Ahora Que Vamos A Divorciarnos (Romance Y Crisis Libro 4) Cristina-Leo-Gustavo

Colgó la llamada muy molesta, ella tenía muchos ejercicios por hacer y apenas acababa de empezar a resolverlos, su abuela estaba sorprendida porque Cristina solía ser muy paciente con Gustavo.

-¿Pelearon ustedes dos?

-Algo así abue, sabes cómo es Gustavo.

-Me sorprende que no quieras ir a explicarle matemáticas cómo siempre.

-Tengo varias razones abue, la primera estoy cansada y

necesito entregar todos estos ejercicios el día de mañana y Luis Arturo me dijo

que si vuelvo a salir mal en una evaluación debido a que fui a explicarle a Gustavo en vez de estar

estudiando no me vuelve a buscar en las mañanas.

Evitó contarle la verdadera razón a su abuela porque eso sería echar más leña al fuego, Laura ya odiaba mucho a Gustavo y no necesitaba Cristina darle más motivos para hacerlo.

-Es lo que te estoy tratando de explicar siempre Criss, Luis Arturo es un gran chico y su familia te quiere mucho, no sé por qué no te gusta él, si es más lindo, y tiene más dinero que Gustavo.

Cristina se sonrió debido al comentario de su abuela, a pesar de que era cierto, ella jamás se sentiría atraída por el que consideraba como a un hermano.

-Abuela Luis Arturo es mi amigo, salir con él, es como si estuviera con un hermano, además ahora tiene novia.

-Qué lástima, ese chico sí que me gustaba para ti, siempre es tan educado, agradable y tan lindo.

-Si Luis Arturo es el mejor - Cristina siempre hablaba de su amigo con mucha admiración y sin ningún tipo de interés romántico.

-¿Cuéntame acerca de la novia de Luis Arturo? – preguntó Laura con curiosidad.

-Se llama Marcia Ortega y es bellísima, está en segundo año, pero hay algo que no me gusta de ella.

-¿Será que estás Celosa Criss? Por qué te está alejando de tu mejor amigo

-No es eso abuela, Luis Arturo no ha cambiado conmigo, es que la observo y siento miedo, es como si ocultara cosas turbias, además es muy amiga de Mireya Carmona y la mayoría de sus amigas son tan malas como ella - dijo Cristina pensando en Grecia que era tan vil como Mireya.

-Si los hijos del presidente Carmona son muy  cuestionables – añadió Laura.

Carmona tenía un hijo mayor llamado Roberto y era muy conocido por los escándalos que hacía cuando visitaba los locales nocturnos.

-Cuándo iban a la escuela Patricia y Pedro, eso fue horrible abuela, recuerdo que Marcia era parte del grupo de los que le hacían bullying.

Laura asintió ante el comentario de su nieta.

-Mireya odiaba mucho a Patricia porque ella es muy inteligente y hermosa yo la conocí brevemente porque pertenecía al club de música, es una lástima que se hayan ido porque eran muy agradable los dos.

Dijo cristina con nostalgia porque ahora le escribía a Pedro, pero este tardaba en responderle y cuándo lo hacía lo que le contaba la entristecía.

-No hables de eso, en tu escuela, ya sabes cómo se pone todo el mundo cuando se menciona al periodista y ya nosotras tenemos muchos problemas porque estamos en la lista negra del gobierno.

-No entiendo por qué abue, yo creo que lo que dice el periodista es la verdad además fui testigo de lo que le hicieron a Patricia y a Pedro en la escuela

-Yo también lo creo así Criss, pero el pueblo está de parte de Carmona y es preferible no opinar al respecto necesitamos estar de bajo perfil hasta que te gradúes y te puedas ir a estudiar al exterior.

Desde que Cristina y Leo se conocieron se hicieron muy cercanos, aunque no asistían al mismo grado, pero sí coincidían en el club de música todos los días, debido a que las prácticas terminaban muy tarde él

siempre la llevaba hasta su casa, Cristina era un poco lenta para aprender a manejar así que se fue postergando su aprendizaje, cuándo Leo se enteró de que Laura había sido cantante de ópera de joven quiso conocerla de inmediato.

