Una Rosa Sin Color

Estuvieron buscando al "asesino" por durante unas horas, un grupo de oficiales recorrieron el bosque mientras otros revisaron la casa más a fondo, sin éxito alguno.

Gracias a los guantes que me coloque no pudieron detectar ninguna huella en alguna de las armas, tampoco vi señales de Michael, al parecer escapó a tiempo el bastardo.

—oye—susurre—sueltame.

Me quede junto a SeoHoon un poco apartados de los oficiales, después del interrogatorio preliminar que nos dieron, afortunadamente nos lo hicieron al mismo tiempo asi que no fue difícil coincidir con las versiones.

—Suelta mi mano—la agite para que me soltará.

—no.

El imbécil estuvo agarrando mi mano hasta casi romperla todo el tiempo, al menos eso disipó las dudas que tenían la policía.

—pueden ir a casa por el momento, los llamaremos para que den su declaración oficial el día de mañana.

—de acuerdo—nos alejamos del lugar sintiendo las feromonas de SeoHoon más intensas.

—deja de hacerlo, me da asco.

—te salve la vida—jalo mi mano acercándome a el—deberias agradecer.

—no lo hare—me solté bruscamente—me salvaste de la policía pero me condenaste a estar contigo—rei un poco—eso es aún peor.

—entra—abrio la puerta del coche—ahora.

Entre al auto sin decir nada, es mejor alejarse de los policías por ahora, luego veré qué hacer con el.

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Vamos de camino a la casa de SeoHoon, sus feromonas se volvieron mas intensas, casi asfixiantes, ni que decir del silencio incomodo.

—reduce tus feromonas, son asquerosas.

El paro el auto en seco, en medio de la carretera haciendo que choque contra la puerta.

—cierra la boca—agarro mi cuello—¡cierra la maldita boca!.

—¿por qué estás... enojado?—di una sonrisa—tu sabías...perfecta...mente que...esto iba a pasar—hable con dificultad—te lo...advertí varias veces.

Definitivamente mis golpes le afectaron por qué empezó a reírse soltando mi cuello, estuvo así por unos minutos.

—joder—dio unas últimas carcajadas antes de empezar a conducir de nuevo—debiste esperar—murmuro.

—¿que dijiste?—pregunte agarrando mi cuello.

—en cuanto lleguemos...—aumento la velocidad—vas a pagarme esto.

—no lo creo.

No lo dude ni un poco antes de agarrar el volante y desviarlo para chocar contra la pared del puente, me quedé aturdido un momento al igual que SeoHoon.

—¡¿que estás...—le di un golpe en la cara antes de salir del auto.

Estuve pensando en hacerlo desde que me subí al coche pero tuve que esperar hasta pasar por el puente para poder ejecutar el plan.

Solo espero no morir.

—¡oye!

Cuando quería correr divisé unas luces a unas cuantas calles de dónde estábamos.

¿Será la policía?

—mierda—corrí hacia la orilla— no hay más opción.

No ayudaba mucho el hecho de que estaba lloviendo, el río es bastante turbulento y las rocas posiblemente me lastimaran.

—¡deja de hacer esto!—me grito mientras salía del coche— ¡no lo hagas más difícil!

—¡¿más difícil?!—grite—¡te recuerdo que te di la oportunidad de retractarte!

—¡¿piensas saltar?!—dio unos paso hacia mi—¡mira tus heridas!—señaló mi pierna—¡dudo que sobrevivas!.

—¡eso espero!—grite antes de saltar al río.