Se Mi Esposa Por Favor

Liz

En casa de Rosa todo marchaba bien, la decoración, los regalos, solo faltaba la cumpleañera que aun no llegaba y los invitados ya estaban con euforia de que llegará. Las chicas y Simón, estábamos cerca de los regalos  y de la torta, comentando cual seria la cara de Rosa al ver todo esto. Unos minutos después vimos atreves de la ventana que ya estaba por entrar y nos escondimos.

-SORPRESA!!!!- Gritamos todos al ver cuando entraba nuestra amiga, su expresión fue de alegría acompañadas de un par de lagrimas de emoción, Rosa daba las gracias a los invitados por estar ahi y celebrar su cumpleaños, se acerco a nosotros gritando de alegría.

-Chicos!! Mil gracias por todo esto de verdad- un abrazo grupal se dio en ese momento. Amo ver a mi mejor amiga tan feliz se lo merece por ser  la mejor.

-Feliz cumpleaños, esto te lo mereces y mucho mas- le dije dandole un beso, las chicas no pudoeron contenerse y saltaron gritando lo hermosa que se veia y que se merecia todo esto y mas, ellas aman llamar la atención (De la mejor forma), Simón un poco menos escandoloso la felicitó y le dio una cajita que era su regalo.

La fiesta transcurrió perfecta como lo habíamos planeado durante semanas, después de partir la torta solo quedamos las chicas y Simón, los invitados ya se habían  ido y los padres de Rosa se fueron  a dormir dejandonos la casa sola, pero con la condición de que nos portáramos bien.

Luego de una hora, nos quedamos hablando en el jardín, la noche no era tan fría como para estar abrigados, era perfecta la noche no había tanto ruidos solo el de nuestras risas, pero solo nosotros hablando de nuestras anécdotas, Simón tenia poco tiempo en el grupo teníamos que ponerlo al corriente sobre nuestras historias, a pesar de la poca luz quedaba el foco era perfecto todo.

-Chicas me dio hambre iré a la cocinar, ¿quieren pizza? - les ofrecí a todas.

- No tengo hambre, estoy llena por la torta- comenta Margarita.

-Yo estoy igual de llena-dice Rosa.

- ¿Y tu María? ¿También estas llena? - le pregunte con sarcasmo, se que no puede resistirse a un pedazo de pizza.

- Me traes un pedazo y la que ellas no quisieron- me respondió, no pude evitar reír y ninguno de nosotros pudo al parecer.

- Yo voy contigo - se levanta Simón para acompañarme, en la cocina busco unos platos para serviles a María y algo para mi, pero el hambre es mas fuerte y mordí un pedazo de pizza antes de encontrar el plato.

-Elizabeth, quiero decirte algo- Simón me saca de mis pensamientos de la pizza pero al ver su cara sabia que es algo importante.

- Si dime- me apresuro.

- Sabes tú me gustas mucho- su confesión me dejo incrédula, si sé que me coquetea, sé bien como se me insinúa, pero no creo estar lista para su confesión, Simón se acerca a mí, sus ojitos marrones oscuros brillantes se acercan a mí y solo puedo pensar en que es muy lindo, pero no me salen las palabras- Sé que te gusta ir con calma y realmente lo respeto- un suspiro salió de sus labios, sus labios, sus labios. Basta deja de pensar en sus labios- Me encantaría ser tu novio, y aunque no espero una respuesta hoy, quiero que sepas que seguiré coqueteándote, que seguiré cerca de ti, hasta que tú me des la oportunidad de hacerlo- su confesión es tan hermosa que sigo en trance sin poder responder, y sigo con la media pizza en la mano, su cercanía es más corta cada vez hasta que su mano la posa en mi mejilla sin quitar la su mirada a mis ojos y en microsegundos miraba mis labios, cada vez más cerca, que podía sentir sus labios rozar con los míos y un segundo, solo un segundo basto para que Simón acabara con cualquier espacio entre nosotros profundizando un beso, si mi primer beso, ese beso que yo sin pensar correspondo, no sé por qué, pero le correspondo, no creo que sea por voluntad propia, pero es algo que no pude evitar. Poco a poco se fue separando de mí con una sonrisa, mientras que le pido a mi mente y mi boca que formule una palabra que no puedo estar callada, pero todo se me pasa cuando veo detrás de Simón a Andrés junto con Rosa que luce muy sorprendida.

-¿Que haces aquí? - me acerco Andrés un poco avergonzada.

- Vámonos- se limito a decirme y me jalo por la muñeca hacia la salida, no me dio ni chance de responder cuando siento la mano de Simón tomar mi otro brazo zafándome de Andrés y colocándome detrás de él como si fuera mi héroe.

- ¿Por qué te la llevas así? ¿Quién eres tu? - le preguntó Simón  furioso, Andrés se notaba disgustado por la situación y yo no entendía porque él esta aquí.

-Eso a ti no te importa mocoso me la llevo te guste o no!- Su respuesta fue tan grosera como el empujón que le dio a Simón para apartarlo de mi y volverme a jalar por la muñeca.

-¿Qué te pasa!? ¿Por qué estás actuando así? - me solté de su agarre, pero no me respondía, solo un suspiro muy fuerte salió de él, ese tipo de suspiro que sueltas cuando estás conteniéndote. Margarita y María llegaron preguntando que estaba pasando, pero nadie le pudo dar una respuesta a mis amigas incluyéndome.

-Tú no eres nadie para llevártela así, el único que se tiene que ir eres tú- le recalcó Simón muy molesto, Simón me atrajo hacia él con la intención de no dejarme ir.

- Diles Elizabeth o ¿quieres que les diga quien soy? - Andrés me desafío, su ceja levantaba lo había sentir superior y yo no soportaba esta situación, ¿Por qué me esta amenazando? Esto debería ser sencillo, mis amigas aun no sabían lo de Andrés, no querían que supieran pero Andrés lo esta arruinando, ¿Qué ganaría con todo esto?.

- ¿Quien es él? - Margarita me pregunta muy confundida, no quería mentirles a mi amiga ya no podía, aunque nunca les mentí solo se los oculte, pero ¿Quién le esconde eso a sus mejores amiga? Vi como Andrés iba hablar.

- Cállate Andrés- le advertí, si alguien iba a decírselos tenia que ser yo, al menos eso le debo a mis amigas.

- ¿Dime quien es él Elizabeth?, Se que no tienes hermano, dime- Simón me suplico y yo solo tenia responder pero no se como.

- Andrés es...

-SOY SU ESPOSO.