Amores que se volvieron a encontrar, pero todo vuelve a cambiar cuando el Ejército de Benjamín Walton, la Medicina de Diana Santos, Sofía Sandoval y la Mafia que domina Arnaldo Benzema crucen sus límites y sus caminos y se vuelven uno para llegar a Legendaria, aquel cargamento que los hará derramar Sange, sudor y lágrimas que los hará renunciar a sus principios y a sus juramentos.
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CAPÍTULO 14
— Padre, te juró que esta vez soy capaz de cobrarte con la propia vida - El Ferrari empezó a acelerar su curso mientras se adentraba en el terreno de la Familia Walton unos minutos después la comitiva de los Hombres de Benjamín también habían llegado.
— Coronel ¿A qué situación nos estamos enfrentando? - Preguntó uno de los Capitanes a través de la radio que Benjamín tenía en el otro asiento.
— Ante un secuestro y un posible Clan de Infractores sexuales, pero aún no tenemos nada concreto, a mi orden quiero que se introduzcan en la casa, si no ordenó nada es porque logré controlar la situación.
- Por supuesto mi Coronel, además tenemos el equipo de Peritaje correspondiente - Benjamín ya no había respondido, sin embargo, había dejado el vehículo a unos metros de la casa, ya el vehículo que habían utilizado se encontraba a la vista del Coronel, Benjamín se colocó el Chaleco Antibalas sacando dos de sus 3 Armas colocándose los Guantes su mirada se había vuelto dañino, Santiago fue el que siguió los pasos de su amigo siendo el que cubría la espalda de Benjamín.
— Están en el sótano— Expuso Benjamín, al mismo tiempo que el Coronel avanzaba los hombres en el interior del sótano empezaron a despojar prenda por prenda a Diana, los ojos de los 4 hombres tenían lujuria.
- Voy primero yo - el hombre que se había encargado de introducir a Diana al vehículo había tomado la decisión de ser el primero en querer tomar el cuerpo de Diana, la morena ya iba despertando, su cuerpo estaba empapado de sudor, además su interior estaba ardiendo de calentura Diana fue abriendo sus ojos lentamente aunque el medicamento ya había hecho total efecto en ella logrando que la mujer estuviera en un estado del cual los 4 hombres disfrutarán por completo.
— Has despertado preciosa - La voz de un hombre se reproduce en la mente de Diana, no obstante el medicamento estimulante nublaba por completo la mente de la morena, ella era ajena a lo que realmente estaba aconteciendo en ese preciso momento.
— Vaya el Señor, Walton sabe como elegir las víctimas— Expresó otro de los hombres.
— Definitivamente, el jefe sabe elegirlas— Las manos de otro hombre acarició a Diana, aquel tacto había despertado aún más el deseo en la morena.
— Por favor - Susurró la Diana, que ya no soportaba el calor que estaba sintiendo en su interior.
— ¿Qué quieres? - Preguntó el hombre que se encontraba completamente desnudo con su masculinidad muy cerca de Diana, prácticamente rozando con el brazo de la mujer.
— Necesito eliminar esta sensación que está quemando mi piel— la voz de Diana se escuchaba ronca y la necesidad de calmar su deseo se apoderaba fervientemente de su cuerpo.
— Así será preciosa, por supuesto, que vamos a eliminar aquella sensación de tu cuerpo - Fue allí que los 4 hombres rodearon a la mujer.
- Hagámoslo más divertido - Expresó el chófer con una sonrisa, sus compañeros ya sabían a lo que el hombre se refería.
— Sé obediente y abre tu boquita - Expresó otro, sus intenciones ya estaban claras - Ella me dará placer con su boquita.
— Y yo la voy a disfrutar de todas las maneras posibles - todos parecían disfrutar de aquella sensación excitante que estaban viviendo ante una mujer que estaba expuesta y drogada, todos habían tomado posición queriendo un encuentro placentero y segundos antes de que Diana fuera sometida un disparo certero en la cabeza del hombre que estuvo cerca de tomarla había dejado sorprendido a los 3 hombres más, fue allí que se percataron de la presencia el imponente hombre temible con furia en la mirada por detrás de él, el Sargento Santiago Abdo.
— 5 segundos les doy para que contemplen el rostro del hombre que va a hacer de su vida un calvario llamado infierno, mi legado es claro y Contundente quién me desafía no vive para contarlo, pero ustedes me van a recordar cada maldito segundo de su miserable vida, por qué basuras como ustedes merecen infiernos como yo —era la segunda vez que Benjamín expresó aquello y casualmente era nuevamente a alguien que hizo el intento de abusar de Diana.
El Coronel había empezado a repartir disparos al 2 × 3 los hombres ni siquiera pudieron reaccionar del impacto que produjo la llegada de Benjamín y sus palabras, sin embargo, el Coronel no les disparó a matar excepto al que había intentado de tomar a Diana primero aquel había caído al suelo muriendo de manera instantánea los demás habían recibido disparos en el muslo, en las piernas y en las manos, pero los gemidos de Diana dándose placer había generado un cosquilleo raro en Benjamín.
