CONQUISTANDO A UN MUJERIEGO

NARRADOR

Angie y Henry, se convirtieron en el centro de atención en medio de la pista de baile, ambos baila espectacular, y tienen una química única, se nota a kilómetros, que se llevan muy bien.

Ninguno de los dos se equivoca a bailar y ríen, todo el tiempo mientras baila, Fabricio los observa y por primera vez cree que su prima sí será capaz de con quitar a ese mujeriego.

Con una sonrisa en el rostro, Fabricio se coloca de pie y camina hasta unas sillas plegables cerca de la orilla de la playa para disfrutar del sol, mientras su prima y su amigo disfrutan de bailar.

—Oye, bailas espectacular —comenta Henry, a Angie cuando termina la canción y todos aplauden.

—Sabes que Fabricio, jamás me dejaría ser mala para el baile, cada que me quedaba con el de niños, pasábamos las noches bailando y pues, lo que bien se aprende nunca se olvida —responde Angie con una gran sonrisa.

—Vamos por un trago —Henry, le ofrece su mano a Angie y está la toma encanta, juntos caminaron al bar, donde piden dos copas y se queda hablando y recordando un poco de su infancia hasta que son interrumpidos.

—Henry, que bueno verte, te extrañamos mucho por aquí —una rubia se acerca a Henry y le acaricia su brazo.

—Leila, hola, tengo demasiado trabajo, pero hoy vine a recordar mi infancia con mis amigos, recuerdas a Angie Suaza —Henry, hizo que Leila, note la presencia de la mujer que lo acompaña.

—Angie, creí que no volverías, desde que decepcionaste a tu familia y te convertiste en una escritora fracasada —Leila, quien siempre fue la bruja popular del colegio, esa chica que le hacía la vida imposible a Angie y pues su familia es muy amiga de la de Angie a pesar de que sus hijos no se llevan nada bien.

—Leila, primero que todo no soy una escritora fracasada y si mi familia se decepcionó es muy su asunto, ellos debieron vivir sus vidas en vez de querer vivir atreves de la mía, ahora si me disculpas voy a nadar —Angie, antes de que Leila reaccione se toma su trago por completo camina hasta la orilla de la playa.

Se detiene en la silla junto a Fabricio, se quita sus zapatos, su short, y la camisa que trae, para dejar ver su espectacular traje de baño rojo de dos piezas, deja sus cosas en la silla junto a Fabricio y camina hasta tocar con sus pies descalzos el agua.

Angie, primero moja sus pies, pues hacía rato que no iba a la playa y le encanta la sensación del agua y la arena en sus pies. Ella está disfrutando del agua en sus pies hasta que alguien la carga y entra al agua con ella, mojándose ambos por completo.

Pues en cuando la vio con su traje de baño y vio esa tanguita roja, quedó con la boca abierta y pues pudo notar que no fue el único, así que la llevó al agua inmediatamente.

—Al agua —Grita Henry antes de caer los dos al agua y quedar empapados.

—Huy eres un tonto, ven acá —Angie lo trata de hundir para ahogarlo, pero Henry, se resiste y claro como él es más fuerte que ella con una mano, consigue sostenerla mientras ríe.

—Ja, ja, ja, Ya guerrera, ¿mira que te parece si traemos a nuestro amigo al agua, está muy relajado, no crees? —señala, Henry a Fabricio y Angie sonríe y asiente.

—Yo de los pies —ambos salen del agua con una gran sonrisa y al llegar junto a Fabricio, Henry, lo toma de loa brazos y Angie de los pies.

—¿Qué hacen par de locos? —Fabricio, quien tenía los ojos cerrados, se sorprendió mucho cuando esos dos lo sacaron a la fuerza de su silla.

—Hora de un chapuzón amigo —aclara Henry y Fabricio se resiste, pero son dos contra uno.

—Ya Fabricio, qué sentido tienen venir a la palma si no te vas a mojar —comenta Angie, cuando llega al agua y lo lanzan, empapando por completo.

—Ustedes dos me las pagarán —sentencia Fabricio.

Angie y Henry, se miran la cara y luego comienzan a correr siendo perseguidos por Fabricio, quien lo quiere llenar de arena de playa.

Mientras los amigos corren y ríen por toda la orilla de la playa, son observados por los ojos de odio de Leila, pues ella siempre ha estado enamorada de Henry.

Aunque aun siendo ella la más popular, Henry jamás le hizo caso. Y ahora que tuvo la oportunidad de quedarse a solas con él, en el bar él la rechaza por irse a nadar con Angie y eso la enoja.

Aunque no sé, atreve a hacer nada, porque sabe que la sonrisa de esos tres va a desaparecer muy pronto, y tendrá la oportunidad de conquistar a Henry, como siempre lo ha querido.

—Ya, ya me cansé basta —Angie, se detiene.

—Ahí viene, yo te cargo —Henry, la toma en sus brazos y corre con ella por toda la orilla de la playa, pero al final Fabricio los alcanzó y termina todo en una guerra en la orilla, hasta que los tres se cansaron y se sienta a la orilla esperando el atardecer como la hacían de niños, jugando con la arena de la playa.

—Gracias, chicos —comenta Angie de pronto sorprendiendo a los dos hombres a su lado.

—¿Por qué? —indaga Henry, sin poder entender por qué les agradece.

—Sí, ¿prima porque nos agradeces? —Fabricio, apoya a Henry.

—Por recordarme, que también fui muy feliz aquí, que independientemente de mi familia, fui muy feliz y que siempre tendré razones para volver aquí, por qué siempre fui feliz con ustedes —responde Angie y ambos hombres la abrazan con fuerza.

—No seas tan cursi, y vayamos de regreso, así alcanzaremos a cenar antes de que yo me vaya, pide Fabricio y Angie golpe su hombro.

—No soy cursi, simplemente me puse nostálgica. Pero si vayamos de regreso, necesito descansar, mañana es la cena familiar y espero poder soportarlos a todos más de 5 minutos —Los tres se colocan de pie y recogen sus cosas para luego caminar hasta el auto.

En el auto, Henry, ayuda a subir a Angie, y luego sube él al auto, y por último Fabricio, quien se detuvo a comparar una bebida antes de irse y fue el último en subir al auto.

Aunque los tres ya no tienen la misma energía que cuando salieron, igualmente colocan música y cantan, pues no podían terminar ese día tan hermoso ese reencuentro sin música.