Destinos Entrelazados.

**** Aurora ****

Aún me siento consternada por sus palabras, quien podría pensar que un hombre apático y frío como él me propusiera semejante cosa. De tan solo pensarlo me parece ridículo.

Un hombre exitoso y con innumerables opciones nunca me elegiría a mi, a las malas aprendí que el amor no es más que una ilusión, la cual te vuelve su esclavo y sumiso del dolor. Con un sabor amargo en mi paladar camino por el parque de la ciudad, mientras contemplo mi alrededor.

Decaída me detengo en el árbol de los deseos, rogando con todo mi ser que sea cierta su leyenda y pueda cumplir mi plegaria, ya estoy cansada de sufrir y recibir menos de lo que ofrezco, ya me canse de vivir de las sobras y esperar que el destino decida por mi, me harte de estar a la deriva y recibir todo el daño en silencio, desde hoy yo misma fabricaré mi felicidad y futuro, no me conformaré con las migajas que tiene mi camino, desde hoy seré un egoísta por mis propios intereses.

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Determinada a cumplir mi palabra, me dirijo donde Víctor y le hago conocer mi decisión, dejándolo perplejo.

- ¿Estás segura?, vas a tomar una gran responsabilidad, pero me alegra por ti, siento que estás volviendo a ser esa alegre y determinada chica que conocí. No tienes que preocuparte por mi, tienes mi apoyo, me entusiasma que esté trabajando por tu futuro.- me mira como un padre orgulloso, lo cual me reconforta y me anima a seguir.

- Si, no quiero ver mi vida derrumbarse de nuevo.- le confieso mi temor.

Cuando Sebastián me dejo sentí mi vida desmoronarse y lo peor de todo es que note que no contaba con nada, me acostumbre a depender de él, que llegue a ser nada, senti que era una muñeca sin alma, solo hecha para sus órdenes, un despojo de esta vida. Situación que no permitiré que ocurra dos veces.

- De verdad me alegra por ti, nunca es tarde para retomar los sueño.- me sigue halagado, provocando que me sonroje.

Para ser franca, no creí que mi decisión de volver a retomar mis estudios y luchar por una nueva vida alegrará tanto a mis familiares y amistades. Supongo que todos tenían fe en mi, menos yo; que tonta fui, nunca debí dudar de mi.

Con una gran sensación de plenitud tomo mi turno y atiendo entusiastamente a los clientes, mientras les dirijo pequeños pero reconfortantes halagos, quiero que ellos también sean partícipe de esta felicidad.

Teniendo el presentimiento que nada podrá empañar esta emoción, me despido fervientemente de mis compañeros y me dirijo a la salida, mientras me abrigo por las frías temperaturas, solo para contemplar como mi supuesta felicidad se va al escusado. Supongo que es cierto el dicho que dice, que la felicidad nunca dura para siempre.

- ¿Cómo has cambiado?, veo que nuevo amor te ha rejuvenecido, tu sonrisa y tus ojos irradian luz, ya eres otra, ¿tan desesperada estabas por irte de mi lado?.- dice descaradamente, mientras inhabilita mi camino.

¿Acaso se esta escuchado?, ahora resulta que la culpable soy yo, toda esa calidez que algún día le tuve, el mismo se encargó de matarla, me demostró lo peor de sí y de su supuesta devoción. Si busca un responsable es él.

- ¿Qué haces aquí?, acaso no te ha bastado con los escándalos que has hecho, por favor aléjate de mi vida Sebastián, que verte no es nada agradable.- declaró con cierto desprecio.

En este momento los únicos que me hace sentir, es pena y lástima, desafortunadamente cualquiera sentimiento de compasión lo ha matado.

- Vuélvelo a decirlo, no me importa si Julián te protege y te proclama su mujer, porque nada cambiará el hecho de que fuiste y serás mía, tu Aurora no puedes amar a otro hombre que no sea yo.- se me acerca y me toma de la mano bruscamente.

Presa de dolor cierro los ojos, no pensé que pudiese llegar a esto, creí que Sebastián me dejaría en paz, pero lo visto no será tan fácil. Supongo que su orgullo de macho debe estar herido, así que ahora buscar la manera de repararlo y mostrar su dominio.

Furiosa lo abofeteo, lamentando todas las veces que acepte este comportamiento, quizás si desde un inicio hubiese colocado un límite nada de esto estuviera pasando.

- Me vuelves a tocar y te arrepentirás.- digo prácticamente con fuego en los ojos.

- Tú no me dices que hacer, yo te toco cuando veces me plazca. Antes me rogabas, así que ahora te aguantas.- trata de besarme.

Sabiendo que tengo que hacer lago rápido y decisivo, me dispongo a patear su parte íntimas, cuando de la nada este sale volando, dejando estupefacta y confundida.

- Te lo dije maldito, si no lo entendiste por las buenas lo harás por las malas, porque te cobraré muy en caro tu atrevimiento.- exclama con voz grave, mientrasbsale de la oscuridad, solo para comenzarlo a moler a golpes.

Costándome asimilar lo que esta sucediendo, solo observo como lo deja tendido en el suelo, cubierto de golpes y sangre, mientras este le suplica piedad. Aturdida y sin saber que hacer voy hacia él, me preocupa que haya salido herido, no se que trucos baratos haya utilizado esa rata. Cuando me dispongo a comunicarle mi preocupación me toma de la mano y me obliga a seguirlo.

Desconcertada acato todas sus acciones en silencio, hasta que este decide romperlo y acusarme.

- ¿Aún lo amas tanto?.- pregunta con voz aguda, esquivando mi mirada

Abatida arrugó mi rostro, no entiendo por qué esta diciendo tantas atrocidades juntas.

- ¿Disculpa?.- digo un tanto indignada, me incomoda que diga eso.

- Como escuchaste, ¿por qué se merece tu amor?, no ves como te trata, te engaño por Dios y ahora casi abusa de ti, es tan importante en tu vida para mantener.- sigue acusándome.

Molesta, exploto. No voy a permitir que me juzgue sin saber los hechos completos.

- No, no lo es, intercedí por ti. No te das cuenta de que lo último que quiero es que salgas herido, tu vida se puede arruinar por mi culpa. Cuando lo entenderás.- dejo salir todo mi enojo, yo como una idiota preocupándome por su seguridad u este solo piensa que me gusta ser una masoquista, yo también sé lo que valgo y merezco.