— Llévalos hasta la Base Militar y saquen las balas sin anestesia - Santiago tragó saliva al escuchar aquella orden, Benjamín era muy cruel si alguien alteraba sus nervios.
— Recibido mi Coronel - Respondió el Sargento mientras Benjamín se encarga de tapar el cuerpo de una Diana bastante excitada, mientras los hombres de Benjamín se encargan de llevar a los 3 hombres con vida y al que había muerto hasta la Base Militar.
El Coronel cargó en brazos a Diana que había vuelto a abrir los ojos acariciando los brazos de Benjamín que traía puesta la remera Militar - Ayúdame - Diana tenía la voz temblorosa ya el medicamento había hecho efecto en un 100% en ella mientras el Coronel veía cómo la mujer se mordía el labio inferior aquello fue un acto muy tentador.
— Diana no hagas eso - Benjamín también sentía que su cuerpo estaba empezando a palpitar, pero sabía que aquello era incorrecto y más por el estado en el cual ella se encontraba - Estás estimulada nada más - Aunque el hombre sabía que el único antídoto era que ella encontrará su liberación sexual, no quería tener intimidad con ella en esas condiciones.
— Te deseó Benjamín - Diana incluso en su inconsciencia sabía quién era el hombre que la tenía en brazos - Quítame estas ganas de ser tuya - Benjamín tragó saliva hasta que llegaron en la habitación, el Coronel la había colocado en la cama queriendo ir a preparar el jacuzzi, ya que él tenía otros planes, pero al realizar el intento de levantarse las manos de Diana lo sostuvo - Benjamín hazme tuya - el hombre no podía negarse a tener intimidad con ella nunca lo pudo hacer.
— Mañana te vas a arrepentir, pero yo no Diana - Susurró el Coronel acariciando su labio con el dedo.
— Sin miedo Coronel - Respondió Diana, aquello hizo vibrar el cuerpo de Benjamín que tenía un ardiente deseó en la mujer, pero antes de hacerlo marcó el número de alguien.
— Antes de irte saca la Ferrari de allí escóndelo - con aquella orden, Benjamín tiró el celular en el sofá posteriormente con los gemidos de Diana y la súplica de que la hiciera suya, Benjamín tomó la decisión de entregarse al placer.
Benjamín se había desvestido agarrando con las manos su masculinidad mientras se acercaba a la mujer los Gemidos de Diana cada vez se escuchaba más alto, hasta que el Coronel llegó hasta ella, había empezado a besar su brazo, su clavícula hasta llegar a sus labios, Diana lo agarro del cuello y Expuso algunas palabras mientras sentía el cuerpo del Coronel por encima del suyo.
— Quiero sentirte profundamente - Expresó Diana aquello hizo que el Coronel una sola estocada se introdujo en el interior de Diana, empezando el vaivén de cuerpos, el clamor de Diana pidiendo más volvía loco a Benjamín mientras sus caderas colisionan de manera brutal, cada estocada se siente como tocar el cielo, con embestidas feroces y profundas.
Diana con sus movimientos y sua gemidos llevaba al Límite al Coronel, la mujer llevaba el mismo ritmo del hombre, Benjamín se permitió observarla mientras tenían aquel encuentro intimo.
— ¡Benjamin! - Susurró Diana acariciando el rostro del hombre, pero Benjamín la detuvo, bajo la mano de ella, pero posteriormente las entrelaza mientras sus venas se marcan por la fuerza que ejercía al embestirla, Benjamín la tomaba con desmedida pasión, hasta que en un grito de ella, Benjamín sintió una electrizante sensación al sentir que Diana encontró su orgasmo, sus cuerpos temblaban y seguían aferrándose entre sí como si quisieran seguir sintiéndose, la excitación de ella facilitaba el movimiento para Benjamín, el hombre salio del interior de la mujer encontrando su liberación cuando Benjamín estuvo razonable después de la excitación que Diana generaba en él se dio cuenta de que la morena se había quedado dormida la habitación emanaba la fragancia sexual pero rápidamente la mirada de placer del hombre fue remplazado por una de odio.
Benjamín se vistió agarrando su arma, dejando a Diana en la habitación, pero al salir la había dejado bajo llave posteriormente se dirigió nuevamente al sótano.
Unos minutos después la puerta del sótano fue abierta nuevamente - A ti estaba esperando Bastian Walton - La voz del hombre era aguda con un toque misterioso y terrible.
— ¿Qué se supone que estás haciendo aquí? - Bastian Walton se veía bastante serio, ocultaba perfectamente la sorpresa de haberse encontrado con su hijo y era por esa misma razón que Benjamín había ordenado que Santiago cambiará de lugar el Ferrari.
— Ajustemos cuentas Padre - Benjamín se había puesto de pie.
— No tengo nada que ajustar contigo— Bastian se llevó las manos hasta por detrás de su espalda dejando a la vista de Benjamín su arma de Fuego al momento en que el Coronel vio lo que su padre había sacado, su sonrisa se había ensanchado.
— Papi ¿es todo lo que tienes? No olvides que estás ante el Jefe, además eso es muy poco para un criminal cómo tú - El Coronel se estaba controlando para no convertir en Colador a su padre - Esta vez Benjamín había dejado ver las dos armas que traía consigo.
