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El Último Cliente

El Último Cliente

Status: En proceso
Genre:Elección equivocada / Traiciones y engaños
Popularitas:3.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Maria Esther

Cuando José Luis conoció a Violeta, no sabía a lo que se dedicaba.

Ella intentó cambiar de vida, pero las circunstancias no la dejaron.

Su vida siempre fue muy dura. El amor, la pasión, el sexo, hicieron presa de ella...

NovelToon tiene autorización de Maria Esther para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Un amor sin futuro

Al día siguiente José Luis regresó de su viaje, y se encontró con la sorpresa de que Violeta se había ido.

¿Cómo que se fue?, ¿por qué?

Carlos le contestó:

Ella no es mujer para ti, se fue porque no se quería casar contigo, ¿qué otra cosa podría ser?

Tú que sabes, si jamás has estado enamorado de nadie.

¿Eso qué?, conozco a las mujeres mejor que tú.

Bueno, dejemos esto por la paz, dijo Otilia, la madre de ambos. Si la chica se fue ya no hay nada que hacer, es obvio que no se quiso casar contigo, hijo.

Debe de haber una explicación y yo la voy a encontrar, mañana mismo me regresaré a la ciudad.

Como quieras, hijo, pero yo no le veo el caso.

Y así, sin pensarlo mucho, José Luis se fue de nuevo a la ciudad, tenía que hablar con Violeta a como diera lugar.

Se fue directo a la casa donde sabía que vivía con ese hombre.

Tocó varias veces, como si con eso quisiera descargar su alma.

Rosa, la muchacha de confianza de Violeta fue a abrir la puerta.

Nomás abrir, José Luis entró como tromba.

¿Dónde está Violeta?, quiero hablar con ella y no me digas que no está. Háblale o entraré yo.

Señor, aquí no se encuentra Violeta, dijo Rosa, visiblemente nerviosa.

Hazte a un lado, yo sé que se encuentra en esta casa.

En eso, Violeta salió pero no iba sola. Pablo la acompañaba y los dos estaban abrazados.

¿Qué quieres, José Luis?

¿De manera que es por esto que te fuiste de mi casa? ¿Extrañabas mucho a este hombre o qué?

Perdóname, José Luis, me di cuenta que al que amo de verdad es a Pablo, tú no tienes cabida en mi alma. Así que hazme el favor de irte de mi casa.

Pero Violeta, ¿y qué pasó con todo lo que me prometiste?, ¿ya se te olvidó que íbamos a casarnos, que seríamos felices juntos?

Es algo más fuerte que yo, José Luis. Lo siento mucho, de veras.

¿Es todo lo que tienes que decirme, después de que me abandonaste sin decirme adiós?

Bueno, José Luis, has oído ya a la dama, así que, por favor, no molestes más y retírate.

Tú no te metas, Pablo. Esto es entre Violeta y yo. ¿Por qué no me dejas platicar con ella a solas?

Pablo volteó a ver a Violeta y esta le hizo una seña con la cabeza.

Está bien, iré a trabajar. Cualquier cosa aquí voy a estar en mi despacho, "mi amor".

Pablo había recalcado la palabra "mi amor" para hacer más creíble la situación.

Con la mano Violeta lo invitó a sentarse.

José Luis, te pido que me perdones, pero descubrí que no eres el amor de mi vida. No quiero casarme en un mar de dudas. No niego que fuiste muy bueno conmigo y me sacaste de esto, pero yo no puedo estar contigo, mi vida ahí está llena de aburrimiento.

¿Por qué dices que te saqué de esto, qué es esto? ¿Y cómo puedes decir que te aburres ahí conmigo?, si en todo este mes que estuvimos juntos eras infinitamente feliz yo te sentí.

Estaba fingiendo, José Luis, no podía soportar que tú arruinaras tu vida por mi culpa.

Además, tengo infinidad de deudas que no tienes idea y no puedo escapar de ellas, si yo me voy contigo las deudas me perseguirán y no podríamos ser felices.

Por favor, yo te puedo ayudar con eso, trabajaré doble, triple si es necesario, pero te juro que pagaremos hasta el último centavo de lo que debes.

Es inútil, José Luis, mejor vete y no vuelvas a buscarme más.

Violeta, no me hagas esto, pagaré todas tus deudas, te lo prometo.

De pronto, Violeta rio a carcajadas... ¿Sabes a cuánto asciende mi deuda? Ni trabajando toda tu vida lograrás juntar ni siquiera la mínima parte, no seas iluso. Si no te vas, llamaré a seguridad. Esto ya no tiene remedio.

José Luis al momento de salir, su corazón se le partía en mil pedazos.

Entonces, sintió que su mente se iluminó, al ver la casa, los muebles, la ropa que tenía puesta, y la manera de actuar de ella, era una prostituta.

José Luis sintió morirse, la sangre le quemaba las entrañas. ¿Cómo era posible que una mujer tan delicada como Violeta se dedicara al oficio más antiguo del mundo?

.

.

Violeta, en cuanto se fue José Luis, se desmoronó, dejándose caer al mueble. Lloró mucho, en verdad estaba perdidamente enamorada de José Luis. Estaba muy agitada, por lo mismo le vino un acceso de tos, tan fuerte que hubo que llevarla al hospital.

Los médicos no le daban mucho tiempo de vida. Cuando mucho, tres años. Violeta se enteró de esto, y menos quiso ver a José Luis. No quería arrastrarlo a la desdicha con su enfermedad.

Además, Carlos había amenazado con decirle toda la verdad a José Luis sobre su pasado y ella no quería que José Luis se diera cuenta. Lo que ignoraba Violeta es que José Luis ya sabía toda la verdad.

Aún así, José Luis seguía buscándola, no quería hacerse a la idea de que ya no volvería a verla.

Pero todas las veces que José Luis iba a su casa Violeta se negaba a recibirlo.

Pablo aprovechaba toda esa confusión para pedirle más y más a Violeta. Él la quería a su manera. Todos los días quería tener sexo con ella, aunque Violeta ya estaba muy cansada de eso tenía que complacerlo, de otra manera iría a parar a la calle con un montón de deudas.

Ella estaba guardando lo más que podía para poder pagar todas las deudas, porque Pablo le empezó a escatimar el dinero.

Solo será un tiempo, necesito estar seguro de que no me vas a abandonar, le decía Pablo a Violeta. A mí no me conviene que te esté dando mucho dinero si me piensas abandonar.

Por supuesto que no te voy a abandonar, ¿por qué no me crees?

Si ya lo hiciste una vez igual puedes hacerlo otra vez.

Y ahora, déjame tranquilo porque estoy muy cansado y todavía me falta trabajo por hacer.

Esa noche Violeta pudo dormir tranquila porque Pablo no quiso que se le acercara.

1
Yolanda Vaca
Excelente
Melisuga
¡Pobre chiquilla! Usada y manipulada por un canalla desvergonzado.
A todas estas, ¿y la anticoncepción?
Melisuga
Una mentira detrás de la otra. Y la ingenua inocente se las cree todas y cada una.
Melisuga
¡Qué tipo tan patán!
Melisuga
¿domingo siete? No entendí.
Melisuga: Gracias, estimada escritora.
Esther: Acá en México decimos domingo 7, para referirnos a que no vaya a salir embarazada.
total 2 replies
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