El cielo no puede ser mas azul que ahora, ni la sangre mas espesa y roja, asi como un cadaver no puede oler a rosas.
Mori cuando apenas comenzaba a vivir mi vida, aunque no puedo decir que tenia una gran vida, pero al final del dia me pertenecia, era mia.
Las circunstancias del mundo en aquel entonces, no eran las mas favorables para nadie, las naciones estaban en constante disputas y un solo error basto para desatar la gerra.
Supongo que de alguna maner deberíamos de estar agradecidos por seguir vivos, pero el ser humano siempre se lamenta por lo que no tiene, maldice por lo que le quitaron y pocas veces agradece por lo que le ha sido dado.
El mundo parece mas grande ahora que en ese entonces, ¿Y como no? si quedan muy pocos sobrevivientes.....
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DOLUMA
Todo es rojo, todos ellos.
Son manchas rojas que me hacen enfurecer, quiero que desaparezcan, hay ocasiones en que esas masas rojas me hacen sentir miedo, después del temor despierta la irá y entonces cuando la rabia, la furia y un odio que desconozco, estallan en mi interior.
Todo llega a su fin de alguna manera.
Respiró profundo, siento el agua caer sobre mi cuerpo, pero no recuerdo cuando comenzó a llover. Esos infectados me acorralaron, me superaban en número, pero igual no importaba si con eso les daba algo de tiempo.
No sé por qué razón sigo ayudando a los extraños, supongo que es por ser tan débiles. Aunque eso no amerita en realidad mi ayuda, en el pasado los que decían ayudarme solo querían algo a cambio. Excepto Luis.
Él fue un buen hombre, me ayudó mucho. Me enseñó a sobrevivir y eso vale más que todo el oro del mundo.
Sé que hay cosas que no logró controlar en este mundo, como la lluvia, la noche o él día, la nieve, la vida o la muerte, pero si ayudo a retrasar un poco él pasó, de alguna manera.
Supongo que si logró evitar que la muerte acabé con lo que resta de la humanidad, eso ya es algo. Al menos es lo que pienso y seguro Luis habría hecho lo mismo, si no se hubiera vuelto loco con la perdida de su familia.
Me siento cansada, me duele el cuerpo en diferentes partes y de diferentes maneras. La lluvia es roja como la sangré, pero menos espesa.
Sonrió, mirando un cielo que no logró distinguir del todo, pues el Demonio que duerme en mi interior está despierto y dispuesto a seguir matando, esta despreciable criatura no conoce la palabra suficiente.
Una vez que comienza asesinar, siempre quiere más, pero mi cuerpo es el de un débil humano y eso al final de cuentas siempre lo frena. Lo obliga a dormir y debes en cuando aprecia el mundo a través de mis ojos, cosas que yo encuentro hermosas o divertidas.
Al principio le parecían innecesarias, pero ahora parece que disfruta un poco más cada día de lo que yo he llegado a amar y disfrutar.
Sonrió al ver como lentamente el cielo y todo a mi alrededor van recuperando sus colores habituales, aspiró hondo y me quedó observando mientras las gotas de lluvia, lastiman levemente mis ojos.
El cielo no puede ser más azul que ahora, ni más perfecto, ni la sangre más espesa y roja, así como un cadáver no puede oler a rosas. Anteriormente, cundo elevaba la vista al cielo, no había mucho que pudiera ver.
El aire estaba tan contaminado que formaba nubes grises o negras sobre el cielo, así que no había mucho que apreciar, ahora puede verse el azul del cielo incluso cuando llueve.
Mientras observo, un recuerdo de mi muerte asalta mi memoria con agresión y mi sonrisa se apaga al tiempo que derramó una lágrima, siento un nudo en la garganta y un sabor amargo al intentar tragar.
Mori cuando apenas comenzaba a vivir mi vida, aunque no puedo decir que tenia una gran vida, pero al final del dia me pertenecia, era mia o al menos en su mayor parte siempre fue mía.
Las circunstancias del mundo en aquel entonces, no eran las más favorables para nadie, la hambruna, la codicia, las reglas estúpidas de la sociedad en el aquel vivíamos solo deteriora van el alma humana.
Los gobiernos mezquinos y arrogantes de cada una de las naciones estaban en constante disputas y un solo error basto para desatar la gerra. Error, eso dicen ellos pero la verdad es que el poder los cegaba, mucho no era suficiente y todo no significaba nada en realidad.
Supongo que de alguna manera deberíamos de estar agradecidos por seguir vivos, pero el ser humano siempre se lamenta por lo que no tiene, maldice por lo que le quitaron y pocas veces agradece por lo que le ha sido dado.
El mundo parece más grande ahora que en ese entonces, ¿Y como no? Si quedan muy pocos sobrevivientes, los cadáveres ambulantes habitan en cada esquina y en cada rincón.
Para los mutados no es nada fácil vivir en un mundo como esté, supongo que es justo una razón por la cual parecen vivir en paz. Tienen un enemigo peligroso y habilidoso del cual preocuparse y por esta razón, no pelean entre sí.
Aunque si mal no recuerdo, los soldados que conocí antes de estos cuatro hombres, eran unos psicópatas.
-Uno... dos...- respiró hondo y aprieto los dientes, jaló con fuerza el brazo del espadachín que antes se clavó en mí.
Gruñó con fuerza, aunque más bien diría que una bestia está siendo masacrada.
-Tres- digo entre jadeos, mi respiración es errática y mis movimientos aunque rápidos y precisos solo generan dolor.
Odió cuando esas cosas me atraviesan, no es que logren mucho daño en mí, pero claro que duele. Aunque tras los seis intentos de suicidio ya debería estar acostumbrada.
Pensándolo bien, no hay nadie a mi alrededor así que no tengo por qué fingir, procedo a quitar las tijeras abiertas del murciélago, colocó en su lugar el hueso que se rompió gracias al golpe de la mole, quitó el colmillo incrustado de un topó.
El cual por cierto no recuerdo cuando demonios me mordió, ¿Qué creía que iba a lograr con eso?, sigo quitando los pedazos de sus cuerpos incrustados en el mío, hecho la cabeza atrás y abro la boca, para que el agua entre en mi garganta.
Tengo una terrible sed, lo que me recuerda que mis pertenencias están con esos soldados, ROJA está con ellos. Debo encontrar los o SARAM se volverá un verdadero fastidio.
Me levanto con las heridas a medio cerrar, la sangré que antes había perdido ya volvió a su lugar, hasta la última gota de ella así que comienzo una caminata de vuelta a la cima de la montaña.
Este clima de Ford es bastante loco, pero mucho del cambio en el clima es gracias a la restauración de la capa de ozono en los últimos cien años.
-¿Qué esperan?- digo sin voltear ni detenerme.
Uno a uno SARAM y los otros comienzan a ocupar sus correspondientes lugares en el cinturón alrededor de mi cadera, en momentos como este es bastante bueno que mis armas tengan vida propia...
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Capitán
El movimiento suave y constante del camino me despierta, escucho un leve gemido provenir de mí y entre abro los ojos, afuera hay un torrente de agua cayendo del cielo.
El sonido del golpe seco del agua sobre el parabrisas, me despierta de golpe después de un segundo, logrando enderezar me en el asiento.
-Al fin despertaste- escucho la voz de Marcos y me giró a verlo.
-¿Qué pasó?- preguntó desconcertado y él solo sonríe negando con la cabeza.
No recuerdo en que momento me quedé dormido, solo recuerdo que estábamos afuera, en el bosque con una tremenda nevada y Roy estaba aún lado mío, Adam estaba durmiendo y yo debía hacer guardia.
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