El Diario De Supervivencia

Randy

Nuestro grupo se separó, al menos sé que no por completo. Aquel desquiciado nos está buscando ahora mismo y nosotros como los grandísimos imbéciles que somos, nos separamos, de este modo será más fácil que mate a alguno de nosotros o a todos. No creí que se hiciera literal lo de que iría con Charlott por ser las más fuertes, pero por toda la situación, termine con ella, ahora estamos escondidos en un piso distinto al de Brian y Ashleigh. Escuchamos claramente unos pasos ruidosos, eso era algo bueno, ahora podemos saber si él está lejos o cerca gracias a su calzado ruidoso. Aquellos mismos ruidos provocados por el calzado, se alejaron hasta hacerse inaudibles. Charlott me miro, y se a que se refería con esa mirada, y no, no quiero ser parte de su locura. Díganme cobarde, pero pónganse en mi maldita situación.

—No, no lo are—le dije enseguida.

—Mierda Randy, ese maldito loco seguro fue con Brian y Ash, no debemos dejar que les pase algo—me intentaba convencer, pero yo me negaba.

—¿Y ellos que aran por nosotros?, no Charlott, no puedo—al decir eso, ella miró la puerta un momento y luego la abrió—¿Qué haces?.

—Si no quieres venir y seguir escondido como un cobarde, está bien Randy, yo no voy a dejar que a Brian o a Ash les pase algo—me dijo en un claro tono de molestia y abrió la puerta.

—Tú y tu maldito instinto de querer proteger a todos, Charlott, no puedes salvarnos a todos, en cualquier momento puede morir cualquiera. Sí, si tengo miedo de morir, lo admito, y también soy un egoísta al no querer ayudar a mis amigos, pero no quiero que ellos me ayuden tampoco si yo estoy en peligro, ¿Ahora entiendes?—intente explicar lo que sentía lo más que podía, nunca lo hubiera hecho, menos con Charlott, pero en este caso es distinto, debía de expresarme para que ella no haga alguna locura, después de todo, Charlott es la más cuerda de todos nosotros, como dije, ella es como las típicas protagonistas que sobreviven en las películas de terror, ella podría ser la salvación de los cuatro, aunque fue todo lo contrario a lo que dije, se que si se lo explicaba de esa manera, diría: "esto no es como tus estúpidas películas de terror" o algo así.

—Di lo que quieras, yo iré a buscarlos y si no quieres acompañarme, está bien.

Charlott salió, tal y como dijo, en busca de Brian y Ashleigh. Pésima idea en las películas de terror, ¿Pero quién soy yo para decir algo?, solo soy un cobarde más como dijo ella y como dicen todos mis amigos. Nada puedo decir y nada puedo hacer al tener mi cuerpo paralizado por el miedo. Si, si estoy pensando en salir e ir con Charlott, siento un remordimiento que no me deja tranquilo y solo pasaron unos segundos desde que Charlott salió. Estoy confuso, otra línea imaginaria cree en mi cabeza que no me deja tranquilo, por un lado, está la decisión de ir a buscar a mis amigos, por otro, está el salvar mi vida. Tengo mi pie justamente en el lado de salvar mi vida, pero aquella puerta de madera es la que me llevaba al otro lado, una mejor interpretación, es que de un lado este ser un cobarde y del otro, ser alguien valiente. Lo estoy pensando mucho a esto, entonces es porque quiero hacerlo, debo hacerlo, no solo por mis amigos, aun si es lo que muchos piensan en está situación, voy a hacerlo por mí y por los que ahora están muertos, por Veta que era una gran persona, por Lisa, que aunque cometió sus errores, siempre estuve para ella, y... bueno... por Dom también.

Moví mis piernas con pasos lentos e inseguros, aún no estoy seguro de hacer esto, en realidad, aun tengo miedo de hacerlo, por más que piense lo contrario, no funciona así lastimosamente, me gustaría decir "quiero salvar a mis amigos sin tener miedo" y finalmente lograrlo, es muy difícil andar con seguridad como lo hace Charlott, pero al menos lo intento, con pasos igual de temblorosos como mis manos al tomar el picaporte de la puerta, pero seguía siendo un gran avance. Abrí aquella puerta, que era la entrada al otro lado de la línea, todo estaba despejado, de eso no había duda, entonces salí un poco más escuchando un ruidillo molesto, creo que se llamaba "Tinnitus", era gracioso escuchar a Lisa decir eso cada vez que le sucedía, valla mierda todo esto, quizás hasta me espera lo mismo que ella si continuo, igualmente, a este punto no se escucha nada mal el morir. Bueno, ya, debo de dejar estos pensamientos estúpidos y seguir caminando con mis piernas igual de cobardes que yo, igualmente, tuve que detenerme. Me sobresalte cuando escuche otro ruido que no era provocado por el tinnitus, era otro, como si algo se estuviera arrastrando. Me dieron escalofríos por todo el cuerpo, e iba a volver a esconderme en el cuarto.

