Blanca Como La Nieve

Samara

Los días siguientes fueron iguales. Kai me llevaba a casa de Laura al irse a trabajar y me recogía al atardecer para ir al penthouse.

Durante el fin de semana vinieron mis padres. Les enseñamos la ciudad, estuvimos comiendo fuera y fuimos a ver una obra de teatro. Mi madre me preguntaba a cada rato si estaba bien y mi padre volvió a advertirle a Kai que si me hacía sufrir iría a por él. Advertencias a parte, lo pasamos bien y al acabar el domingo mis padres volvieron a Greenforest.

La semana siguiente transcurrió como la anterior y empecé a plantearme seriamente lo de buscar trabajo. No podía estar todo el día en casa de Laura y Crystal para que me hicieran de niñeras. Me puse con el portátil y mandé mi currículum a todas las empresas de Ciudad Amatista que encontré,luego fui a dar un paseo y entregué en mano algunos en varias empresas que no había podido localizar por la red. Al final del día podía afirmar que el ochenta por ciento de las empresas de Amatista tenían mi currículum, ahora solo faltaba que necesitaran una economista y que quisieran hacerme una entrevista.

Kai llegó más tarde ese día. Yo ya estaba con el pijama y dando cabezadas en el sofá. El ajetreo del día me había dejado agotada.

—Siento muchísimo llegar tan tarde muñeca, se me complicó el día— un bostezo se me escapó mientras Kai besaba mi mejilla.

—Date una ducha mientras caliento la cena—

El rubio fue a ducharse y apareció diez minutos después con el pelo mojado y vistiendo sólo un pantalón corto. Se me hizo la boca agua al ver su cuerpo tonificado.Aparté esos pensamientos sabiendo que él podía oler mi excitación e intenté pensar en otra cosa que no fuera tener al rubio sobre mí haciéndome suya.

Después de cenar pusimos una película y antes de que empezara la primera escena yo ya estaba profundamente dormida.

Me desperté al día siguiente sola en la cama. Pensé que Kai estaría en el baño o en la cocina pero vi una nota de él en la mesita de noche.

'Muñeca he tenido que salir temprano por asuntos de la manada. Crystal está de descanso así que vendrá a llevarte a desayunar y a pasar la mañana. Espero estar aquí después de la hora del almuerzo.

Siento haberte dejado sola, te lo compensaré esta noche.

Besos. Kai.'

Me entristeció un poco saber que el rubio no estaba en la casa pero la última frase de la nota hizo que un cosquilleo se instalara en mi estómago.

Me vestí y aproveché para llamar a mis padres. Luego llamé a Lina que estaba feliz porque Crystal la había invitado al cumpleaños de James y vendría el sábado. Me alegraba poder ver a mi amiga y tenerla aquí aunque solo fuera un par de días.

Crystal llegó al poco tiempo cargada con una gran caja con donnas y café.

—¿Has traído donnas para todo el edificio? —

—No sabía que sabor te gustaba así que compré una de cada— contestó la rubia encogiéndose de hombros.

Agarré una donna de chocolate rellena de crema y le di un mordisco.

—Ummm, me encantan las rellenas de crema—

—A mí rellenas de chocolate— la rubia le dio un gran mordisco a otra donna— He pensando en lo que me dijiste sobre lo de mi madre y hacer mi vida—

—¿Y? —

—He hablado con mamá esta mañana. Me ha pedido que me vaya a vivir con James ya de una vez, que ella estará bien y que seguiremos viéndonos igualmente así que...¡Voy a irme a vivir con James!—

Le di un abrazo y luego me puse a aplaudir dando saltitos. Aunque hacía poco tiempo que conocía a Crystal era como si la conociera desde hacía mucho y se estaba convirtiendo en una gran amiga así que me alegraba mucho por ella.

—¿Se lo has dicho ya a James? —

—No, se lo diré el sábado, en su cumpleaños. He pensado llevar mis cosas a escondidas a la casa y darle la sorpresa—

—¡Va a ser genial! —

—¿Te puedes creer que estoy nerviosa?,llevo tanto tiempo negándome a ir a vivir con él y ahora que por fin voy a hacerlo tengo nervios, ¡es de locos!.Pensarás que soy muy infantil. —

—No, ¡por supuesto que no!. Cada persona necesita sus tiempos. Si Kai hubiera vivido en Greenforest estoy segura de que no hubiera tenido valor para irme a vivir con él—

