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Cruel Esposo Déjame Ir

Cruel Esposo Déjame Ir

Status: Terminada
Genre:Matrimonio arreglado / Síndrome de Estocolmo / Ascenso de clase social / Completas
Popularitas:5.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Miry - C

Luisa escapó de un matrimonio arreglado, pero su prometido la encontró, la llevó de regreso a Grecia y la obligó a contraer matrimonio, sobre todo, a darle un hijo, porque de lo contrario, la herencia familiar pasaría a manos de fundaciones, y Francesco Nikolauo, no estaba dispuesto a perderla.
En un país que ya no siente suyo, encerrada en las cuatros paredes de una mansión, mientras su abuela está en el calabozo, Luisa le súplica a su cruel esposo, la dejé en libertad, pero él, firme en su posición le propone.
"Libertad a cambio de que seas mía, y me des un hijo".

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Capítulo 13

—¿Podemos hablar a fuera? —Dijo con la mirada puesta en Luisa. Esta asintió, pero Eliane estiró el brazo evitando que Luisa diera un paso y, con mirada seria y firme dijo.

—Luisa no sale de esta casa porque tú lo digas, es más, ella no regresará a Grecia contigo, puedes retorcerte en el infierno, pero a mi Luisa no te la vuelves a llevar —Francesco miró con desdén a Eliane, su mandíbula se tensó y, mirando a Luisa dijo.

—¿Es cierto lo que dice está mujer? —Los labios de Luisa temblaron, estaba nerviosa, tenía mucho miedo.

—¿¡Que no me escuchaste!? ¡¿O crees que soy una pared!? ¡Te digo que Luisa no va a regresar a Grecia y que se joda tu maldita herencia! —Francesco le lanzó una mirada asesina a Elaine, pero está no tembló.

—¡No te metas en lo que no te importa!

—¡Me meto! —rugió más alto que él— Luisa es mi amiga, ella es como mi hermana, y ni tú ni nadie va a venir a hacer con ella lo que se le dé la gana. Sobre mi cadáver vuelves a aprovecharte de su debilidad. Porque yo, Eliane Petrucci, con apellido o sin apellido influyente, te puedo despedazar. Y no hablo de despedazar socialmente, hablo de despedazarte con mis propias manos. Es que, si te atreves a amedrantar a mi Luisa, te juro que te capo —finalizó y, les indicó a sus hombres que permanecían en la puerta que sacaran a Francesco de ese lugar.

Este se esquivó del agarre de los hombres— ¡Puedo salir solo! —miró a Luisa y dijo— Recuerda que llevas a un hijo mío en tu vientre y, vendré por él en cuanto nazca —Luisa tocó su vientre sintiendo temor de que ese hombre se lo arrebatara. Francesco miró a Eliane y le sonrió, sabiendo que pronto la vería por su casa y de la misma manera la echaría.

Tras abandonar la casa Francesco, Eliane abrazó a Luisa, haciéndole saber que ahí estaba ella, que mientras estuvieran juntas, nadie podría lastimarla

Finalmente había llegado el momento en que Alessandro recibiría el alta médica. Eliane, y Francesco junto a la nana de Alessandro, esperaban ansiosos por poder llevárselo a casa.

Todos se encontraban dentro de la habitación esperando que el doctor terminara de revisarlo y diera la aprobación final de que si podía irse a casa—Bien, Alessandro, parece que has hecho un buen progreso en tu recuperación —dijo el médico, dirigiéndose al paciente—. Creo que estás listo para ir a casa.

Alessandro asintió, un atisbo de alivio visible en su mirada—. Gracias, doctor.

El doctor se volvió hacia Eliane y Francesco, quienes se habían acercado con expectación—. Ahora, en cuanto a la atención que Alessandro requerirá en el hogar, me gustaría hablar con ustedes dos —Eliane no entendía porque con ellos dos si, ella era la esposa de Alessandro y, estaba en todo el derecho de llevárselo. Era ella la Elegida para atenderlo—. Bien, dado que Alessandro no recuerda a su esposa ni a sus amigos más cercanos debido al accidente y todos somos desconocidos para él, deberán tener paciencia y ayudar todos en su recuperación —explicó el doctor mirando a Eliane—¿Has hecho arreglos para recibirlo en tu hogar?

