Hector Lozano, el arquitecto detrás del deslumbrante diseño del hotel turístico, la noche de su inauguración, conoce a la alegre y singular Maria Isabella Flores, quien lo cautiva con su belleza exótica y su aura misteriosa, aparentando una gitana perdida en ese mundo de lujos. Fascinado Hernan se aproximó a ella para conocerla y sin predecirlo pasa la noche más apasionante como nunca tuvo en su vida. Al día siguiente, cuando el alcohol bajo, descubrió que esa gitana es la hija menor del dueño del hotel que el diseño. Ambos al saber quienes son, tratarán de llevar la situación como dos adultos, olvidar lo que pasó y culpar al alcohol por ello, pero la química que existe entre ambos los lleva a recaer mas de una vez en la tentación de estar juntos. Al enterarse el padre de María Isabella que estuvo con Hernán Lezcano, los obligará a casarse para salvar el honor de su hija. Ambos deberán enfrentar una situación que solo inicio como una aventura de una noche y afrontar las consecuencias
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12- Mal estar
Narra Isa
Estaba recostada a punto de quedar dormida del todo, cuando un mal estar me invadió, por lo que pido un te para mi estómago y algo dulce por si era mi azúcar que me bajo.
Cuando me traen mi desayuno ni bien pruebo el primer bocado del pastel que se supone es solo una masa liviana con crema para levantarme el azúcar al poder tener una baja de ella, empiezo a lanzar todo, la chica que me trajo el desayuno se desesperó llamando al doctor para que me revise.
-Señorita... Tenga. Me paso un florero al no tener algo a mano para que lance lo de mi estómago.
-¿Tenía pasas?... Saben que no como pasas... Me hace mal. Le digo sintiendo que me descompongo.
-SEÑORITA ... YA LLAME AL DOCTOR. Anuncia al borde de las lágrimas.
Al rato ingresa el doctor acelerado.
Me controla mirándome.
-ESTO COMIÓ. Le indaga a la empleada que asiente nerviosa.
-CONTESTE... TRAGO ESTO. Le pregunta serio.
-SI. Respondió llorando.
-ISA... TE LLEVO A MI CONSULTORIO. Me alzó en sus brazos y salió corriendo, uno de seguridad lo ayuda a llevar su maletín.
-LLAMA A LA ENFERMERA QUE TENGA A MANO LA INYECCIÓN... ES UNA EMERGENCIA... SI PUEDE SUBIR CON ELLA MEJOR. Grita acelerado.
-SI SEÑOR. Le respondió el de seguridad.
-¿A QUIÉN SE LE PASO?... ¿A QUIÉN SE LE OCURRIO?. Indaga molesto a la empleada de cocina que gimotea sin saber que hacer.
Me llevan al ascensor y a la vez llegó la enfermera, me abrazo fuerte por el doctor odio esa inyección.
-No sentirás nada Isa... Tranquila. Me dice el doctor al pasarme a los brazos del de seguridad y me eleva el camisón de seda aplicando ese líquido frío y espeso.
Me giro con náuseas nuevamente me ponen el recipiente.
-Vamos al consultorio... Te pondré un suero... Has revuelto tu estómago más de una vez. Me dice.
El de seguridad se quita su saco y me cubre, mi camisón no tapa mucho.
Llegamos al espacio que tiene asignado el doctor como consultorio, me acomodan en la cama.
-Odio las agujas. Le dije al ver lo que me iba a poner.
-Señorita... Mirame a mi. Me dice el de seguridad sosteniendo mi mano.
Escondo mi rostro en su hombro al no querer ver lo que me pone el doctor.
-Es solo una mariposa que se posa. Me dice el doctor en un tono tierno.
-Mas bien un piquete de abeja. Le digo.
-Te haré análisis... Así saber que no sea algo más virósico... Solo por prevención. Me dice el doctor.
-Mas agujas. Me quejo.
