintiendo con la cabeza y luego miró a Dave que se había acercado a su oreja para susurrarle algo. Pude ver como sus orejas y mejillas se ponían rojas. ¿De qué hablaban estos dos? Conociendo a Dave le habrá dicho algo imprudente.
—Hijo, Ya viste como la prensa empezó a decir que era muy sospechoso que Hans no apareciera por las redes o en cámaras, —mencionó la señora Sodsich comiendo una ensalada.
—Si lo vi, por eso contraté a un periodista a que venga a la casa. Haré que entre y que vea que Hans está totalmente bien.
—Yo leí por internet que dicen que mí primo abusa y maltrata de Hans, por eso nadie más lo ha visto, —agregó Dave acariciando las orejas de su pareja.
—¿Dónde dijeron eso? —Se exaltó Edwy frunciendo el ceño—. ¡Están locos!
—Algo de cierto tienen, —dije levantando una ceja y desviando mí vista a mí plato de comida al tener todas las miradas sobre mí.
No quería, pero mí cabeza se movió en dirección a Edwy y lo miré teniendo esa expresión de tristeza como un perro esperando a que su dueño llegue del trabajo. Oh, hace mucho quiero un perro.
La cena siguió en un total silencio, ahora ni la molestia de mí suegra hablaba. Solo los cubiertos hacían lo suyo creando un ambiente súper incómodo.
—Chocolatito. —Dave rompió el silencio con esa patética palabra—, ¿qué te gustaría de postre?
—Um, gelatina está bien para mí, —contestó Gale sonriendo y mirándonos a todos con cierta incomodidad.
—Sobrino, ¿recuerdas cuando te pedí que te casaras con una mujer linda y con figura? ¿Qué realmente escuchaste de mis palabras?
—Ya déjalo suegra, su novio está presente, —dije molesto.
—Cállate que no estoy hablando contigo zorra metida. —Me dijo apuntándome y luego llevando su dedo índice a los labios en señal de que me calle.
Mis ojos se abrieron grandes al igual que los de Gale que miraba para todos lados, pero yo miré a Edwy enojado. Él dejó los cubiertos que traía en la mano y golpeó la mesa mirando a su madre.
—Por favor, deja en paz a la gente y última vez que le hables así a Hans. Él es mí esposo te guste o no. Ahora pídele una disculpa o te largas de esta casa.
Después de escuchar a Edwy dirigí mí mirada a mí suegra y sonreí esperando oír algo de ella, pero antes de todo ella murmuró y bufó.
—Discúlpame querido yerno, —dijo ella.
—No te preocupes, pero a la próxima avisaré a mis empleados que te echen a patadas de mí casa, ahora que lo pienso no necesito de mí esposo para mandarte a la mierda. Esta casa me pertenece.