"Ayúdalo", "Dom", "Ayúdalo".

Esos susurros cerca de mis oídos me asustaron mucho, sentía que me volvía loco, pero seguía escuchándolos una y otra vez a mi alrededor, ¿Estos son los espíritus vengativos que aparecen en las películas de terror?, tal parece que si, y nos ayudaran, supongo que también son los que Ashleigh nombra como "Ellos", pero no los entiendo, ¿Por qué nombran a Dom?.

—¿Dom?, ¿Él está vivo?—les pregunte en un todo no tan alto, ya que aún temía el hecho de que Kefor siga por ahí buscándonos.

"Puerta", "Puerta metálica", "La puerta".

Mierda, no entiendo lo que dicen, hablan todos a la vez, ¿A que mierda se refieren con la puerta?.

—Por favor, sean más claros y hablé solo uno, ¿Qué puerta?, ¿Dónde mierda esta Dom?, ¿No hay alguna forma de que me guíen?—al preguntar eso, todos se callaron, eso me produjo más miedo, creí que el asesino estaba por venir o algo así, aquella idea se descartó cuando escuche que algo se arrastraba. Lo seguí, seguí aquel espíritu que me guiaría a Dom, supongo que es por eso, si no, no entiendo por qué lo mencionaron, pero eso es algo bueno, Dom está vivo y eso me tranquiliza, ya que vamos a ser cinco ahora, además, sería más ayuda para salir de aquí. Mis esperanzas de sobrevivir aumentaron drásticamente, eso es algo muy bueno. Seguí a aquel espíritu, y sus sonidos arrastrados que me guiaban se detuvieron un momento cuando llegue a la recepción, que fue justamente el lugar donde ocurrió todo y espero terminarlo también aquí. Mire la salida que nos daría la libertad, liberad que ahora estaba custodiada por aquellas malditas persianas metálicas, fue inevitable soltar un suspiro por pensar que, si no fuera por aquellas persianas, no estaríamos aquí jugando al juego de las escondidas, pero también es algo bueno, ya que si nos hubiéramos ido, el pobre idiota de Dom seguiría aquí.

El espíritu me dijo que la puerta estaba detrás del escritorio donde nos atendió Kefor al llegar aquí, le hice caso y me acerque para comprobar si era verdad. Había una cortina que antes no había notado que estaba allí, solamente la deslice para que no me interrumpa el paso y si, si había una puerta tal y como dijeron aquellos fantasmas, puerta metálica, la abrí sin mas y no necesite de ninguna llave para hacerlo, un olor nauseabundo salió de allí. No muy seguro, me adentre allí tapando mi nariz para que ese olor no diseque a mis fosas nasales. No les mentiré, empecé a creer que ese fantasma me estaba engañando, tenía miedo de encontrarme a Dom muerto y que su cadáver esté en plena descomposición, en un lugar así, ¿Quién no pensaría lo mismo que yo?. Sin embargo, a pesar de mis claras dudas, seguí adelante teniendo sensaciones extrañas en todo mi cuerpo, creó que se me estaba poniendo la piel de gallina. Dios, quiero volver atrás y salir de aquí, sigo sin saber por qué sigo caminando hacia delante con pasos lentos, aun si claramente con mis ojos asustados estoy viendo la sangre fresca que hay en el suelo, esto tiene toda la puta pinta de que hay algo que está mal.

—Dom...—musité en voz baja con mis labios temblorosos. ¿Cómo no reaccionar así cuando lo vi?, si, está vivo, pero no de la manera que esperaba y eso hacía que me den ganas de vomitar.

Dom está colgado de las muñecas con gilletes que era notorio lo ajustados que estaban, las muñecas de Dom estaban moradas y caía sangre de las mismas, le lastimaban mucho. Su torso estaba desnudo y con unos brazos, de quien sabe quien, en sus costillas con coceduras. Ese hijo de puta le hizo lo mismo que hizo con el cuerpo de Victoria, hasta le corto la mandíbula, quedando su lengua expuesta, cosa que me generaba mas asco, la única diferencia entre el cuerpo de Victoria y Dom, es que Dom si estaba vivo como dije, tiene sus ojos con lágrimas bien abiertos, como si las órbitas se salieran de los mismos, y hace leves movimientos como para intentar liberarse, también soltaba ruidos altos, pero yo intentaba callarlo para que el asesino no vuelva de improvisto.

—Dom, Dom, bro, escúchame, ¿Si?, escúchame, vas a salir de aquí, te voy a ayudar y vamos a salir todos de aquí, tranquilo—le decía para calmarlo, aunque yo estaba igual de asustado y sentía que se me humedecían las mejillas, estaba llorando por todo esto. 

Me acercaba a él para quitarle esas mierdas que tenía en las muñecas, no sabía como hacerlo, tenía miedo de lastimar a Dom también. Buscaba desesperadamente alguna llave que debería de destrabar aquellos gilletes, pero nos la veía, ni la encontraba.

