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Oro

Oro

Status: En proceso
Genre:Intrigante / Malentendidos / Pareja destinada / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía / Edad media
Popularitas:50.4k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Sexto libro de la saga colores.

Tras seis años encerrada en un convento, Lady Tiffany Mercier encuentra la forma de escapar y en su gran encrucijada por conseguir la libertad, se topa con Chester Clark, un terrateniente que a jurado, por motivos personales no involucrarse con nadie de la nobleza.

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13. Entre mano

...CHESTER:...

Los duques de Slindar estaban presentes en la escuela, supervisaban que todo estuviese en orden y daban los pagos mensuales a las institutrices.

Habían pasado dos semanas desde que estuve retozando en la hierba con la señorita Tiffany, con sus pequeños senos en mi boca, escuchándola jadear y disfrutar de mis caricias.

No podía dejar de recordar el sabor y la textura de su pezón entre mis labios.

Tuve que darle varias buenas sacudidas a mi miembro durante todo ese tiempo.

No me molestaba que me detuviera, sino que me tratase como si no le agradara a pesar de que disfrutaba de mi atención.

Puede que se cohibiera por ser inexperta y debía comprenderlo.

No hubo más nada interesante en los siguientes, estuve ocupado en más trabajo y haciendo otras entregas, yendo a las lecciones y hasta arreglando otra rueda de la carreta que se dañó con uno de los viajes.

Me acostaba tarde, pero eso no evitó que la señorita Tiffany me siguiera desconcertando.

No volvimos a dormir juntos.

Parecía no afectarle mi lejanía, no hubo más que dos besos en esos días, estaba también enfrascada en sus obligaciones, pero no tomaba la iniciativa en acercarse. Parecía cómoda con que yo me mantuviera alejado y eso me estaba molestando un poco, le gustaban mis caricias y mis besos, pero no parecía afectarle en lo más mínimo que yo estuviera lejos.

Me estaba evitando y eso me desagradaba.

Me ayudaba todas las noches con las lecciones, pero solo se permitía hablar únicamente de la escritura y lectura, cuando quería cambiar de tema, insistía con dar sus clases y debía aceptarlo.

Los duques de Slindar entraron al salón, mientras Tiffany ayudaba a los niños y Merida dictaba la lección.

Ella estaba indignada y no nos dirigía la palabra, apenas le daba algo que hacer a la señorita.

Lo hacía a propósito, por la confrontación y por sus celos.

Todos se levantaron de sus asientos.

— Buenos días a todos — Dijo el Duque Edward y los niños respondieron a unísono, los adultos también.

Esperaba que no hiciera otro mal comentario para avergonzarme frente a Tiffany. Odiaba su forma de querer dejarme mal solo por celos.

La pequeña duquesa sonrió a los niños, su panza estaba enorme y tenía un lindo vestido color azul, el cabello lo tenía agarrado en un tocado.

— Hemos venido a ver que los niños y adultos estén aprendiendo sus lecciones — Dijo ella y me tensé — Espero que la institutriz y su ayudante le estén enseñando correctamente.

— Por supuesto que si, su excelencia — Se adelantó Merida — Estos niños han avanzado mucho y también el señor Chester.

No era gracias a ella, sino a la señorita Tiffany.

— Oh ¿Creen que podrían darnos una demostración? — Propuso el duque, sonriendo hacia mí y me tensé, quería humillarme nuevamente.

Era un sujeto pedante, muy diferente a su fallecido hermano, aunque él tenía cierta forma extraña de tratar, me agradaba más. Ni siquiera se molestaba en recordar de que no ser por mí, lo hubiesen asesino junto con su amigo, un conde de la costa.

Yo fui el responsable de dar aviso a esos dos matones y afortunadamente lograron detenernos.

— Por supuesto. Lo estudiantes leerán un fragmento del libro de cuentos — Dijo Merida acercándose con el libro, lo tendió a la primera niña.

Las lecturas empezaron, aunque los niños leían a un ritmo lento, lo hacían de una forma fluida.

El libro pasó al siguiente niño, los duques prestaban mucha atención hasta que el libro pasó a mis manos.

Tiffany asintió con la cabeza, para que empezara la lectura.

