Mejor Juntos

MINNIE WATSON

Después de lo increíble que salió todo con nuestras familias, los preparativos de la boda siguieron, desde un principio me ha dicho a mi misma que no debía enamorarme y que a pesar de la actuación que sentía por él, no debía meter mi corazón en esto, pero tras varios días conviviendo con él, las paredes que había construido al rededor de mi corazón se estaba rompiendo; sin embargo, traté de ignorarlo.

En los últimos días, nos habíamos reunido mucho con Luna, pues prometió que haría la boda en un mes y al parecer lo cumpliría.

El primer paso fue ir a un lindo lugar a las afueras de la ciudad, era grande, al aire libre, con un gigantesco y hermoso jardín, tenía el espacio perfecto para la ceremonia y la boda, cuando vi como Ronald pago y firmó, me puse muy nerviosa, realmente la boda seria en un mes, el siguiente paso fue contratar la decoración, Ronald estuvo a mi lado, pero me dijo yo eligiera todo, al principio me sentí un poco tímida al respecto, pero después de unos minutos dejé salir mi niña interior, la que siempre soñó con una boda romántica, elegí los colores blanco y palo de rosa, todo tendría rosas, sería una decoración elegante y romántica, Ronald estuvo de acuerdo con todo.

Una mañana mientras trabajaba, recibí un mensaje de Harry, indicándome la hora y el lugar donde elegiríamos toda la comida, nuevamente me sentí un poco decepcionada que no fuera Ronald quien me contactaría, pues amaba escuchar su voz, pero esto me ayudaba a no dejar que mi corazón sintiera cosas por él.

Llegue al lugar especificado por Harry, a la hora indicada, en cuanto llegue me di cuenta de que el lugar era uno de los restaurantes más lujosos y que su chef era uno de los más famosos, en cuanto dije mi nombre me llevaron a una mesa apartada, donde vi a Ronald esperándome, para mi suerte estaba solo y no con Luna, ya que ella nos acompañaba a todo lo relacionado con la boda.

-Hola hermosa -me dijo Ronald abrazándome fuertemente y dándome un gran beso- te extrañé -me dijo aún con sus labios muy cerca de los míos.

-Solo fueron tres días -le dije riendo, él me ayudo a sentarme- como convenciste a este chef de hacerlo, tengo entendido que no hace banquetes de boda.

-Ser persistente y tener dinero ayudó -me respondió Ronald.

-Hablando de eso, dejarás que pague esto por lo menos, no me has dejado pagar nada y enserió no me siento bien -le dije, no era la típica mujer que exigía que le pagarán todo, amaba tener lo mío.

-Nena relájate, este es tu día, serás la reina en nuestra boda, solo relájate y déjate consentir -me dijo relajado, iba a seguir insistiendo, pero llego el chef, un hombre elegante, un poco creído y muy amable, su nombre era Frederick.

-Bienvenidos a ambos, recuerden que mi equipo también se encargará de servir las mesas ese día, nos traerán todas las muestras que hice y yo se las explicaré -nos explicó el elegante pelirrojo- Empecemos-

Poco a poco nos empezaron a traer platos dulces y salados, muy deliciosos, diferentes entradas, platos fuertes, postres y la comida para toda la noche entre ello estaba los vinos, champañas y jugos, solo esperaba no terminar ebria, lo que pensé que sería una experiencia tranquila y elegante, fue una experiencia deliciosa, graciosa y muy explosiva, durante todas las pruebas Ronald y yo nos reímos, nos dimos la comida entre nosotros y nos repetíamos que sería imposible elegir uno de cada uno, Frederick fue muy amable, se río con nosotros y nos dio el tiempo de elegir todo, además de explicarnos esas deliciosas creaciones, después de mucho pensar logramos decidir, definitivamente no faltaría comida y bebida en la boda.

-Fue un placer conocerlos y seguiremos en contacto, son una pareja muy hermosa y enamorada -nos dijo el chef, era normal que dijera eso, pues era la razón por la que las parejas se casan; sin embargo, cuando dijo eso me tensión, me recordó que no estaba planeando una boda llena de amor, estaba planeando una boda de negocio y aunque Ronald y yo había prometido fidelidad y hacer vida marital, nada de esto sería lo mismo y la verdad dudaba un poco de su fidelidad, su reputación no era buena, además después del encuentro con su última amante de turno, me había puesto aún más nerviosa.

Finalmente, nos despedimos amablemente del chef y nos prometimos seguir en contacto quedamos de contactarnos si algo sucedía.

-Listo nena, según Luna, ahora nos debemos ocupar de nuestros trajes, pero esto si lo debemos hacer por separado -me dijo Ronald, sin importar que yo me hubiera puesto tensa tras el comentario del chef.

-Claro que si, dejámelo a mí -le respondí.

-Ahora te tengo una sorpresa -me dijo, yo lo miré confundida, afuera del restaurante nos estaba esperando Harry, lo salude.

-Si no te importa amor, dale a Harry las llaves de tu auto él lo dejara en tu casa y así vendrás conmigo hacia la sorpresa -me dijo Ronald, sin pensarlo lo hice, quería saber ya cuál sería la sorpresa.

Harry se fue en mi auto y yo subí al auto de Ronald mientras este conducía, llegando a las afueras de la ciudad, Ronald entró a un hermoso barrio, con casas grandes y acogedoras, hermosos jardines y niños jugando en la calle.

-¿Dónde estamos, Ronald? ¿Cuál es la sorpresa? -le pregunté.

-No te desesperes amor, ya llegamos -respondió, mientras se abría la reja de una de las casas, en cuanto detuvo el auto, una amable señora nos recibió.

-Bienvenidos, señor, señorita, por aquí -nos indicó entrando a la casa, mientras la seguía, era una de las casas más hermosas que había visto, era grande, pero no exageradamente, tenía mucha luz, lucía nueva pero tenía un toque antiguo, la decoración era sencilla, tenía muchas habitaciones y todas eran diferentes, olía delicioso.

-¿Te gusta? -me pregunto Ronald sonriendo, mientras tomaba mi mano.

-Es increíble -le respondí- pero, aún no sé que hacemos aquí-

-Esta casa es nuestra, es nuestro hogar, tan pronto nos casemos, nos mudaremos aquí mi amor -me dijo Ronald dejándome sorprendida.