-Mucho gusto soy Leonardo Palacios, Leo para mis amigos – dijo cuando se presentó ante Laura con una gran sonrisa.

Leo era muy respetuoso con las personas mayores y frente a esta distinguida dama que fue una cantante de ópera en su juventud se desvivió en atenciones

-Un placer conocerte Leo – a Laura le agradó de inmediato el chico, aunque a primera vista daba la impresión de pandillero era muy educado, amable, caballeroso y culto.

Laura, así como todos los empleados de la casa quedaron encantados con Leo y solían invitarlo a la casa, además cuando conoció el estudio de Cristina dónde ella tenía su propio piano y solían practicar los fines de semana.

Cristina quedó aún más fascinado.

Leo entró con cautela, casi reverente, al pequeño estudio de ensayo que Laura había acondicionado años atrás: una sala con alfombra gruesa, paneles acústicos, una antigua consola de grabación, y sobre todo, la reliquia sagrada: el piano de cola que alguna vez Laura había tocado en teatros de renombre.

—Esto es… increíble —murmuró Leo, recorriendo el lugar con los ojos como si estuviera ante un templo.

—Yo no sería quien soy sin este lugar —dijo Cristina, cruzando los brazos con una mezcla de orgullo y melancolía—. Aquí aprendí casi todo lo que sé.

Laura los observaba desde el umbral, apoyada en el marco de la puerta, su expresión no era de nostalgia, sino de paz: al ver a esos dos jóvenes, tan distintos, pero tan conectados por la música, podía sentir que todo su esfuerzo había valido la pena.

—Si quieren, un día les enseño algunas arias —dijo ella, sonriendo—. Puedo ser muy exigente, pero tengo mis encantos como maestra.

Cristina soltó una carcajada y Leo asintió con entusiasmo.

—Me encantaría, señora Laura. Sería un honor.

A Leo le gustaba ver a Cristina  tocar el piano, y  a veces los acompañaba Laura y él podía notar como la chica y su abuela  tenían una relación excepcional lamentablemente para él sus abuelos fallecieron y él los extrañaba así que comenzó a llamar a Laura abuela también, cosa que a ella le gustó mucho.

Gustavo se sentía sorprendido, porque a pesar de que invitaba a salir a Cristina los fines de semana como ella siempre le pedía y ese era parte del motivo por el que se enojaba a Grecia ahora ella le decía que no podía porque debía practicar, poco sabía que siempre estaba en compañía de Leo y que este se había vuelto una visita recurrente en la casa de Cristina dónde él no podía entrar porque no era bienvenido.

El estudio de Leo estuvo listo y Cristina tuvo la oportunidad de ir hasta su casa, donde también conoció a los padres de Leo, al igual que el chico no eran personas convencionales, la madre Karim era una mujer muy alta  físicamente Leo se parecía a ella y vestía como una persona cuyo gusto era el rock y Cristina se sintió

completamente identificada entre ellos, lo más curioso fue cuando conoció al padre de Leo el cual era una persona que vestía de traje pese a que notaba que tenía muchos tatuajes, sin embargo, fueron muy agradables con Cristina.

Karim e Ibrahim Palacios eran dos personas muy exitosas en materia de negocios, poseían muchas inversiones  en varias áreas principalmente en el área del entretenimiento eran dueños de discográficas, canales de televisión regionales, periódicos y revistas especializadas en el género musical entre otros, incluso poseían un 3% de acciones en Industrias Alcalá,  pero dado los cambios que estaban ocurriendo en el país con la llegada al poder recientemente se mudaron para vender todos los medios de comunicación de los cuales eran dueños en el país  y se cuestionaban si debían mantener la discográfica porque la corrupción de la política en ese sector no les gustaba y no querían verse envuelto en esa situación, aunque eran dueños de una gran fortuna eran personas sencillas que valoraban a las personas por sus cualidades, y desde que conocieron a Cristina notaron el potencial en la chica, a diferencia de los tradicionales padres de Gustavo que siempre eran fríos con ella, los

padres de Leo eran muy amables con Cristina.