Abel es hijo de padres adinerados, el mayor de seis hermanos, por lo que necesita a su lado una mujer que le sea un apoyo y fortaleza al momento en que deba asumir su cargo como CEO de las empresas familiares, sin embargo, no logra encontrar la chica ideal que lo complemente. Abel no es mujeriego, pero buscando la mujer ideal ha tenido varias novias, seis hasta el momento y nada más no la encuentra ¿la séptima será la buena, la octava o la novena?
Te invito a descubrir si encontró la persona indicada.
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CAPÍTULO 12: LIBERADOS DEL PELIGRO
Cuando Valentín, llegó hasta donde se encontraban Abel y Georgina puso una sonrisa malévola para saludarla, tenía tiempo sin sonreír, pero verla frente a él y saber que muy pronto pagaría por lo que les hizo a ellos y muchos más le hizo poner esa sonrisa; la chica estaba muy pálida mostrando lo impactada que estaba por tenerlo frente a ella, trataba de hablar, pero las palabras no salían, quería correr, pero su cuerpo no respondía, estaba completamente bloqueada, sus lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas de manera silenciosa, muy en el fondo, llegó a tener sentimientos por este chico, quien la había tratado mejor que a una reina, la trataba como a una diosa, era su todo, con él se sentía en las nubes, por ello, cuando Alexander supo que se estaba enamorando de él, la amenazó para que siguiera los planes o él se encargaría de hacerle pagar por abandonarlo, por eso, cuando lo estaba envenenando, ella sufría tanto como él, incluso, quiso llegar a tomar lo mismo para morir a su lado, pero no tuvo el valor.
Hola princesa, ¿Cómo has estado?, dijo Valentín.
Y.… y… yo… Val, tú… decía tartamudeando.
Veo que ya se conocen, decía Abel con una sonrisa.
No… si… a… yo.
Veo que no te has olvidado de mi cariño, eso me alegra, porque yo tampoco lo he hecho, por eso estoy aquí hoy, para poder seguir dándote lo que se mereces, mi reina.
¿A… a qué… te refieres?, decía con la voz temblorosa.
A que es hora de que asumas las consecuencias de todo lo que has hecho en esta vida, cariño, dijo sarcástico Valentín, mientras Abel seguía parado observando cada detalle del comportamiento de la chica.
Señorita Grace Alcaraz, queda usted arrestada por estafa, usurpación de identidad, intento de asesinato…
Grace para ese momento ya no escuchaba que más decía el agente que le estaba poniendo las esposas, estaba aterrada de saber que pisaría nuevamente la cárcel, pero más porque llevaba dos días sin saber de Alexander y le habían dicho los vecinos que se habían escuchado golpes y gritos el día de la desaparición y algunos dijeron haber visto que lo llevaban muy golpeado, Grace sabía que él no podía dejarla sola, que como otras veces la rescataría y llevaría a otro lugar, sin embargo, al no tener contacto con él le hacía temblar de miedo ante lo que podría pasar a partir de ahora.
Con la policía había entrado Abelardo y Abraham, les dieron las gracias por ayudarles a atrapar a la chica para que se hiciera justicia, a los cargos que ellos pusieron se aumentarían la de otras víctimas que ya había contactado Abraham, solo faltaba preparar todo para que fuera extraditada al país de Abraham, donde él personalmente vigilaría cada proceso para asegurarse que esta vez la chica no fuera rescatada y volviera a huir, esta vez sí se haría justicia. Así fue como se despidió la familia Monterrubio quedando de estar en contacto, y quien quita y en un futuro cuando se diera la oportunidad de hacer negociaciones que beneficiaran a ambos.
Padre e hijo fueron a la oficina, ambos se alegraron de haberse librado de esa mujer que, sin saber, dejaron entrar a su casa y familia, y que pudo haberlos perjudicado grandemente. Abel se comunicó con sus amigos y les dijo que todo estaba en su lugar y ya no tenían de que preocuparse, porque ya no tendrían que cuidarse de la chica, eso alegro mucho a Belinda y Flavio. La que estaba apenada era Camila, que no podía creer que hubiera sido engañada por la carita de ángel de esa chica, solo esperaba no volver a caer en una trampa como esa nuevamente y poder usar bien su instinto para detectar cuando una persona se acercaba a ellos con malas intenciones, incluso pensó que ella debía ser detective o agente en un futuro.
Para celebrar que ya no volverían a ver a la chica y que se habían librado del peligro, ese fin de semana decidieron ir a divertirse un poco, quedando de verse en un club que era de la confianza de ellos y de sus familias, asistiendo los primos mayores de edad y que por lo mismo podían ingresar sin problema, sus amigos, Marcos que estaba muy apenado por haberles presentado a Georgina sin saber la verdadera identidad de ella, Belinda, que aunque no le gustaba ese tipo de lugares, acepto acompañarlos.
Mientras bailaban se acercó a ellos unos amigos de la infancia, quienes también se unieron a ellos para pasar un buen rato, ellos estaban ahí porque estaban festejando el cumpleaños de Ivette una amiga de ellos, compañera desde el preescolar, ella estaba feliz porque ese día cumplía 21 años, además que estaba festejando que había salido con muy buenas calificaciones en su carrera de medicina, ya que su sueño era ser una reconocida pediatra, ya que le encantaban los niños.
Ese día Abel bailo con casi todas las chicas, sus hermanas, primas, amigas, pero con quien paso más tiempo fue con Ivette, ya que a la chica le gustaba mucho él, y una vez que tuvo oportunidad de bailar, no lo soltó. Al final de la noche, Ivette le pidió a Abel si podía invitarla a salir al otro día para seguir festejando su cumpleaños, haciendo un puchero al que él no pudo resistirse y termino aceptando salir con ella al otro día.
Abel a diferencia de Valentín, a pesar de haber sentido algo muy bonito por Grace, en realidad no se enamoró, la quiso mucho, pero amor no hubo como tal, por eso le dolió su engaño, pero no se dejó caer ni cambio su vida por ella, para Abel eran piedras que se encontraban en el camino y que debía rodear, saltar o pasar, sin quedarse a medio camino y, por lo tanto, no podía estancarse solo por la culpa de una mujer con malas intenciones hacía él, así que por ella no dejaría de convivir con otras personas, ni mucho menos con mujeres, porque, el que le haya tocado una persona así, no quería decir que todas las mujeres fueran iguales, ya que él tenía una madre ejemplar, dos hermanas incapaces de hacer algo como eso y unas primas maravillosas, por eso sabía que sí había mujeres que valieran la pena, solo debía ser paciente y buscar con calma para encontrar a la mujer INDICADA para él, a lo mejor estaba muy cerca, pero faltaba que abriera los ojos para encontrarla.
Abel al otro día salió con Ivette, dándose una nueva oportunidad de conocer a una chica, una que conocía de años y sabía que era una buena chica y que no era capaz de hacerle lo de Grace o Marisol, no negándose a darle una oportunidad, en caso de que hubiera una oportunidad entre ellos. Abelardo esperaba que pronto su hijo encontrará a la mujer adecuada, aquella que lo ayudará en un futuro a tener una estabilidad emocional, que lo ayudará y motivará, una que fuera su ayuda idónea, para llevar la carga que tendría sobre sus hombros al tomar el mando como cabeza de la familia Muñuelos.