A continuación les relataré la historia de Alejandra una chica determinada, responsable, que ha superado la adversidad aún con la muerte de su padre y la indiferencia de su madre. Y de cómo el destino la lleva a cruzarse con Jacob un hombre que siempre ah tenido todo y que será el próximo heredero de las compañías de la familia Souberville. Podrá nuestra protagonista cambiarle la vida a Jacob.
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Capítulo 14
Jacob llegó muy temprano en la mañana entró a la habitación y la cama no estaba hecha, pensó que su esposa estaría en el baño.
Se recostó pero Alejandra no salía, entonces fue a averiguar. Su esposa no estaba, así que decidió buscarla en otra habitación. Pensó si de nueva cuenta su esposa se había esfumado, comenzó a despertar a todo el mundo. Llego su equipo de seguridad diciéndole que nadie salió del departamento, revisaron cámaras y se ve que ella camina por el corredor. Llega a la puerta y se ve que platica con alguien, si ahí había un punto ciego no se puede saber con quien hablaba su esposa nunca sale por la puerta.
Si hubiera salido por la puerta de emergencia la alarma hubiera sonado, su equipo de seguridad llama a la empresa de las alarmas y le confirman que la alarma de la puerta trasera no funciona desde hace meses. Jacob pierde la paciencia.
—Al parecer tengo un traidor en mi casa, deben encontrarla y traerla de vuelta. Búsquenla y tráiganla a arrastras si es necesario.—dijo Jacob
Enedina estaba asustada después de todo ella le ayudó a huir, rezaba porque no la encontraran. En eso entra Alejandra por la puerta.
—Aquí estoy, no escape. Necesitaba despejarme.—dijo Alejandra
Enedina no podía creer que regresó, por que regresó debería estar lejos de ahí. Necesitaba preguntarle.
Jacob la tomó del brazo y la llevó hasta la habitación.
—Por favor no te molestes, si tú me encierras yo escaparé para poder seguir haciendo mi vida normal. Entendí que no puedo huir de ti, que más quieres de mi.—decía Alejandra
El la tomó entre sus brazos y la volvió a besar.
—que me has hecho?.- le preguntaba Jacob. —Te deseo, me arrepiento de haberte dicho que no tendríamos vida marital. Dime que necesito para poder estar contigo como lo que somos, esposos?.—preguntó Jacob
—Tu decidiste que solo era un trato, y que no habría intimidad. Además no nos conocemos y tus sentimientos en constante cambio hace que sea más difícil que nos llevemos bien, debo mantenerme firme a mis valores. No hay nada que puedas hacer.—respondió Alejandra
—Me encantas, desde la primera vez que te vi. Eres lo único real en mi vida. Pero tengo miedo, miedo a enamorarme de ti.—dijo Jacob
Alejandra se acercó y lo besó. Ella lo hacía para saber si tenían una oportunidad.
—Demos tiempo al tiempo. Primero deberiamos conocernos.—dijo Alejandra
Jacob se quedó ahí congelado, frustrado por lo que había dicho Alejandra.
Alejandra bajó a buscar a Enedina, primero regresarle su dinero y segunda decirle el por qué volvió.
—Enedina, tu dinero.— dijo Alejandra
—Por qué volviste? Lo habías logrado.— preguntó Enedina
—El me iba a volver a encontrar, decidí regresar y continuar con él no puedo evadir este problema debo enfrentarlo. Todavía tengo que terminar asuntos aquí. Cuando se canse de mi tal vez me regrese mi libertad.— respondió Alejandra
Enedina simplemente la abrazó y le dijo que podía contar con ella, jamás la dejaría sola.
Alejandra entró a la habitación y encontró a Jacob sin camisa, realmente ese hombre era sensual.
Alejandra se sentía confundida porque aunque la quería forzar, admitía que le gustó lo que le hizo sentir cuando la acaricio. Besaba rico. Tal vez sería una buena idea involucrarse más con él y tal vez darle su primera vez. Definitivamente se estaba volviendo loca, como era posible que estuviera cediendo a la tentación.