Empecé a leer con un poco de torpeza, pero poco a poco pude agarrar más confianza y leí dos párrafos enteros sin equivocarme.

Los aplausos de los duques se oyeron al acabar.

— Me alegra ver que sus enseñanzas están dando frutos — Dijo la Duquesa Daila a la institutriz — Supongo que la ayuda de la señorita Tiffany le a servido de mucho.

— Si, un poco.

¿Un poco? Todos los niños habían tenido progresos gracias a Tiffany y ni hablar de mí, aunque todavía tenía que mejorar la caligrafía y la escritura, podía leer y eso fue gracias a las lecciones extras que ella me daba en casa.

— De hecho, gracias a...

— La señorita Tiffany fue de utilidad para los niños, pero temo que el señor Chester solo pudo avanzar gracias a mí — Me interrumpió la infeliz y Tiffany tensó sus hombros — Las lecciones en adultos requieren personas más preparadas.

— Es un milagro que el señor Chester al fin le entrara algo en la cabeza, usted es una buena institutriz — Dijo el duque y apreté mi mandíbula.

— Su excelencia, no es necesario que se enfrasque en mencionar ese detalle — Gruñí, manteniendo una expresión serena.

— Al menos podré verlo con su diploma — Volvió a sonreír.

— Este año tenemos estudiantes muy inteligentes, estos pequeños son verdaderos genios, se merecen premios— Dijo la duquesa, acercándose con su bolsa de mano a la mesa, entregó unos dulces y los niños se emocionaron, también me entregó uno — También debemos reconocer su esfuerzo, señor Chester.

— Gracias, Su excelencia, pero no es necesario...

El duque me lanzó una mirada recelosa, se veía bastante irritado por el gesto de su esposa hacia mí.

— Y a usted señorita Tiffany, también debo agradecerle — Le entregó un dulce también junto un pequeño saco con piezas — Me alegra que este dispuesta a ayudar a estos pequeños y no tan pequeños con bastante dedicación.

— Si seré una ayudante, debo hacerlo con mucha devoción y ser útil, gracias, Su excelencia, por confiarme esta tarea, siempre lo haré con entusiasmo — Dijo ella y la duquesa le dió un apretón cariñoso en la mano.

Volvió hacia el frente y también le entregó un dulce a Merida junto con su pago.

— Niños, ya pueden salir del salón — Dijo el duque juntando sus palmas — Hay una sorpresa afuera, los sirvientes han traído ropa para ustedes en una carreta, hagan la fila.

Los niños salieron a prisa del salón.

Tiffany y yo nos apartamos de la mesa.

— Espero que la labor siga bien encaminada — Comentó el duque, metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones de tela de gamuza.

— No tiene de que preocuparse, lo que si debo acotar es que puede que haya un poco de distracciones — Comentó Merida, Tiffany y yo fruncimos el ceño.

— ¿Distracciones? — La duquesa se desconcertó.

Merida nos observó — Por andar con amoríos, la señorita Tiffany y el señor Chester no están respetando las horas de las lecciones, distraen a los niños con sus muestras de afecto y eso es muy indebido.

— ¿De qué rayos habla? — Gruñí ante la mirada desaprobación de los duques.

— No tengo idea de lo que habla esta institutriz, en ningún momento hemos distraído a los niños con muestras de afecto, el señor Chester y yo no tenemos ningún amorío — Gruñó Tiffany y me tensé, puede que no tuviésemos una relación formal, pero tampoco es que no hubiese nada entre nosotros.

— ¿Lo van a negar ahora? — Se indignó Merida — Cuando hasta se dan miradas descaradas.

— Miradas descaradas son las que le da usted al señor Chester — Dijo ella, más enojada aún.

La institutriz soltó un gemido.

— ¿Cómo se atreve?

— ¡No me haga hablar, señorita Merida! — Amenazó Tiffany — Por respeto a los duques, me reservaré mis palabras.

— Si hay algún conflicto qué impida la buena formación de los niños, deben decírmelo — Dijo la duquesa, observando a los tres.

El duque parecía tener rostro divertido por lo que estaba pasando.

La institutriz tomó una larga respiración ante la advertencia discreta de Tiffany.

