Mi Vecino, Mi Amor

Los días fueron pasando Diego había comenzado con los trámites del divorcio y aunque estaba físicamente muy cerca de Monserrat no lo había visto ni en la oficina ni en el edificio al parecer los dos estaban evitando el encuentro, Diego quería verla pero sabía que ahora Monserrat estaba con otro hombre pero seguía con una duda pues sospechaba que el pequeño niño podría ser de él después de todo la edad coincidía con el tiempo que estuvo Monserrat además el niño tenía un cierto parecido con él pero también con Teo pues eran familiares debía de cerciorarse que Kike era su hijo así que comenzó a entablar una amistad con el pequeño ya que Monserrat lo llevaba a la oficina en ocasiones, entre los dos hubo una gran química quizá si Diego lo hubiera planeado no habría obtenido toda la información que le dio el pequeño como el hecho que Monserrat y Teo no dormían en el mismo lugar así que Diego comenzó hacerse miles de ideas por ejemplo que Monserrat se vio en la necesidad de casarse con Teo para ocultar su embarazo así que uno de esos días arranco unos cabellos del pequeño LuKe para realizarse la prueba de ADN y en cuanto a María José ella no se quería salir del departamento a pesar que el le ofrecía una casa y una muy generosa mensualidad así que Diego considero que lo más conveniente era irse él, María José amenazó con quitarse la vida pero está vez Diego no cedió a sus chantajes fue hasta su habitación saco algunas pertenencias María José se aferraba a él, no lo dejaba salir incluso hasta se arrodilló le suplicaba que no la dejará tal vez en otro tiempo sus chantajes funcionaban pero ahora era muy diferente él no iba ceder, le partía el corazón pues después de todo le tenía mucho aprecio a María José, justo cuando estaba saliendo del departamento se tipo con Teo, para Teo no paso desapercibido aquella pequeña maleta y aunque Teo quería preguntarle solo se limito a saludarlo.

Monserrat estaba por llegar al departamento se encontró con Diego en el estacionamiento Diego estaba por subir a su auto mientras que Monserrat acababa de bajar del suyo, los dos se miraron el tiempo pareció perderse en aquella mirada, cualquier amargura era olvidada, hubo silencio pero con la mirada se decían cuánto se amaban.

—Hola ¿Cómo estás?— pregunto Diego.

—Bien y ¿tú?—

—Estoy mal desde aquel día que me dejaste en la cabaña —

—Eso es pasado lo mejor será que me vaya—dijo Monserrat, Diego la tomo de brazo y dijo:

—Ese pasado está afectando nuestro presente sabes cuánto tiempo te busque, yo solo quería que me dieras una explicación—

La respiración de Monserrat cada vez era más rápida, ella tenía una opresión en el pecho aún dolía todo este amor que había guardado por años.

—Tu te ibas a casar, estabas esperando un hijo con ella—

—Esa mañana estaba dispuesto a dejarlo todo por ti, sin tan solo me hubieras escuchado — dijo Diego con impotencia, bajo la mirada se sentía derrotado.

—Yo no podía quitarle la oportunidad a ese niño de tener a su padre lo que aún me duele es saber que si me amabas ¿Por qué has seguido al lado de ella?—