¿Eres víctima del destino? Quizás si, quizás no. Te convertiste en alguien que no reconoces y ahora solo buscas placer en lugares equivocados, tratando de cubrir tu dolor emocional con placer temporal, convirtiéndote en una mujer insaciable.
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Capítulo 13
-Eso qué te interesa? No tengo que darte explicaciones- La actitud de Luciano le molestaba -Vienes en condición de cliente y yo de vendedor, compra y vete- Hizo señas a Carol de que le atendiera y con los dedos en sus cienes camino al almacén trasero
(Dónde estás Anne... Espero no encontrarte al borde de la muerte de nuevo)
Anne llevaba 2 horas sentada en la cerámica de la ducha, sus dedos estaban arrugados como pasas y temblaba del frío.
¿Hasta cuándo seguiría llevando su vida así?
Salió por fin de la ducha y se tiró en la cama, desnuda, no podía creer que aún después de lo que había pasado anoche, su cuerpo se sintiera tan dispuesto a más sexo. Frunció el ceño, cogió el teléfono de servicio y pidió desayuno, ya era prácticamente hora de la comida pero para su estómago prefería algo más ligero.
Mientras esperaba el desayuno bajo en busca de su teléfono y en la recepción de la posada estaba el amable señor
-Buenos días señorita ¿Se retira?-
-Buen día... No, voy por unas cosas al carro. Pueden dejar mi desayuno en la habitación, ya regreso-
Al cabo de unos minutos ya tenía el teléfono en sus manos, apagado y sin batería se regresó a la habitación para conectarlo.
La amarga amnesia de la noche anterior no dejaba mejorar su ánimo, comió cada bocado del sandwich pensativa, tenía planeado quedarse más días pero si volvía a tomar y de nuevo pasaba lo de anoche... No quería volver a despertar así
Reviso el porcentaje de carga de su teléfono y al encenderlo las notificaciones no paraban de llegar, Jacson se había ocupado de dejar infinidades de mensajes y entre todos esos dos mensajes llamaron su atención, un número desconocido y Charles habían escrito
[Charles: Anne la mejor forma de vencer tus miedos es enfrentándolos, no debes huir...]
Pobre Charles, seguro Jacson lo tenía enloquecido en medio de su preocupación. Marco la llamada y espero a ser atendida
-Anne... ¿Cómo estás?
-Estoy bien... No hagas caso a Jacson, yo...
La voz de Anne se silencio y en la línea solo se escuchó un largo suspiro
-¿Qué sucedió?
-Lo mismo de siempre... No puedo recordar nada de anoche... Creo que me acosté con alguien
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que si no recuerdas un encuentro sexual, no fue consensuado y es una violación?
- Ja ja... Violación... Charles no con eso de nuevo
-Anne regresa y ven a terapia. Sabes que necesitas ayuda, siempre quieres solucionarlo sola y terminas empezando de nuevo hundida
Ella se mantuvo en silencio sin dar alguna respuesta. Él entendió y antes de colgar le dijo que la estaría esperando en su consulta.
Después de pasar medio día dando vueltas en la cama, mirando el techo, el mar y de tanto pensar, decidió volver a la ciudad.
°°°°
2 semanas habían pasado ya desde su último encuentro con Anne, quizás había sido su actitud o solamente sentirse rechazado hería su ego, ninguna mujer le había hecho eso antes, sin embargo él lo hacía con todas
-Alessandra agarra tu cartera, vamos a comprar unas cosas-
-¿Qué cosas...?-
-Lo que quieras pero vamos- Alessandra asintió y se limitó a sonreír, no importaba a donde sería de provecho para ella si podía comprar cosas nuevas
El camino que habían tomado en el auto era conocido, se había convertido en su tienda favorita y estaba seguro de que su hermano la usaba de excusa para coquetear con la dueña. Ambos bajaron del auto y el cuerpo de Luciano se tensó, sintió su corazón marcar un ritmo acelerado
Detrás del mostrador estaba ella, después de 2 semanas sin verla sentía que ante sus ojos estaba aún más bella, llevaba una coleta alta, sus mejillas pecosas al natural, poco maquillaje y aún así lucía preciosa
Alessandra se había adelantado y cuando Luciano entro, está ya hablaba con la vendedora. Él tomó aire y camino con un paso tranquilo hacia el mostrador
Anne lo miraba disimulando interés, había estado tranquila en los últimos días y no quería involucrarse sexualmente con él ni con otros. Era mejor mantener los hombres a metros de distancia, así que fingió ocuparse tecleando en la computadora
-Buenas tardes-
-Buenas tardes- respondió seca, sin subir la mirada
-Yo... Hmm, creo que el café que te invite salió mal después de todo- Anne pausó sus dedos y subió la mirada para verlo, sus ojos brillaban intensamente sintiéndose cautivada por la sonrisa tímida que Luciano mostraba, carraspeó para aclarar su voz
-Sr. Luciano no estoy interesada en hablar nada personal en mi lugar de trabajo. Si le puedo ayudar en algo respecto a la tienda, déjeme saber-
Desvió la mirada nuevamente a la computadora, apretando los labios para mantenerse callada
-Tu y yo no tenemos ninguna relación, evidentemente estuvo mal lo que pasó. Empecemos de nuevo-
-Nunca empezamos nada ¿Cómo podríamos reiniciar?- Su corazón latía desbocado
-Bueno, no empecemos de nuevo, empecemos por primera vez, regálame tu número de teléfono-
Anne sonrió sin mirarlo, pero en seguida se regañó a sí misma por ser tan fácil, apretó sus puños y se puso de pie. Deslizó por el vidrio del mostrador una tarjeta de presentación de la tienda
-Ahí están los números telefónicos de la Boutique, si necesita algo mis empleadas le atenderán gustosas- Sin más que decir avanzo sus pasos hacia el almacén trasero. Luciano miró de reojo a Alessandra y a la vendedora que estaban entretenidas con ropa y siguió a Anne ignorando el letrero de "Solo personal autorizado"
-No puede estar aquí-
-¿Quién dice que no puedo?-
-El letrero lo dice-
-El letrero dice "Solo personal autorizado"- Se encogió de hombros- No dice "Luciano no puede pasar"-
-¿Usted es personal autorizado?-
-¿Ahora no me vas a tutear más?- Anne suspiro cansada de la situación, a ese hombre no le ganaría con nada.
Ella soltó la carpeta que tenía en sus manos, encima de unas cajas y se cruzó de brazos para mirarlo fijamente
-¿Qué quieres de mi?-
-Tu número de teléfono...-
-Ya te lo di-
Luciano no podía responder directamente esa pregunta, ni él mismo sabía qué quería de ella, solo sabía que después de estar juntos ella atormentaba sus pensamientos a cada minuto, había reemplazado a la pelirroja del club, no podía concentrarse en otra mujer
-Tu número de teléfono privado... Pero bien, yo no suplico. Si quiero algo simplemente lo tomo y ya- Acortó distancia entre ellos y la sujetó por los brazos para acercarla a su pecho y besarla en los labios
El beso fue robado, corto y rápido, sin tiempo a que ella pudiera responder. Soltó su agarre y se dió media vuelta para salir del almacén
Ese maldito hombre acabaría con la escasa paz mental que tenía.
Me gusta tu obra felicitaciones 👏🏻👏🏻👏🏻