Esther es una mujer llena de luz, apasionada por el ballet y la vida. Su mundo parece perfecto al lado de Lucas Belmonte, su esposo y el amor de su vida. Pero todo cambia en un instante cuando un trágico accidente automovilístico le arrebata al amor dejándola rota, perdida y convencida de que jamás volverá a amar.
En busca de sanar sus heridas, Esther emprende un viaje por el mundo, decidida a reencontrarse consigo misma. Cada lugar, cada rostro, cada paso la confronta con su dolor, pero también le abre puertas a nuevas emociones, aprendizajes y posibilidades.
¿Será capaz de reconstruir su vida? ¿Podrá abrir su corazón otra vez y volver a amar?
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Nuestro momento
...La luz dorada del amanecer se filtraba por las cortinas, acariciando suavemente la piel de Esther. Abrió los ojos lentamente, envuelta aún en la tibieza de los brazos de Fabio....
...Él dormía profundamente, con una mano descansando sobre su cintura y una leve sonrisa dibujada en los labios, como si en sueños aún la abrazara....
...Esther se quedó mirándolo, con el pecho lleno de algo que no sabía si era paz, alegría o una mezcla de ambas. Le apartó un mechón de cabello de la frente con cuidado, como temiendo despertarlo, pero él entreabrió los ojos y la miró....
^^^—Buenos días —murmuró, con la voz aún rasposa de sueño.^^^
—Buenos días —respondió ella, sonriendo como una niña que guarda un secreto hermoso.
...Se quedaron en silencio unos segundos, mirándose, sonriendo, compartiendo esa intimidad silenciosa que solo se da después de una entrega tan verdadera....
^^^—¿Fue un sueño? —preguntó él, acariciando su mejilla con el dorso de los dedos.^^^
—Si lo fue, no quiero despertar nunca —susurró ella.
...Fabio se incorporó un poco, se acercó y la besó en la frente, luego en la nariz, y finalmente en los labios con la dulzura de alguien que ya no necesita palabras....
^^^—Tienes los ojos más bonitos al amanecer —le dijo.^^^
—Y tú... —rió ella, tapándose el rostro
— tú eres insoportable con esas cosas tan cursis.
^^^—¿Insoportable? —fingió indignación mientras la hacía cosquillas^^^
^^^— ¡Yo soy pura poesía!^^^
—¡Basta! —gritó entre risas, rodando sobre la cama hasta quedar encima de él.
...Sus cuerpos se rozaron nuevamente, despertando la chispa de la noche anterior, pero esta vez sin prisa. Era otro tipo de deseo. Uno lleno de ternura, como si sus almas jugaran al amor sin necesidad de desbordarse....
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó ella, apoyando la barbilla en su pecho, juguetona.
^^^—Café, croissants... y seguir amándote cada mañana si me dejas —respondió él.^^^
—Me gusta el plan —dijo, besándolo en el pecho.
...Más tarde, entre risas, caminaron descalzos por la cocina mientras él preparaba café y ella robaba pedacitos de pan caliente. No había promesas ni definiciones. Solo ese presente compartido, luminoso, nuevo. Como si el mundo fuera menos gris y más posible de ser vivido a su lado....
...Más tarde, cuando fueron al estudio y al llegar ya se reunían algunos del grupo, Beatriz los miró solo una vez y levantó una ceja cómplice....
...Esther bajó la vista, colorada....
...Fabio solo sonrió, orgulloso....
...—¿Qué me perdí anoche? —preguntó uno de los compañeros, mordiendo una manzana....
—Nada que se pueda contar —respondió Beatriz con picardía, y todos rieron, sin sospechar cuánto se había transformado en esa noche.
...Pero entre risas, charlas triviales y bocados de fruta, Esther y Fabio compartían un universo privado ese lenguaje de pareja que apenas comienza, hecho de gestos mínimos y promesas silenciosas....
...Él le acomodó un mechón de cabello tras la oreja....
...Ella le robó un sorbo de su taza....
...Y aunque no dijeron nada, los ojos de ambos hablaban claro Por fin estaban juntos y nada podría arruinar ese momento...