Eliane no entendía que arreglos se refería, pero había preparado la habitación de la planta baja para quedarse ahí hasta que Alessandro pudiera caminar por sí solo, pues su pierna también estaba lastimada y necesitaba recuperación.

—Doctor, mi amigo no se va a ir con esta mujer —Eliane y el doctor le miraron impresionados—. Se irá conmigo.

—¿De qué estás hablando? Yo soy su esposa, es conmigo con quien se irá.

Francesco se aclaró la garganta—. Creo que sería más apropiado que esté con alguien de su círculo de amigos, alguien en quien confía.

Eliane lo miró con incredulidad— ¿Amigo de confianza? Ni siquiera sabes sus gustos ¿Crees que Alessandro te recordará mejor que a mí, su propia esposa?

—Eso no importa —replicó Francesco, su voz elevándose ligeramente—. Sé que no conozco sus gustos, pero es en mí en quien confía. Además, él me pidió que lo lleve conmigo…

—Eso es una mentira, Alessandro no te pediría jamás eso porque no recuerda a ninguno…

El doctor levantó una mano, tratando de calmar la situación—. Entiendo que ambos tienen razones para querer cuidar de Alessandro, pero la decisión final debe tomarla él.

Todos los ojos se volvieron hacia Alessandro, quien había observado la discusión con una mezcla de confusión y cansancio—. Entonces, Alessandro, ¿con quién prefieres quedarte? —preguntó el doctor.

Alessandro miró a Eliane y luego a Francesco, ponderando sus opciones. Eliane le devolvía la mirada con esperanza, mientras que Francesco parecía más seguro de sí mismo. Después de unos momentos de silencio, Alessandro finalmente habló—. Quiero irme con él, con Francesco.

Eliane sintió como si le hubieran dado un golpe en el estómago— ¿Qué? Pero, Alessandro, soy tu esposa. ¿Por qué prefieres ir con Francesco? —preguntó, su voz casi quebrada por la sorpresa y la decepción.

Francesco, por su parte, esbozó una sonrisa triunfante—. Sabía qué harías la elección correcta, Alessandro. Vamos a casa.

El doctor asintió con aprobación—. Muy bien, entonces. Francesco, asegúrate de seguir al pie de la letra las indicaciones que te he dado sobre el cuidado de Alessandro. Cualquier duda, no dudes en comunicarte conmigo.

Francesco asintió, ya listo para llevarse a Alessandro. Eliane, sin embargo, se interpuso en su camino, su mirada suplicante.

—Alessandro, por favor, reconsidéralo. Yo puedo cuidar mejor de ti, te lo prometo —rogó Eliane, tratando de convencerlo.

Alessandro la miró con tristeza—. Lo siento, pero creo que lo mejor es que me quede con Francesco. Él es alguien en quien confío en este momento.

Eliane sintió cómo las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos, pero se esforzó por mantener la compostura—. Pero yo soy tu esposa. Hemos construido una vida juntos, ¿es que eso no vale para ti? —insistió, su voz impregnada de desesperación.

Francesco, puso una mano en el hombro de Alessandro—. Alessandro, es hora de irnos. Tienes que descansar.

Alessandro asintió lentamente, lanzando una última mirada de disculpa a Eliane—. Lo siento. Pero creo que debo ir con Francesco por ahora.

Con eso, Francesco empujó la silla de ruedas alejando a Alessandro de Eliane y dejando sola a esta en el pasillo, abrumada por la decisión de Alessandro. Observó cómo se alejaban, sintiendo cómo su corazón se hundía en el pecho.

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Karina Vazquez Gonzalez
una historia fascinante que desde el.primer capítulo nos llevaste ala imaginación de cada capítulo escritora muchas felicidades gran historia
Karina Vazquez Gonzalez
una historia que leí desde el.primer capítulo y esta llena de retos adversidades intrigas prejuicios emociones encontradas pero sobre todo encontraron el amor verdadero puro..y supieron afrontar las consecuencias de sus actos para ser felices..
gran historia .muchas felicidades escritora
Gloriab Gimenez
Luisa sufre y el no la tiene encuenta para nada
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