—Dom, ¿Sabes donde está la llave?, ¿La llave está aquí?—le preguntaba rápido, pero él me negó con la cabeza para responderme—¿Él la tiene?, ¿Él tiene la llave?.

Dom asintió, ¡Mierda!, no sé cómo sacarlo de aquí. Mis brazos estaban temblorosos, al igual que mis piernas. No sé si Kefor puede saber que estoy aquí, pero no me gustaría esperar y comprobarlo. Seguí buscando, aunque dudaba de encontrar algo para ayudar a Dom, no era una opción dejarlo aquí y buscar a los otros, si Kefor me encuentra, los demás no sabrían donde está Dom, o quizás ya lo maten. No podía dejarlo por más que en un momento lo odiaba y envidiaba, no, seré un cobarde como dijo Charlotte, pero no haría eso por más que demostrara lo contrario, Dom no lo merece y no merecía nada de lo que le sucedió, ninguno de nosotros lo merecemos.

—Aleluya—dije bajo al encontrar un arma. Era un arma de fuego que no dudaría en usar para matar a ese hijo de perra, si lo hago, esto se termina, vamos a poder escapar de aquí, vamos a volver a ser felices y esto será un mal recuerdo, voy a necesitar de terapia luego de esto, todo seguramente la vamos a necesitar y Dom tendrá que ir de urgencias a un hospital, pero... al menos la tecnología avanza al igual que la medicina, seguro Dom podrá hacerse un implante o algo y no importa lo caro que sea, está vez, no voy a dudar en ayudarlo y seguramente los demás pensaran igual que yo—Dom, Dom, deja de hacer ruido, tranquilo, necesito que te quedes callado—le suplicaba, ya que estaba haciendo mucho ruido y eso podría atraer a Kefor, aun si tengo el arma para defenderme, prefiero hacerlo estando escondido o algo—¡Dom!, ¡Basta!.

Mis súplicas no habían servido de nada, ya escuchaba pasos que venían hacía nosotros, pasos extraños y rápidos. Apunte enseguida, con la reciente arma encontrada, en dirección a la puerta, donde aquel hijo de perra entraría. Dom seguía haciendo ruido, ahora sospecho que quería decir algo y por eso los hacía, pero en este momento no puedo prestarle atención, estoy más concentrado en esperar que él entre y dispararle. Aun si me temblaba todo el cuerpo, no dudaría en hacerlo. Gotas de sudor frío bajaban por mi frente, al igual que mi boca se sacaba, por más que tragara saliva con dificultad, mi garganta seguía con aquella necesidad de beber algo. Mis nervios aumentaron cuando la puerta se abrió por completo haciendo un estruendo. Kefor está ahí, con sus manos apoyadas en el suelo, mirándome fijamente y mientras soltaba gruñidos extraños. Si, me quede perplejo por un segundo, pero luego jale del gatillo por más que me pareciera tan extraño el comportamiento del agresor.

Mierda, nada, ¡Nada!, ¡No salía nada del arma!, ¡Ni una puta bala como debería de ser!. Quede perplejo, solo se escuchaba el sonido de un "click" saliendo de la pistola que tenía en manos, por más que intentara disparar una y otra vez, el sonido fastidioso aquel seguía sonando. Eso era lo que Dom quería advertirme entre sus gritos, esta mierda no tenía balas. Tome el arma y fui tan imbécil de no ver si tenía balas. Deje de intentar disparar cuando Kefor empezó a moverse para atacarme, usando de sus cuatro extremidades, yo reaccione por reflejo lanzándole el arma. No sirvió de nada, le dio en la cara, pero igualmente corrió hacia mi y se abalanzó encima mío. Solté varios gritos al igual que Dom. No gritaba solamente por el miedo de que me mate, sino, por qué él estaba enterrando sus dientes en mi carne de forma dolorosa, intento sacármelo de encima, pero parecía como un animal, gruñía y a la vez, sacudía su cabeza para arrancar más fácil de mi piel y eso hacía que me duela aún más y mis gritos sean de pura agonía, me era inevitable soltar lágrimas por el dolor que estaba sintiendo, ya no tenía las esperanzas de salir de aquí con vida, solo alcance a ver a Dom que se movía desesperado. Que triste, en otras circunstancias, quizás nos hubiéramos vuelto amigos, después de todo, si lo éramos antes, bueno, antes de que el estuviera con Lisa, ja, que idiotez. Moví mis labios para decirle un "perdón", esos mismos labios se me fueron arrancados con ferocidad, esto parecía eterno, era un dolor que jamás sentí en mi vida. Mi piel, mi carne, cualquier parte de mi cuerpo que te imagines se me eran arrancados profundamente y entre aquel dolor, sentía miedo, miedo de morir, miedo de no saber que hay luego, quería seguir viviendo, pero de nada serviría luchar ahora mismo, estaba siendo comido vivo y ahora mismo, solo espero que al menos los demás puedan salir de aquí para no pasar por este dolor que estamos viviendo Dom y yo.