La Luna Del Rey Alfa

Valentina estuvo toda la mañana en la biblioteca, pero para ser sincera no había hecho mucho su mente estaba perdida en las palabras de Julian, "Tú eres mi Luna", Valentina se sentía viviendo uno de los libros de fantasía que tanto le gustaban, no sabía que sentir, por una parte, se sentía bien, será una Reina, cualquier querría eso, sería la mujer de ese maravilloso hombre, viviría en ese hermoso castillo, sería amada y valorada por el resto de su vida, pero, por otra parte, sentía que esto era más complicado, ser Reina no era solo ponerse una corona y sentarse en un trono, como Reina tendría muchas responsabilidades, Julian se veía maravilloso, pero su fuerza y determinación la asustaban un poco, sin pensarlo llego la hora del almuerzo, Valentina fue hacia él comedor nerviosa por como sería el ambiente con Julian ahora que sabía toda la verdad, para su tranquilidad en el comedor también estaban Finn, Dianna y el pequeño Mark.

-Hola Luna -dijeron Finn y Dianna en coro- nos alegra saber que ya sabe su lugar en esta manada -concluyó el lobo.

-Oh gracias, aún me estoy acostumbrando -sonrió Valentina mientras tomaba asiento al lado de Julian y le sonreía con timidez, el resto de la cena fue tranquila, conversaron temas Triviales y Valentina jugo un poco con el pequeño Mark.

Así pasaron los siguientes días Valentina tenía sus comidas con Julian, hablaban de diferentes temas, pero no tocaban él tema que ella era su luna, sus acercamientos eran cuando él la tomaba de la mano para acompañarla a alguna habitación o los besos en la frente que el Rey le daba a su Luna en la frente en modo de saludo o despedida.

El viernes de esa semana Valentina iría a visitar a sus padres, desde el día anterior le había comentado esto al Alfa y este ya había puesto un auto y dos guardias a su disposición, Valentina se encontraba en la biblioteca terminando su trabajo del día pues ya habían traído los libros de la lista que le había dado a Rachel y estaba organizándolos de la manera correcta, en ese momento entró el Rey sin que ella se diera cuenta, él la observo un momento el vestido rojo de cuello alto y mangas largas que llevaba la hacía lucir maravillosa y el Alfa no pudo evitar ir hacia ella como un depredador, la abordo por la espalda poniendo sus grandes manos en la pequeña cintura de la chica, ella se sobresaltó, pero al ver que era Julian no se apartó, el clavo su cabeza en el cuello de la chica olfateándola, Valentina se estremeció deseando aún más contacto de él, el Alfa comenzó a acariciar su cintura y estómago con sus grandes manos mientras comenzaba a besar y lamer su cuello, Valentina comenzó a gemir bajito, lo que Julian la hacía sentir no lo había sentido con Philip ni con nadie, en un rápido movimiento Julian volteo a Valentina por la cintura quedando uno al frente del otro, Julian atacó los labios de la chica, empezó con besos sencillos, luego continuo con besos más pasionales hasta que introdujo su lengua en la boca de la chica, ambos se encontraban en un estado de hipnotismo, Julian tomó a Valentina por sus piernas y la sentó en una de las mesas de la biblioteca, mientras pasaba de sus labios a su cuello, mientras tanto sus manos estaban en las piernas de la chica y ella tenía sus manos abrazándolo, durante un momento Julian pensó que aunque no se quería separar de ella y quería continuar esto la espantaría así que paro, Valentina quien tenía los ojos cerrados los abrió lentamente cuando sintió como el Alfa paraba.

-Eres deliciosa Mujer -dijo el Lobo con intensidad- no querría parar nunca, pero ya el auto te está esperando para ir donde tus padres.

-Oh si, claro -dijo Valentina aún con la respiración acelerada, mientras bajaba de la mesa y acomodaba su vestido, Julian la tomó de la mano y la guio a la salida del palacio, frente al auto.

Julian le dio un pequeño beso en sus labios y dijo:

-Cuídate lo que necesites se los dices a los lobos, tal vez la próxima vez te acompañaré -concluyó el mientras le guiñaba un ojo y abría la puerta para que Valentina entrará al auto.

En el camino Valentina aún muy exaltada pensó si contarles a sus padres todo esto sobre ser la Luna de esta manada y la verdad sobre porque estaba viviendo en el castillo, no logro tomar una decisión, ya que aunque el castillo quedaba un poco apartado de la casa de sus padres, Valentina tomó demasiado tiempo en pensarlo.

El reencuentro con sus padres fue hermoso, si lo pensaba bien nunca se había separado tanto tiempo de ellos, se habían sentado a comer y hablar cómodamente, también aprovecho el tiempo para ver a su perro, durante ese tiempo George se asomó por la ventana.

-Hija, para ser solo la bibliotecaria del palacio te cuidan demasiado, ¿no crees? -exclamó él, mientras observaba los grande lobos y el bonito auto afuera de su casa- te transportan en un auto de lujo, dos lobos gigantes cuidándote.

-Mm si -contesto Valentina- son todos muy amables y he aprendido mucho sobre ellos- continuo la chica mientras le comentaba a sus padres todo lo que unos días antes le habían dicho Julian y Dianna sobre los lobos, Valentina también agregó que todos habían sido amables y respetuosos con ella (no quiso comentarles sobre la odiosa Rachel), para tranquilizarnos aún más, comento sobre los humanos que también trabajaban en el castillo.

-Todo suena muy bien Mi Corazón -creo que sería el trabajo soñado por cualquiera -dijo Anyela, mientras George pensativo asentía pensativo.

-Debo decirles algo más -dijo Valentina de forma decisiva pero muy nerviosa- yoo.. yo soy la Luna del Rey Alfa Julian -confeso frente a sus padres.