-Te daré una paleta. Me dice el doctor tratándome como cuando era niña.
-Ya no soy una niña. Le digo.
-Bien... Serán dos. Me dice.
Aprieto fuerte la mano del de seguridad al sentir el piquete, él me sostiene entre sus brazos.
-Listo... Eso es todo. Anuncia el doctor.
Me retiro y suspiro tratando de contener la compostura y no mostrar ansiedad por todo lo que me pasa.
-Estuviste bien... Te repondrás. Me dice el doctor acariciando mi rostro.
-Puede retirarse... Ella estara aquí... Avisa a su padre. Le dijo el doctor al de seguridad.
-Se lo diré. Dijo saliendo del consultorio.
-Me voy a brotar. Le consulte al doctor.
-Tranquila... La inyección te hará bien... Solo reposa. Me dice.
-Me desperté con mal estar... Por eso pedí algo dulce. Le cuento al doctor.
-Antes tuviste así. Me indaga.
-No... Y siento una punzada fuerte aquí en el costado. Le cuento.
-Cuando es tu fecha. Me consulta.
-Pues...
-Muéstrame en este almanaque. Me pide.
Hago memoria y le señalo, él suspira veo que hace sus cálculos. Se muerde los labios.
-Has tenido relaciones. Me indaga.
-¿Por qué ?. Le pregunto.
-Lo que me digas queda aquí entre nosotros... Así sabré que estudios te puedo hacer... Y sería importante saberlo... A veces... Si usa algún tipo de protección con algún sabor en particular... Al cual seas alérgica, explicaría todo... No quise ser obvio ante la empleada. Me dice mirándome fijo.
-Si. Le dije tímida.
-Ok... Entonces... Recuerdas la protección. Me indago.
-No... Solo lo usé... En ese momento no me acordé ese detalle. Le digo.
-Al menos lo usaste y no lamentamos otro problema me dice.
-No se lo diga a mi padre. Le pido.
-Conociendolo... No seré quien lo haga... Es tu deber en su momento... O presentarle al pretendiente... Blanquear... Y encargarle que cambie de protección. Me dice.
-¿De qué pretendiente habla?. Escucho a mi padre.
-A SU HIJA LA ESTABILICE... TUVO SU REACCION ALERGICA... AHORA LE PUSE SUERO ...
-¿De qué pretendiente hablan?. Insistió mi padre.
-Solo me preguntaba si tenía alguno. Le digo a mi padre.
-Entiendo... Quiero que le hagas un chequeo completo. Le indica al doctor.
-¿Por qué?. Le indagó.
-No se si sos consiente que se arriesga mucho si tienes una aventura... No puedes darte el lujo de quedar embarazada de alguien... Me dejaras mal ante los Ferrer... Van a creer que le doy gato por liebre. Me dice.
-No hablaras en serio... A caso me vendes como la virgen María. Le digo.
-Porque crees que te envié a ese internado religioso... Qué solo sea dentro del matrimonio el embarazo. Me dice.
-No puedo creer lo que me dices. Le digo indignada.
-LLEGASTE PURA... Y SI ALGUIEN SE ATREVIÓ... MEREZCO SABERLO... MÁS SI QUEDASTE EN LA DULCE ESPERA. Me dice enérgico.
-Señor su hija se está recuperando... No debería hablarle de ese modo. Le dice el doctor.
-LE HABLO COMO SE ME VIENE EN GANA... ASÍ QUE YA ME DICES QUIEN ES... PORQUE TE ASEGURO QUE LO VOY A AVERIGUAR... TENGO OJOS EN TODOS LADOS... Y NO DUDARE EN CORTARLE LAS PELOTAS. Expreso enérgico.
-Estas siendo irracional. Le dije.
-TE CREI MAS SENSATA QUE TUS HERMANAS... PERO AL PARECER ME EQUIVOQUE... SI NO ME DICES Y RESULTA SALIR QUE ESO... TE ENVIARE LEJOS A QUE TE LIMPIEN Y SERÁS DESHEREDADA... DEJARAS DE SER UNA FLORES. Me grita haciendo que las lágrimas broten.