— ¿Quieres batirte a Duelo con tu padre? - Bastian sonrió, pero antes de que dijera algo más un fuerte golpe había caído por encima del rostro del hombre provocado por una de las pistolas que Benjamín tenía en sus manos.
— Un maldito abusador no es oponente para mí— El Coronel se había lanzado por encima del cuerpo de su padre, Benjamín había dejado sus armas había logrado inmovilizar a su padre por debajo de su padre sus puños impactaron por el rostro de Bastian la furia que Benjamín tenía reprimido había salido al exterior, su padre no pudo hacer absolutamente nada para defenderse Benjamín era consumido por la ira había desfigurado con su puño el rostro de su padre - Bastian Walton tenía entrenamiento Militar y aunque ya tenía sus años tenía aún lo suyo así que hizo uso de su fuerza Benjamín había descargado su furia lo suficientemente así que dejó de golpear a su padre aquello fue suficiente para que Bastian se deshaga del físico de su hijo; sin embargo, la sangre chorrea del rostro del hombre.
— Eres un maldito infeliz - Bastian, sin dudar y escupiendo sangre se había puesto de pie, sin embargo, Benjamín tenía una sonrisa de satisfacción.
— Tan infeliz que voy a arrestar a mi propio padre - Benjamín también tenía las manos llena de sangre.
— Eres un maldito bastardo - Bastian decidió hacer uso de su arma, aunque tenía la vista un poco borrosa, pero sin dudar había disparado, aunque para su mala suerte había errado.
— A diferencia tuya, este bastardo si tiene buena puntería— Benjamín había levantado el arma apuntando directamente a la cabeza de su padre.
— Debí de haber convencido a tu madre de abortar, eres un maldito bastardo, pero te juro que hoy aquí se termina Benjamín Walton, pero antes de que te mate déjame decirte un pequeño secreto - Bastian a pesar de la sangre que brotaba de su rostro aún seguía siendo la maldad pura - Tú no eres un Walton tu madre ya estaba embarazada cuándo yo la conocí es más en 25 años de casados nunca le he puesto una mano encima tu madre me da asco para mí ella era una basura.
— Cállate - Benjamín había interrumpido lo que Bastian iba a agregar— Mi madre te da asco, pero su dinero no - Benjamín aún seguía teniendo la pistola a la altura de la cabeza de Bastian - Eres un maldito infeliz no tocaste a mi madre, pero si te atreves a abusar de otras ¿Te arruiné los planes de hoy?
— Me da satisfacción ver y escuchar el sufrimiento de las chicas para después ver cómo su cuerpo reacciona ante aquello que las obligó a hacer, porque déjame decirte que mientras los minutos pasaban las mujeres sentían placer.
— Eres un sucio asqueroso, es normal que el cuerpo reaccioné es sensible, pero también dejas un trastorno en ellas, me das asco y prefiero ser un bastardo antes de llevar la sangre de alguien como tú corriendo por mis venas, además No hay concordancia entre la excitación mental y la excitación en el cuerpo.
— No me interesa que me des clases de sexología - Con aquellas palabras Bastian nuevamente había apretado el gatillo de la pistola, y esta vez había disparado directamente a Benjamín a la altura de la Cabeza 1 disparo certero en la cabeza fue suficiente para que Bastian sonriera mientras el cuerpo de Benjamín caía al suelo - En la cabeza no hay vuelta atrás por supuesto que eres un Walton eres el hijo de mi hermano al mismo que mate también con un disparo en la cabeza, eres bastante inteligente sé que traes un chaleco antibalas, pero nadie es más que yo.
El hombre salió del sótano adentrándose en la casa, el terreno estaba en total silencio hasta que en el interior de la casa se escuchó un pequeño estornudo proveniente de una de las habitaciones, Bastian sonrió aún más en pensar que Benjamín tenía allí a la morena la sangre aún seguía goteando dejando un pequeño camino hasta la puerta en dónde se encontraba Diana, el hombre tenía las copias de todas las llaves así que fue fácil para el abrir la puerta.
Al momento en que la puerta fue abierta Diana que ya se había vestido se asustó de ver a un hombre completamente ensangrentado en el rostro - Cierra la boca o te irá peor— La Morena aún no se había recuperado de todo lo sucedido y con esta llegada había hiperventilado a punta de armas Bastian Walton condujo a Diana hasta su vehículo, una vez que el hombre salió del terreno el vehículo Militar de Santiago Abdo había llegado el Sargento tenía un mal presentimiento además sentía que todo estaba aconteciendo de manera muy rara así que agarró la radio.
— Aquí el Sargento Santiago Abdo un vehículo de la Marca Mercedes Benz acaba de salir del predio Privado de la Familia Walton síganlo - Con aquella orden el Sargento había dirigido el Vehículo hasta la entrada del sótano mismo, pero cuándo entró sintió que el oxígeno no llegaba a él, en el suelo y con un Disparó en la cabeza se encontraba su mejor amigo y Coronel de las Fuerzas Armadas.