—Bueno, tú te has criado como una humana, es normal. Los lobos cuando encuentran a su pareja ya no se separan de ella. Al principio James vino a vivir con nosotras pero él quería que tuviéramos nuestra propia casa y cuando la compramos él se fue a vivir allí pero yo me quedé con mamá. Fue un duro golpe para James, decía que él era mi pareja y yo prefería a mamá en vez de a él. Durante un tiempo las cosas estuvieron raras entre los dos. Luego fue pasando y ahora estamos bien pero no hemos vuelto a pasar una noche juntos desde entonces—

—¿Cuánto hace de eso? —

—Casi un año, fue en su último cumpleaños —

—Vaya— me daba vergüenza preguntar pero la curiosidad pudo más —Cuando dices juntos te refieres a que en este año vosotros no... —

—¡Oh!,¿te refieres a sexo?. No, osea, sí, claro que tenemos sexo. Sería imposible pasar el celo sin tener sexo. Esos días los pasamos en un hotel. James no quiere que nuestra primera noche en nuestra casa sea porque estamos en celo y se niega a pasarlo en casa de mi madre así que vamos a un hotel. Aquí están muy habituados a eso. Hay hoteles especiales para celos—

—Vaya—estaba alucinando.

—Yo me refería a dormir juntos. Hace casi un año que no dormimos en la misma cama sin celo de por medio así que el sábado será nuestra primera noche juntos en nuestra casa— la rubia no paraba de sonreir.

— Si tu yo del pasado pudiera verte la cara de felicidad que tienes ahora mismo estoy segura de que hubiera tomado esta decisión mucho antes—la rubia me abrazó y yo correspondí a su abrazo.

Pasamos la mañana hablando del cumpleaños de James, de su casa, de cómo era mi vida en Greenforest. Conociéndonos un poco más.

Kai me escribió un mensaje diciendo que se le había complicado el día y vendría sobre las 5 así que me fui con Crystal a comer y con su madre. James se unió en la sobremesa y deseé que Kai estuviera allí conmigo.

James me dijo que Kai se había quedado terminando unas cosas pero que vendría pronto. También me contó que para su cumpleaños tenía un reservado en una de las discotecas de la ciudad. Me dijo que él no era muy amigo del bullicio de las discotecas pero que hacía mucho que no salían y que estaría bien divertirse un poco. Al cumpleaños también irían Tessa y su mate Luka y Robert, el hermano mayor de James, a parte de Lina y nosotros.

Kai fue fiel a su palabra y llegó a las 5 en punto a casa de las rubias. Me despedí de todos y nos fuimos para casa. Cuando llevábamos unos 15 minutos en el coche me di cuenta de que íbamos en otra dirección.

—¿Dónde vamos? —

—Es una sorpresa —

—¿Y eso? —

—Ya te dije que te compensaría esta noche — el rubio siguió con sus manos en el volante.

—Entonces ¿no vas a decirme hacia dónde nos dirigimos? — la curiosidad se apoderó de mí.

—No muñeca, sé buena, saca un trozo de tela que tengo en la guantera y cuando yo te diga póntelo en los ojos—

—No veré nada—me quejé.

—De eso se trata muñeca, ¿confías en mí? —

—Por supuesto —contesté con total sinceridad.

Salimos a la autopista y a los pocos kilómetros tomamos una salida. No me dio tiempo a ver lo que ponía en los carteles porque Kai me hizo sacar el trozo de tela de la guantera y ponérmelo tapando mis ojos.

Después de unos minutos noté que íbamos por un camino de tierra porque Kai redujo bastante la velocidad y se notaban las irregularidades del terreno. Estaba empezando a marearme cuando el coche se detuvo.

—Has estado muy callada ,muñeca —

—Estaba concentrada intentando averiguar hacia dónde íbamos —

—¿Y bien?, ¿has averiguado algo? —

—Solo que hemos salido por un camino de tierra y que me mareo cuando voy en coche con los ojos vendados—

—¡Oh!, lo siento, te saco enseguida—

Escuché a Kai bajar del coche y abrir la puerta del copiloto.

—Ven—cogió mi mano y me ayudó a salir del auto— ¿Estás bien?, ¿estás muy mareada? —

—Solo un poco, estaré bien si no me tienes mucho más con los ojos tapados—

—Ya casi estamos—

Agarró mi cintura y fue dirigiéndome. Un estallido de olores inundó mi nariz. Madera, tierra, hierba... Seguimos andando y subimos unos escalones. Me di cuenta de que estaba sobre un suelo de madera por el sonido que hacían nuestros pies al andar. Me gustaba como olía el sitio donde habíamos entrado. Estaban los olores de antes junto con el de Kai y un toque a flores. Escuché abrir una puerta o una especie de ventana. Los brazos del rubio me abrazaron por detrás envolviéndome con su delicioso aroma.

—Dos pasitos más y ya está —su cuerpo empujó levemente el mío —ya puedes quitarte la venda.