— No, no hay ningún impedimento, como pudo notar, han avanzado mucho en comparación al último mes, pido por favor que me disculpe, Su excelencia, estoy comprometida a enseñar a los niños y no me interesa armar conflictos que puedan ser obstáculos para desempeñarme como institutriz — Dijo, aligerando la expresión — Es solo que me preocupa que los niños se distraigan.

— No se están distrayendo — Tiffany observó a la duquesa — Me estoy encargando de que los niños mantengan la concentración.

— Espero que eso sea cierto — Dijo la duquesa — Si hay algún altercado tendré que preceder de sus servicios.

— No, eso no será necesario, estoy siendo responsable — Merida se alarmó, muy nerviosa.

— En mi conciencia queda que no he faltado a mi palabra, estoy siendo buena ayudante, Su Excelencia — Tiffany tenía una postura segura, muy diferente a lo que estaba acostumbrado a ver en ella.

— Eso me consta — Argumenté y Merida me fulminó con la mirada — La señorita Tiffany está cumpliendo de forma correcta con su labor, en cuanto a la distracciones, son solo unas pocas miradas que nos hemos dado, pero es normal en nosotros ya que pronto nos casaremos.

Tiffany enrojeció y me observó con los ojos abiertos de par en par.

La furia de Merida aumentó.

— Oh, felicidades — La duquesa sonrió — Me alegra por ambos.

— Muchas gracias, Su excelencia.

— ¿Cuándo será la boda? — Preguntó el duque.

— Aún no le hemos decidido.

Merida se excusó diciendo que tenía que retirarse y salió del salón.

El duque se aproximó a mí mientras la duquesa hablaba con Tiffany sobre lo emocionada que estaba por ella.

— Creí que estaba metido en un triángulo amoroso, la institutriz estaba a reventar de la furia cuando salió de aquí — Dijo, en voz baja.

— No suelo involucrarme con más de una mujer a la vez — Corté, muy disgustado por su curiosidad.

— La noticia de su compromiso me pone de buen humor — Colocó una mano en mi hombro — Así ya no tendré que preocuparme de que ande mirando de más a su mujer.

— Jamás he visto de más a la duquesa, soy un hombre respetable que no posa sus ojos en mujeres casadas y menos nobles.

No quería repetir la historia de mi padre.

— Interesante argumento — Alejó su mano cuando tomé una postura erguida, aumentando mi altura — Señor Chester, se que usted también haría lo mismo por su futura esposa, cuidarla de las malas miradas.

— Jamás le he dado malas miradas a su esposa — Aclaré.

— Puede que ahora no lo hago, pero recuerdo que la primera vez que nos conocimos usted si la observó con deseo...

— No es cierto — Corté, puede que la duquesa me pareciera atractiva, pero solo era eso.

El duque evaluó a Tiffany.

— Me parece familiar esa señorita...

— Óigame — Le advertí.

Se rió — Acaba de demostrarme que también es celoso.

— No me tome el pelo, esa señorita era de un orfanato y estuvo en un convento, es imposible que le parezca conocida.

— Mmm, no lo sé — Volvió a observarla — Tiene un aire familiar, sus rasgos... Me dicen que es de alguna estirpe de la nobleza, incluso de la realeza, por los rasgos rubios.

— ¿Nobleza? ¿De dónde saca esas conclusiones? — Me exalté.

— No puedo afirmarlo, no de forma completa, es solo que me parece familiar, en fin, hay tanta gente parecida en el mundo, cualquiera podría parecer a otra — Se encogió de hombros — Al menos esa señorita logró hacer que usted aprendiera a leer.

Observé nuevamente a Tiffany, pensando en sus palabras.

No, era imposible, ella no era de la nobleza, ni mucho menos de la realeza.

No iba a mentirme en cuanto a su origen, no tendría motivos para hacerlo.

¿O sí?

...****************...

— ¿Por qué dijo que nos vamos a casar? — Gruñó Tiffany, necesitaba comprar algunas cosas en el pueblo así que me detuve en el mercado para adquirir otras herramientas de trabajo en la herrería.

Observé las herramientas colgadas fuera como muestras.

