El Mafioso Y Yo

Abro los ojos un poco desconcertada, al ver la gran habitación volteo y veo a mi padre dormido junto a él una enfermera, que al verme se levanta acercándose a mí, intento levantarme pero un dolor me lo impide.

-señorita calma, se va a lastimar la herida.-al escucharla decir herida, recuerde que ese bestia me disparo, al bajar la sabana para verla, noto que no traigo la misma pijama.- disculpe; fueron órdenes del señor Bognádov.

-está bien, él ¿dónde está?, ¿cuánto llevo dormida?, y mi padre ¿cómo se encuentra?.-ella asiente con una linda sonrisa en el rostro.

- su padre está bien, él aún duerme por los medicamentos que le administre por su enfermedad, y usted solamente tiene doce horas dormida, su herida está limpia, solo tiene que cuidar los movimientos bruscos por los puntos.-asentí a toda la información que amablemente me a brindado.- ya regreso, permiso señorita.

Y sale de la habitación dejándome en cama, mientras ella viene me levanto con mucho dolor en mi herida, camino hasta la cama de papá y beso su frente derramando una lágrima, porque al fin somos libres lo contemplo unos minutos, cuando se abre la puerta y entra mi madre junto a Faddei.

-calabacita, te extrañé demasiado.-la abrazo tan fuerte que sin poder retener mis lágrimas salen acompañados de sollozos…- tranquila hija, lo importante que estás aquí conmigo.-al separarnos me acaricia la mejilla limpiando mis lágrimas.- te amo hija.

-yo también te amo mamá.-tomo su mano regresando a la cama de nuevo.- madre me encantaría que me preparas una sopa de verduras.

-con gusto hija, ya regreso estás en buenas manos.-mira a Faddei sonriéndome, y sale de la habitación.

Estoy parada aún lado de la cama, intentando sentarme sin llegar a lastimar mi herida y solo quejidos míos, invaden la habitación hasta que unos fuertes brazos me toman con delicadeza hasta acostarme.

-Milaya, no quiero que te lastimes, yo puedo ayudarte en todo, en lo que cierra bien tu herida.-lo veo atentamente, tenerlo tan cerca mis hormonas se alborotan es tan guapo, y tierno al preocuparse por mí, pero necesito saber ¿por qué me dice así?.- ¿qué sucede querida mía?

-Faddei; ¿por qué me dices Milaya?, y en realidad ¿que soy yo para ti?-sonríe tan sexi, que este hombre hace que vuelva a mi mente la imagen de aquella vez en su habitación, al sonrojarsmé disipó mis pensamientos carraspeando.- tú, una vez dijiste ¿que si sabía que éramos adultos?

-si; recuerdo que lo dije, nunca me olvidaría de nada tratándose de ti.-me sonrojo ante su comentario tan lindo.- bueno, Milaya es una forma de cariño de llamar a quien te gusta, y tu Samira me gustas mucho, solo espero ser correspondido.

-sabes Faddei, no se que me sucede cada que estoy cerca de ti, solo se que me atraes y me siento segura a tu lado, a lo mejor es muy precipitado hablar de sentimientos, pero créeme que tú estás aquí, y aquí.-señalo mi pecho y cabeza, es mejor ser sinceros ante todo si llegamos a iniciar algo que eso es más que probable.- perdón si soy directa, solo quiero que sepas mi sentir.

-eso me gusta, saber que sientes pero también habla si algo te incomoda o molestas, entiendes querida mía.- asiento, con una gran sonrisa, se acerca a mí devorando mis labios, tan pausados que me hace flotar como pluma en el aire, volver a probar sus exquisitos labios puedo darme cuenta de que me hacían mucha falta todo este tiempo, nos separamos acariciando mi mejilla y besando solo mi frente.- necesitas descansar, más tarde vengo a verte Milaya.

Nos damos un corto beso y él sale de la habitación dejándome aún con la sensación y el sabor de sus labios me acomodo cerrando mis ojos para poder dormir un poco, pero quien puede dormir con lo que paso hace un momento.

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Saber que está bien y que a despertado me deja más tranquilo, al tenerla de cerca y poder hablar sobre un posible nosotros me gusta, y más que siente lo mismo que yo, lo dejaré al destino que él sé encargue de guiarnos como hasta ahora.

Al salir de la habitación, baje encontrándome con Boris y unos cuantos de mis hombres, los demás están resguardando la mansión que cuando pase toda esta pendejada, regresaré ahí junto a Samara. Caminamos hasta el jardín para hablar con ellos.

-hola muchachos, hoy más que nunca los necesito alertas, estamos en territorio ajeno, y saben que al enemigo entre más cerca mejor pero siempre debemos estar más adelante de ellos, no confío en Massimo.-Boris palmea mi hombro al escuchar, él más que nadie me conoce y no confío tan fácil tratándose de enemigos.-bueno, tomen sus posiciones.

Asienten saliendo del lugar peinando la zona...

-pensé que confiabas en ese pendejo.- solo niego sentándome en el sofá que hay en el porche.- me alegra que no es así.

-sabes que no me trago el cuento del buen samaritano, solo es un movimiento más en nuestro juego, pero si se atreve a hacer algo ¡créeme Boris!, se arrepentirá.

Seguimos platicando para idear, el cómo operar desde aquí nos despedimos él yéndose a su habitación y yo decidí buscar a Laila necesito que sepa lo que siento por Samira, camino hasta llegar a la cocina sentándome en el pequeño comedor que ay dentro de ella.

-hola Laila, ¿puedo hablar contigo?.-ello asiente sentándose frente a mí.

-¿que sucede señor?

-es sobre tu hija.-asiente pero la detengo, ya que ella quería hablar.- Laila tu hija me gusta, ella ya sabe mi sentir.

-no se que decirle, señor Faddei solo que me sorprende; mi hija a sufrido mucho solo por ayudarnos y la verdad no me gustaría que usted la hiciera sufrir, es mi única hija y me parte el corazón verla así.

-Laila yo nunca me atrevería a lastimarla en ningún sentido, me gusta y como se lo escribí a ella, quiero una vida con ella.-asiente levantándose de la silla.

-yo no soy nadie para impedir nada, ella es adulta al igual que usted; solamente le pido que si sus sentimientos son reales, ámela sin restricción y cuídela como la joya que es.-asiento levantándome de mi lugar para poder abrazarla.

-de eso Laila, no tenga la menor duda la amaré y cuidaré con mi propia vida .

Me separé de ella, despidiendome y fui a mi habitación, necesitaba darme un baño para cuando volviera a despertar poder estar presentable ante la bella mirada de Samira.