Enamorándome De Mi Esposo.

Los gritos agudos de ambas mujeres son lo que se escucha, Isabella golpea a una chica y cuando esta se abalanza sobre ella, yo me apresuro y la levanto en mis brazos, alejándola de la pelea.

-¡Estúpida!-- grita la chica e Isabella le muestra sus dedos medios en un gesto grosero.

Yo observo eso un tanto sorprendido, ¿qué carajo pasa? Isabella, la dulce e inocente Isabella, estaba peleando en una fiesta. Es que no puedo creerlo aunque lo ví con mis propios ojos.

-¿Ya son las 22:30?-- pregunta Isabella mientras la llevo en mis brazos hasta el auto y la subo en este.

-¿Qué significa esto?-- pregunto mientras me subo y enciendo el auto. Isabella no me responde solo está mirando un punto en el auto.

-Te estoy hablando, ¿qué pasó? ¿por qué estabas peleando?-- pregunto un poco frustrado.

-Ambrose, tengo calor-- dice ella y empieza a ventilarse con su propia mano.

-¿Estás ebria? ¿bebiste alcohol?-- pregunto ya irritado, ella no me responde.

Mierda, sabía que no debía dejarla sola, aún no logro entender como mierda terminó peleando.

Al llegar al penthouse, Isabella se sienta en el sofá y empieza a quitarse el calzado.

-Agh, no puedo quitarme esto-- se queja ella, yo la miro con mis manos en mi cintura y suspiro.

-Dejame ayudarte-- digo y me arrodillo frente a ella para empezar a quitarle el calzado, ella levanta su pierna y mis ojos se desvían inmediatamente hacia abajo de su vestido donde veo la piel de la parte interna de sus muslos.

-Gracias. Otra vez te estoy molestando-- dice ella y suspira, se nota triste.

-No creas que no hablaremos sobre lo que pasó, mañana cuando estés sobria tendrás que lidiar conmigo-- digo y termino de quitarle el calzado.

-Yo no hice nada-- responde ella mientras se levanta y pierde el equilibrio -¡Ay!-- exclama, pero yo la sostengo de la cintura, su cercanía está empezando a excitarme.

-Ven, te llevaré a dormir-- digo y trato de caminar pero ella no se mueve.

-No tengo sueño, ¡quiero bailar!-- grita y empieza a dar brincos a modo de "baile" por toda la sala.

Yo solo me quedo mirándola sorprendido por su comportamiento, y para completar, empieza a cantar mientras brinca hacia el sofá.

-Baja de ahí, te vas a caer-- digo con toda la paciencia que hay en mi ser.

-¡Baila conmigo!-- grita y brinca del sofá hacia mí.

-¡Cuidado!-- digo mientras la atrapo, mis manos se posan en su trasero.

-¡Sí, bailemos!-- grita ella y empieza a brincar entre mis brazos y ya no puedo más.

-Isabella, por el amor de Dios, deja de hacer eso-- digo con sufrimiento -Te llevaré a tu habitación-- agrego y camino con ella en brazos, pero empieza a moverse inquieta.

-Ambrose, te quiero besar-- dice ella sin dejarme tiempo de reaccionar, sus manos toman mi cara y pega sus suaves y dulces labios en los míos y me besa, es un beso un tanto extraño y sin experiencia, pero eso no me detiene en corresponderle y besarla con fuerza.

Logro escuchar el mismo sonido de la última vez que la bese así, es como un gemido delicado a mi parecer, y cuando más intenso se vuelve el beso, siento que ella deja de mover sus labios.

-¿Bella?-- digo, pero ella no reacciona. Mierda se ha quedado dormida mientras me besaba, eso no es precisamente bueno.

Termino de llegar a su habitación y la dejo acostada en la cama y la cubro con la sábana.

--Isabella Jones--

Despierto con un horrible dolor de cabeza y siento mi cuerpo débil, me levanto un poco en la cama y miro a mi alrededor, hay un vaso con agua y un par de pastillas. Bernice ya debe haber llegado y me trajo esto, las tomo y me levanto de la cama para darme cuanta de que aún llevo puesto mi vestido de anoche, no puedo creer que me dormí así, ¿cómo llegué aquí? Lo último que recuerdo es que quería alejarme de Sam y no puedo recordar más.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

-Señorita Isabella, ya el desayuno está servido-- dice Bernice al otro lado de la puerta.

-Voy en un minuto-- respondo y me dirijo hacia la ducha.

Después de vestirme, bajo y veo a Ambrose leyendo unos papeles, yo me siento en uno de los taburetes y Bernice me coloca la comida de inmediato.

-Gracias, Bernice-- digo y ella solo me sonríe.

Empiezo a comer y beber de mi jugo, las pastillas empiezan a hacer efecto y ya no me siento tan mal.

-¿Bebiste las pastillas que te dejé en la mesita?-- pregunta Ambrose y yo lo miro un poco sorprendida, no sabía que había sido él.

-Sí, gracias-- respondo, Ambrose deja caer los papeles y me mira.

