La novela trata sobre una joven llamada Jazz que, después de un accidente de tránsito, se reencarna en el mundo de su novela favorita, "Príncipe de la Oscuridad". Ahora es la reina Anastasia, casada con el rey Richard y es madre del pequeño Ethan de cinco años. A medida que explora este nuevo mundo, Jazz debe navegar por la política y la magia, mientras descubre su papel en la historia y su conexión hacia ese mundo.
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Capítulo 13 : Eres digno Ethan...
Richard se acercó a Anastasia con pasos firmes, pero su mirada era suave y reconfortante. Le tomó las manos y las sostuvo con cariño, como si temiera que se desvaneciera en el aire si las soltaba. -"Anastasia"-, le dijo con voz baja y apasionada, -"no me importa qué secretos ocultas, qué sombras te persiguen o qué errores hayas cometido. Yo estaré a tu lado, siempre. En la luz y en la oscuridad, en la calma y en la tormenta, mi alma te pertenece"-.
Anastasia lo miró con ojos brillantes de felicidad, como si las palabras de Richard fueran gotas de rocío que calmaran la sed de su alma. Su sonrisa creció, iluminando su rostro como un amanecer que despeja la noche. -"Richard..."-, susurró, su voz tan suave como el susurro del viento en las hojas de un árbol.
Richard se acerca a Anastasia con paso sereno, su mirada es suave y reconfortante, como un abrazo cálido que envuelve el alma. Le dice con voz dulce y tranquilizadora: -"Anastasia, no te preocupes, voy a buscar la forma de cambiar nuestro destino, para que puedas permanecer a mi lado y al de Ethan"-. Anastasia se sorprende, pero intenta tranquilizarse, aunque aún siente que hay algo que debe descubrir antes de decirle a Richard. -"Richard, espera"-, le dice con voz suave, -"tengo que averiguar algo antes de que podamos seguir adelante"-. Richard asiente con cabeza serena, -"Está bien, voy a esperar, pero pon atención a todo lo que descubras, Anastasia. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre"-. Anastasia asiente con un movimiento leve de su cabeza, y comienza a investigar con determinación, sabiendo que Richard la apoyará en cada paso del camino.
Luego de la pequeña conversación que tuvieron ambos, Anastasia, va en busca de Ethan.
Anastasia se dirige al jardín del castillo, buscando a su hijo Ethan. Lo encuentra en una zona apartada, cerca de la cavidad del jardín.
Ethan la mira y le dice -"Mamá"- Anastasia se acerca a Ethan con paso suave y le pregunta con ternura: -"¿Qué te pasa, Ethan? ,¿Porque estas solo?¿Qué te preocupa?"-
Ehtan responde con voz temblorosa: "Mamá, tengo miedo de no poder controlar mis poderes. Me siento como un niño que juega con fuego sin saber sus consecuencias".
Anastasia le dice con voz suave y reconfortante: -"Ethan, no te preocupes. Tus poderes son un regalo, no una maldición. Y tu padre y yo siempre estaremos aquí para ayudarte a controlarlos".
Ethan pregunta con curiosidad: "¿Y si no puedo controlarlos? ¿Y si causo daño a alguien que amo?"
-"¿ quizás papá piense que no puedo ser su sucesor?"-, ¿y si no soy digno de ser un Belmont?"-.
Anastasia miró a Ethan.
-"A su cinco años tienes preocupaciones de alguien de quince o dieciséis años los tendría"- pensó Anastasia mientras lo miraba.
Anastasia se acerco respondió con sabiduría -"Ethan eres digno de serlo y el amor es la llave que puede abrir cualquier puerta. Y el amor de tu padre y el mío por ti es incondicional. Siempre estaremos aquí para ti, para ayudarte y apoyarte"-.
Ethan dice con gratitud -"Gracias, mamá. Tus palabras me llenan de esperanza"-.
Anastasia le dice con orgullo
-"Ethan, eres un niño fuerte y valiente. Y siempre recuerda que nuestro amor por ti es incondicional"-.
Ethan sonrió y a lo lejos se escucha una voz.
-"Joven maestro Ethan"-.
Anastasia y Ethan se voltean al sonido de donde venía la voz.
-"¡Lemel!:"- dijo Ethan mientras corría hacia Los brazos de Lemel.
-"Como haz estado joven maestro"- dijo sonriéndole.
-"Estuve con mi madre platicando un rato" apuntando hacia Anastasia, la mirada de Lemel cambió en su totalidad a una más fría y indiferente.
-"Acaso tengo algo de malo"- pensó Anastasia mirándolo.
Anastasia se quedó callada viendo como se acercaban.