La seducción femenina es un arte que he dominado con gracia y precisión. Mi nombre es Ela West, y soy una mujer que inspira deseo y envidia en igual medida. Mi belleza es mi arma más poderosa, y la uso con sabiduría.
Mi vida estaba siendo perfecta, hasta el momento en que el socio de mi padre decide jubilarse y dejar en su lugar a su hijo mayor, quien me hizo la vida imposible siendo una niña, ahora es mi momento de hacerle la vida imposible a él.
Pero no esperaba que mis sentimientos por él volvieran a arder con tanta intensidad. Pensé que había logrado apagar las llamas de la pasión y el amor, pero parece que solo estaban dormidas, esperando el momento adecuado para renacer de las cenizas.
La memoria de nuestros momentos juntos comenzó a regresar, y con ella, el dolor y la nostalgia. La llama del amor que creí extinguida volvió a encenderse, y ahora me encuentro en una encrucijada. ¿Podremos estar juntos esta vez?
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Distancia
POV DANTE.
No me quería levantar de lado de Ela, pero corrí el riesgo de que pronto despertara Y enloqueciera si me llega a ver. Ahogue un tejido antes de levantarme a la fuerza de la cama y me quedé un rato contemplando su hermoso rostro a la hora de dormir.
Ella sigue durmiendo cómoda y plácidamente, se ve tan tranquila, como si se tratase de un bello ángel retratado. Pero la niña es todo lo contrario, es una fiera de lengua filosa, que escupe veneno por doquier.
Una sonrisa se dibujó en mis labios ante el recuerdo de anoche. Su piel está suave y exquisita. No sé cuántas veces la devoré a mis anchas, Lo único que tengo claro es que los deseos que siento por ella siguen intactos en mi pecho, es más, se hicieron más fuerte que antes. No fue suficiente con doblegarla y someterla a mí, porque ella es una adicción difícil de dejar ir como si nada.
La decía por tantos años, decide deleitarme con el dulce néctar de su alma, y ahora que pude hacer uno de mis sueños realidad, no quiero que esto se quede en una noche desenfrenada. Hubo tantos sentimientos encontrados en nuestros besos y en la entrega de nuestro cuerpo y la entrega de nuestros besos, que es necesario aclararlos mediando con palabras sabias.
Pero Ela es y siempre ha sido una mujer terca y orgullosa, no acepta que siente por mí lo mismo que yo siento por ella.
En un susurro sus besos embriagados con los míos y sus piernas caricias fueron esa conversación que mi corazón y el de ella necesitaban.
Ella estaba pasada de copas y sé que no debía acercarme en ese momento, pero la ira de los celos y los sentimientos me cegaron y no me hicieron pensar con claridad.
Mis celos se activaron al verla con otro hombre, y eso me atrajo aquí a ella a hacer lo que no debía, pero no me arrepiento en lo absoluto, porque gracias a esos arrebatos pude tener la dicha de hacerle el amor en todas sus expresiones. Es más, ahora mismo me encantaría despertarla con mis besos y caricias, pero conociendo la como es no tendré la misma suerte de anoche.
—Podemos hacer de cuenta que nada pasó, pero tu preciosa, sabes bien que te hice suspirar y aclamar en más de una ocasión—
Deje un beso en sus delicados labios, me levanté por completo de la cama, vistiéndome a toda prisa para no estar en su apartamento cuando ella despierte. Pero en el intento de huir, ella se despertó y lo primero que hizo fue gritar como se acabara de ver un fantasma.
—¿Qué diablos haces aquí?— se levantó desesperada llevando consigo las sábanas cubriendo su desnudez. —¡Largo de mi casa!
»Y ahí está. Justo lo que quería evitar«
—¿No me digas que estabas tan ebria como para no recordar lo que hicimos?—le di una leve sonrisa, al tiempo que me colocaba la corbata en la nuca. —¿Se te borró la memoria tan pronto, mi vida?—
Vi sus mejillas encenderse de un rojo intenso, en una mezcla de furia y vergüenza.
