El CEO Odia A Los Omegas

POV Ethan

Ya en casa, me despedí de Jacob, me fui a mi cuarto a tomar mis medicamentos y me acosté en mi sillón con una manta frente a la tele, planeaba hacer nada mientras veía una serie hasta dormirme.

Me encontraba en la oficina, era tarde y al parecer ya todos se habían ido, pero frente a mí estaba Stone. A pesar de que a simple vista todo podía parecer normal, había una palpable tensión en el aire, era algo entre él y yo que no sabía describir.

De repente, me encontré mirando fijamente a Alexander a los ojos, sentía como si la atracción que ya tenía hacia él había evolucionado. Su mirada parecía deseosa de algo, pero su aura se mantenía dominante, todo esto me envolvía como una presa, solo que yo deseaba que él me capturara.

Sin decir nada, me levanté de mi escritorio y él se acercó a mí, sentía el calor de su cuerpo contra el mío, y nuestros labios se buscaban de manera apasionada, parecían insaciables. Mi cuerpo entero se estremeció, sentía sus grandes y firmes manos rodear mi cintura, llevándome contra el escritorio para sentarme en este, mientras separaba mis piernas y se ponía entre ellas.

Quería hablar, pero fui callado por una mano de Stone, mientras la otra se encargaba de desabotonar mi camisa, dejando mi torso al descubierto. Sentí vergüenza y con ello mi rostro arder, pero él parecía tan seguro de lo que hacía. Sentía que cada caricia y cada roce encendía más mi cuerpo, hasta que finalmente llevó su mano a mi pantalón, desabrochando este y comenzando a tocarme.

Podía sentir la calidez de su mano por toda mi extensión, y él parecía disfrutar de mi timidez y vergüenza, orgulloso de cada gemido que salía de mi boca. Deseaba más y que ese momento que no lograba comprender nunca acabara, quería a Stone dentro de mí, pero al sentir que estaba por acabar, cerré mis ojos.

Sintiendo mi entrepierna mojada, abrí mis ojos de golpe, dándome cuenta de lo que acababa de pasar, acababa de soñar con mi jefe, un sueño húmedo, y ahora tenía mi entrepierna húmeda.

Estaba con el corazón acelerado y el cuerpo empapado en sudor. Me senté y traté de recuperar el aliento mientras trataba de entender lo que acababa de pasar, diciéndome a mí mismo una y otra vez que solo había sido un sueño.

Me levanté y fui a tomar una ducha fría y a cambiar mi ropa, y mientras hacía todo esto pensaba en lo real de todo lo que sentí, me di cuenta de que esa simple atracción hacía Stone se había vuelto más profunda y también lujuriosa, me sentía culpable y me asustaba, sobre todo después de saber que ahora probablemente era un omega.

Revisé la hora y eran cerca de las 3 de la mañana, así que ya con las cabezas frías, fui a dormir a mi habitación, esperando no soñar algo así de nuevo como si fuera un joven en la pubertad.