— Es verdad.

— Aún no me decido — Protestó.

— No hubo problema, los duques no se sintieron ofendidos, así que está bien, era la única forma de que no viesen mal que usted y yo nos diéramos miradas en plenas lecciones.

— No es un hecho que nos vamos a casar...

— ¿Por qué se lo piensa tanto? ¿Está casada? — Le reclamé y se sobresaltó.

— Le recuerdo que salí de un convento.

— Me evita y luego se alarma porque haya dicho que nos vamos a casar ¿Hay algún problema con eso? — Arqueé las cejas.

— ¿En qué puedo ayudarles? — Preguntó el herrero.

— Necesito ver los picos.

No quise hablar más, estaba enojado por la actitud de la señorita.

Compré varias cosas, incluyendo una ropa nueva para ella, le pedí que se quedara cuidando la carreta para que no protestara.

Volví a la carreta y le entregué la bolsa de papel.

— ¿Y esto qué es?

— Es ropa, algo más acorde a su edad — Gruñí y ella apretó la boca en una línea — No proteste, más bien, debería decir de una vez que no quiere casarse conmigo.

Me observó — No es eso...

— Me evita, luego niega que tenemos algo y para terminar, se indigna porque haya dicho que nos vamos a casar — Tomé las riendas y arranqué la carreta — Es libre de irse cuando guste.

Entré a la casa, dejando mi capa en el colgador junto a la puerta.

— Señor Chester — Ignoré su llamado y me metí al baño.

Tomé un largo baño para relajarme y luego sali nuevamente, con una toalla rodeando mi cintura, entré en mi habitación y me la quité.

Y para colmo estaba endurecido por tanta lejanía.

Me tomé el miembro y empecé a acariciarme.

La puerta se abrió y la señorita Tiffany abrió sus ojos como platos al ver lo que tenía agarrado en mi mano.

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Emiux Emiux
Cierto 🤷‍♀️
Emiux Emiux
😂😂😂 Leandro
Emiux Emiux
Leandro o Sebastián ???
Emiux Emiux
Nooo manches
Emiux Emiux
😂😂😂😂😂😂
Yumara Guzman Muños
por favor más capitulos /Grievance//Pray//Pray/
Emiux Emiux
😂😂😂😂😂 cierto, esta aún es muy mandona
Emiux Emiux
😂😂😂😂😂
Emiux Emiux
Ohh no Chester no pienses así, tu también podrías ser parte de esa familia, solo no te cierres
Emiux Emiux
Pero eres el más grandote y fuerte y ellos también quieren ser como tú
Emiux Emiux
😡😡😭😭😭😭 como su familia pudo hacerle algo así 😔😔😔😔😔 encerrarla y nunca sacarla de ahí
Stella Maris Santabaya
Excelente
Letizia Mar
yo creo que William si amo a Cari a su manera un amor diferente al que sentía por Celia, el acepta que fue muy especial le devolvió la vida le dio un hijo, compañía y la hizo feliz.
es justo que trate de rehacer su vida y que mejor que con quién dejo una historia inconclusa.
lo que siente Chester es lógico para el su padre era su única familia y compañía se siente desplazado, pero era cuestión de comunicarse y aclarar sus sentimientos
Stella Maris Santabaya
Que lindo Chester 💕
Guadalupe Vargas Casarrubia
El lo que sintió por Carie fue agradecimiento nunca la quiso y tampoco la amo ella vivió bajo la sombra del amor de William por Celia. Triste la vida de la madre de Chester
Guadalupe Vargas Casarrubia
El lo único que quiere es estar con su amor Celia y su amado hijo del amor de su vida
Guadalupe Vargas Casarrubia
Nunca estuve de acuerdo que William volviera con Celia porque el único que está sufriendo es Chester porque el piensa que su padre nunca quiso a su madre y es la verdad ya que Celia es el amor de la vida de William.
Guadalupe Vargas Casarrubia
Que hombre tan cínico y miserable nunca la amo
Guadalupe Vargas Casarrubia
Estoy de acuerdo con Chester por fin se dio cuenta que su padre nunca valoró y quiso a su madre
Katsof Muri
maravilloso capítulo 💝💝💝
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