-¿Y bien?-- dice mientras se cruza de brazos -¿Qué fue lo que pasó?-- pregunta y yo lo miro confundida.

-¿Qué? ¿qué pasó?-- pregunto y siento caliente mi cara.

-Anoche estuviste bebiendo y te involucraste en una pelea-- dice él y yo abro más mis ojos, ¿qué fue lo que pasó anoche?

-Ambrose, ¿me estás diciendo la verdad o es una broma?-- pregunto pero al ver la expresión en su rostro, sé rotundamente que no es broma -No recuerdo lo que pasó-- agrego y él sigue con su mirada dura.

-¿No recuerdas nada?-- pregunta él, su tono es frío.

-No-- digo mientras niego con la cabeza, santo Dios, me siento tan avergonzada, no puedo creer eso, tengo que irme a mi habitación -Eh, ya terminé. Me voy-- digo y me levanto, pero Ambrose también se levanta y se interpone en mi camino.

-Aún no he terminado-- dice él -Por lo visto el alcohol no te sienta bien, tuviste un comportamiento inadecuado y te involucraste en una pelea-- dice rotundo, su voz tiene un tono autoritario y regañón.

-Lo siento-- digo, mi mirada no se ha encontrado con la suya.

-Sí, eso espero-- responde él.

-¿Me puedo ir?-- pregunto, él suspira y coloca una mano en mi barbilla y levanta mi cara, nuestras miradas se encuentran.

-Disculpa si te estoy haciendo sentir regañada, pero anoche me preocupé mucho y estuviste mal-- dice él, pero ahora su tono es diferente y puedo ver la preocupación en sus ojos.

-Está bien, estuve mal y lo siento mucho-- digo, él asiente y yo pretendo irme, pero su voz me detiene.

-Y no tienes más salidas a "fiestas" en el futuro, evita preguntarme-- dice él. Yo no digo nada solo asiento y me voy a mi habitación.

Qué horrible situación, no puedo creer que hice eso, entiendo completamente a Ambrose, estoy bajo su tutela y él es responsable por lo que me pase ante mis padres, era obvio que se iba a enojar y ahora ya no puedo ir a fiestas, pero creo que es lo mejor.

Al día siguiente, después de llegar a la universidad, Maddison y yo nos encontramos, pero ella luce extraña, parece que algo la preocupa.

-Isabella, ¿viste lo que pasó?-- pregunta ella susurrando y yo miro a mi alrededor.

-No recuerdo nada de lo que pasó en la fiesta después de ir al baño-- respondo -Pero Ambrose me dijo que me involucré en una pelea-- agrego.

-Mira-- dice Maddison mostrándome su teléfono, veo un vídeo de mí dándole una bofetada a una chica.

-¡Santo Dios!, ¿qué hice?-- pregunto mientras tapo mi boca.

-Hola, chicas-- saluda Martin y yo volteo a verlo, viene hacia nosotras, pero antes de que llegue, Maddison me sujeta de la mano y caminamos lejos de él.

-¿Qué pasa?-- pregunto mientras soy arrastrada por Maddison.

-Nada, solo...nada, vamos a clases. ¡Ash, este día está siendo una locura!-- exclama ella, luego vamos a clases.

......................

Me encuentro en mi habitación haciendo un manuscrito, hoy el día estuvo extraño y Maddison (que siempre es divertida) estuvo muy callada en todas las clases.

Aún no comprendo cómo hice para hacer eso, golpeé a una chica que ni siquiera conozco. No he podido parar de ver el vídeo, todos estuvieron hablando al respecto y me sentí tan avergonzada.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

-Señorita Isabella, le traigo sus galletas y jugo-- dice Bernice mientras entra.

-Gracias, Bernice, me avisas cuando te vayas a ir-- digo, Bernice se va y yo como una galleta mientras sigo haciendo mi manuscrito.

Al siguiente día me preparo para ir a la universidad y me dirijo a la cocina. Ambrose está sentado leyendo el diario como de costumbre, Bernice está muy callada y cuando me ve, me sirve el desayuno y se retira de la cocina. Eso me parece un poco extraño, pero igual me siento.

-Buenos días-- digo, pero Ambrose no me responde. Empiezo a comer y justo cuando bebo de mi jugo, él lanza el diario sobre el mesón isla y yo, al ver la primera hoja, escupo el jugo al ver una foto donde él me carga, el jugo cae en su cara y pecho -Oh Dios, ¡cómo lo siento!-- digo mientras tapo mi boca. Él suspira y se lame los labios.

-Necesito ir a resolver este asunto-- dice mientras toma una servilleta de tela y se limpia la cara -Tengo que cambiarme la camisa-- agrega mientras empieza a caminar y va desabrochando su camisa.

Mierda, no puedo ser más molesta porque rompería un récord, santo Dios. Tomo el diario y leo la descripción.

"El multimillonario Ambrose Brown, quién se casó clandestinamente, se deja ver en una situación embarazosa con su nueva 'esposita' saliendo de una fiesta de jóvenes universitarios"