—No seas tan tonto, Dante. Sé perfectamente lo que sucedió entre nosotros, pero pensé que serías un poco más inteligente y te irías en cuanto amaneciera, después de todo, solo fuiste un revolcón más—
—¿Estás segura de que para ti solo fui un revolcón?—dije tratando de ignorar la punzada amarga que me gobernó ante sus crueles palabras. —En fin, no pienso discutir contigo por algo tan insignificante. Digas lo que digas, tú y yo sabemos que no se trató de un simple revolcón más— me acerqué a ella y dejé un mechón de su cabello detrás de su hombro, enbozando una sonrisa al ver la marca tan exquisita que deje en su cuello. —Podrás negarle al mundo entero si quieres, lo que hubo entre nosotros, pero no te podrás negar a ti mismo que te hice toda mía—
—¿Qué te sucede? No soy tuya—apartó mi mano de su hombro. —Solo tuvimos sexo y eso no es una cosa del otro mundo. Si quieres, puedes gritar que al fin lograste tirarte la hija del socio de tu padre—
—Nunca haría tal cosa, no eres un objeto el cual debo hacer— fruncí el ceño.
—Muy bien, ahora ya puedes irte—
—No se te olvide que debemos hablar de lo que está sucediendo entre nosotros—
—¡Ya, Dante! Yo estaba muy tomada, tú no querías perder la oportunidad y tuvimos sexo porque las ganas nos dominaron. No sucedió nada más y déjame aclararte que lo que sucedió no volverá a repetirse nunca más, así que ni trates de insinuar absolutamente nada. Sigamos manteniendo la distancia entre nosotros, tú sigues con tu vida y yo con la mía y hagamos de cuenta que nunca pasó—
—¿Eso es lo que quieres de verdad?— asintió. —Entiendo, si eso es lo que quieres trataré de hacerlo, más no…— suspiré al ver su mirada desafiante me di la vuelta simplemente salí de su apartamento antes de que mis deseos me dominaran.
Sabía que Ela se pondría con una fiera en cuanto me viera, pero realmente estaba muy tranquila, mira solamente me reflejaba vergüenza contradicciones y furia.
Trataré te daré la distancia que me pide, pero no puedo prometer que lo estaré del todo, cuando en realidad lo que yo más deseo de romper todas estas barreras que ya tienen medio de nosotros dos y amarla con todo el poder de mi corazón.
Sé que quizás sea tarde para mí porque dejé que pasara muchos años y nunca la busqué ni le di ninguna explicación, pero nunca es tarde cuando el sentimiento es verdadero y sincero. Cumplí mis metas profesionales y llegué muy lejos en el ámbito laboral, ahora que regresé, me convencí aún más que necesitaba completar mi felicidad que era totalmente ella. Toda ella hace parte de mi ser desde hace mucho tiempo, Solo que esos sentimientos estaban como el mar en calma.
Llegué a casa con una sonrisa que nadie podía borrar de mi rostro, ni siquiera el veneno de esa mujer que me vuelve loco.
—¿Se puede saber a dónde estabas y por qué llegas a estas horas? Aunque por tu apariencia y esa sonrisa, me da una idea de lo que estabas haciendo—
—No llegué porque tuve la mejor noche de mi vida, papá. Por primera vez sentí que tú que el cielo y luego el infierno a la vez—
Lo vi fruncir el ceño, negando con su cabeza.
—¿No era que primero ibas a conquistar su corazón?—
—Esa fiera no tiene corazón, está envuelta nunca para son hecho de acero, pero poco a poco lo voy a destruir— sonreí. —Ahora quiere distancia y es lo que le voy a dar—
—No creo que deberían comportarse como unos niños, puesto que ya no lo son, deberían dejar de jugar y hablarse claramente ambos, decirse de una vez, todo lo que sienten—
—En el amor y el corazón se vale todo y tú lo sabes muy bien, Papá. Con esa mujer no sirven de nada las flores y las palabras bonitas—
—¿Y crees que una mujer como ella va a venir corriendo a tus brazos simplemente porque te alejas?—
—Eso lo tengo más que claro, pero se siente algún tipo de sentimiento por mí, tratará de hacerme cualquier señal para que sea yo quien vaya a sus pies. Esto es un juego para ella, Y sabes muy bien que no piensa dejarme ganar, porque simplemente a ella no le gusta perder, Papá—
Una risa burlona se escapó de sus labios.
—Son tal para cual ambos, les gusta perder el tiempo en lugar de dejar todas las cosas claras y esos juegos de niños atrás, para poder amarse como tanto desean sus corazones—...
