Segunda parte de casualidad o destino, en donde se relata lo que paso con Carlos y Liz después de que supimos de ellos, relatando como el pasado puede volver afectándonos, no solo a nosotros, sino a nuestros seres más queridos, además de mostrar, como es obligación de los padres apoyar a sus hijos, para que no paguen los errores cometidos por estos.
NovelToon tiene autorización de Israel Cruz para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
UNA FECHA ESPECIAL
Después del juicio, todos los involucrados se retiran, Kenia vive con su mamá y su tía en la casa heredada por sus abuelos maternos, y por supuesto muy a menudo recibe la visita de su amado Aldebaran, todo parece estar en calma después de que Luis desapareciera de su vida, pero la paz no es duradera.
Llega el momento de festejar una tradición, de lo más importante en la vida de la mayoría de las familias mexicanas, en que tiene que planear una ocasión especial, para un miembro de la familia o más en el caso de que los haya, una fiesta única en la vida en donde todo tiene que ser al gusto de la festejada y como dice el refrán hay que echar la casa por la ventana, a si es son los XV años de una chica, en este caso de Melina Carolina, por lo que justamente el día que Kenia estaba de visita y siendo ya parte de la familia, todos se reúnen.
Al reunirse la familia, se ponen de acuerdo, en lo que cada uno, tendría que hacer.
Carlos:
Carolina, se acerca tu fiesta, y es momento que nos digas, a quien quieres como
padrinos, y como chambelanes
Carolina:
Sinceramente, ya lo había pensado, quiero a mi tía, Angie, como madrina de vestido, a la tía Soni como madrina de coronación, a mi tío Paco, como padrino de pastel, a mi tía Lorena como madrina de cojín, a mi tía Marina como madrina de copas, y a mi prima Citlalli para último juguete.
Liz:
Buenas elecciones hija, bueno es hora, háblale a tus tías y hay que ir de compras, chicas, prepárense, nos espera un largo día.
Carlos:
Bien muchachos, nosotros también tenemos que hacer, hay que ir al criadero para elegir y apartar a los marranos más gordos, para que estén listos para la fiesta, cosechar las verduras para los acompañamientos.
Al quedar de acuerdo, Carolina le habla, a todas sus tías y prima, quienes curiosamente, ya esperaban esa llamada, y tienen el fin de semana libre, para ir de compras y adquirir todo lo necesario, por lo cual toman la camioneta familiar, recogen a las mujeres que serán madrinas, pero pasan por las abuelas,
para hacerlas parte de todo el proceso, ya que Carolina tiene un gran amor por ambas y quiere que la acompañen, a lo que las abuelas acceden sin ninguna preocupación, ya que ambas están retiradas, por lo que no les causa ningún conflicto; pero sí una gran felicidad que su nieta las tome en cuenta.
Todas las mujeres se dirigen al centro de la ciudad, donde se encuentran la mayoría de las boutiques, visitan tienda por tienda, hasta encontrar el vestido que le encanto, a Carolina, a lo que su madrina Angie, inmediatamente le dijo que si era el vestido que ella quería, lo tendría sin ningún problema, al seguir recorriendo las tiendas compran todo lo necesario, al gusto de Carolina.
Mientras las mujeres van de compras, los hombres van al criadero familiar, apartando a los puercos más grandes, para seguirlos engordando y estén listos para la fiesta, pero al ver que todo lo hacen ellos, los chicos se dan cuenta de algo.
Carlos Jr.:
Papá, has observado, que todo en el criadero lo hacemos nosotros y cada vez crece más.
Aldebaran:
Es cierto, deberíamos pensar, en contratar a alguien, que nos ayude, todo lo hacemos nosotros 6, el criadero, el puesto, el reciclaje y todo lo administrativo, un par de manos extra no nos vendría mal.
Carlos:
Lo sé hijos, ya lo había pensado, pero tengan en cuenta que otro par de manos, significa gastar dinero en sueldos y tendríamos que ver si no bajan las ganancias demasiado, pero lo tendré en cuenta.
Carlos se va dejando a los muchachos haciéndose cargo del criadero, antes de llegar a casa Carlos se comunica, con Paco, para pedirle que fuera padrino de pastel.
Carlos:
Hermano, te vengo a ver, porque Caro va a cumplir, quince años y quiere que seas su padrino de pastel.
Paco:
Sin problemas, solo dile que será muy grande.
Carlos:
Por algo te eligió como su padrino.
Paco:
Obvio, mi Charlie, entre más grande mejor solo dile que elija el sabor, y color de lo demás me encargo yo.
Al platicar con Paco, Carlos le comenta, que su microempresa, va creciendo con buenos resultados, pero es momento de contratar gente para ayudar, pero no es tan fácil.
Paco:
Vamos mi Charlie, tienes buenos ingresos, ya tienes clientes frecuentes, incluso, has tenido que rechazar pedidos, ya que no te alcanza el número de animales, realmente no gastas en materia prima, porque tú mismo la cultivas.
Carlos:
Lo sé, pero para meter más animales necesitaría más espacio, y alguien de mucha confianza que nos ayude, ya que los 6 no nos daríamos abasto.
Paco:
Te entiendo, un sueldo más si sería problemático, pero vamos temes un buen ahorro para invertir en un terreno más grande, yo te aconsejo construye una casa en el terreno que compres, contrata un empleado que viva ahí y que atienda todo.
Carlos:
Buena idea, tú me podrías ayudar a redactar un contrato, que nos convenga a las dos partes.
Paco:
Por supuesto.
Al terminar, de hablar con Paco, Carlos se va a casa, pensando en la conversación con este último, tomando muy en cuenta lo que este le dijo, en cuanto llegan los muchachos, viendo a su padre mientras ojea un álbum de fotos familiar.
Aldebaran:
¿Qué haces viejo?
Carlos:
Nada hijo, viendo unas fotos, de la familia, viendo cuanto han crecido y ahora su hermana está a meses de cumplir sus quince, pronto nos quedaremos su madre y yo solos.
Junior:
Para nada, viejo, lindo, siempre nos tendrás y algún día, Gienevive y yo te daremos nietos.
Aldebaran:
Lo mismo va por parte de Kenia y yo.
Junior:
Jamás, los dejaremos solos, viejo, incluso cuando nos vayamos, tus nietos siempre te vendrán a visitar y pasar el rato contigo y con mamá.
Aldebaran:
Así es, en unos años que tengas nietos que mimar, ni nos extrañaras.
Carlos:
Eso dicen, pero oigan par de sonsos, porque me están diciendo viejo.
Junior:
Le preguntamos a la abuela, como le decías a mi abuelito, y nos comentó.
Carlos:
Par de escuincles, esto sí es karma, pero es cierto así le decía a su abuelo.
En ese momento, llegan todas las mujeres con un montón de bolsas de compras, riendo felizmente, haciendo un escándalo, al entrar, diciendo que el día, había sido un éxito, y que todo estaba listo, desde el salón, las invitaciones y por supuesto el maestro de baile con el vals, el tango y un baile moderno junto con los chambelanes, los cuales incluían a sus hermanos.