-ERES MUY INJUSTO CONMIGO... MIS HERMANAS DERRIBARON MAS POSTES QUE CUALQUIER LEÑADOR... TIENEN MAS RECORRIDO QUE LA AVENIDA PRINCIPAL... Y A MI ME TRATAS ASI... A ELLAS LAS TRATAS CON BOMBOS Y GUIRNALDAS... SIEMPRE FUISTE MAS ESTRICTO CONMIGO... NADA DE LO QUE HAGO ES SUFICIENTE... JAMAS FUI A NINGUNA DISCO... NO BEBO... NO FUMO... NO INGIERO NINGUN TIPO DE FARMACO QUE NO ME RECETE EL DOCTOR... Y NI AUN ASI ME TIENES CONSIDERACIÓN... NO ME DICES SI ME QUIERES... SI TE SIENTES ORGULLOSO... NADA... PERO AQUI ESTOY... DISPUESTA A DAR TODO PARA SER UTIL PARA LA EMPRESA FAMILIAR... TRATANDO CON PERSONAS... SIENDO CORDIAL PARA QUE TENGAN UNA BELLA EXPERIENCIA... BRINDANDO MIS HABILIDADES DE GITANA... QUE NUNCA QUISISTE VALORAR. Le digo entre lágrimas sintiendo nuevamente el estómago revuelto.
-Señor retirese... Isa es mi paciente y debo resguardar su recuperación. Le dice el doctor.
-LLEGARE AL FONDO DE ESTO... Y TU LE HACES LOS ESTUDIOS. Le ordena al doctor.
-No quiero nada de esto... No me valora... No merece que esté aquí. Pienso en voz alta incorporándome para irme.
-Isa... No te muevas... Debes estar en reposo. Me dice el doctor.
-Escuchaste lo que dijo... Me cree inmadura... Me protegí... No soy tan descuidada. Le digo.
-Lo se Isa... Entiende a tu padre ... Eres su pequeña... Le cuesta aceptar que seas una mujer... Que... Ya sabes. Me dice.
-Jamas me lo dice... Solo me ordena. Le digo suspirando.
-Recuestate... Reposa... Así mejoras. Me dice el doctor volviendo hacer que suba en la camilla y me cubre con una manta.
Suspiro hondo y sin esperarlo me quedé dormida.
No sé cuánto paso y siento que me toman la mano, al abrir los ojos me encuentro con Héctor.
-¿Qué haces aquí?. Le pregunto nerviosa.
-Me enteré que estabas descompuesta. Me dice.
-No puedes estar aquí... Mi padre anda con un humor que le lleva el demonio. Le digo.
-Esta ocupado con la boda de tu hermana. Me dice.
-Por las dudas... La protección era con algún sabor o lubricación de uva. Le consulto.
-No me acuerdo... ¿Por qué?. Me pregunta.
-Soy alérgica. Le digo.
-Es ... Solo por eso. Me consulta.
-Eso espero o me veré en problemas. Le digo.
-Isa...
-YA ES TIEMPO DE RETIRARTE EL SUERO... SE CUMPLIÓ EL TIEMPO. Apareció justo el doctor.
-Espero te mejores. Se retiró Héctor.
Él doctor lo miro serio.
-No se retire aún... Necesito que la distraiga... Mientras extraigo la aguja. Le indico el doctor.
-Que hago. Pregunto Héctor.
-Parece ahí y tape la vista. Le indico el doctor.
Le tomo la mano para sentir un apoyo, cerré los ojos sintiendo como la retiraba.
-Listo... Te has ganado tu paleta. Me dice el doctor pasandome una.
-Crei que eran dos. Le digo.
-Si... Ten de cereza. Me dice remarcando el sabor.
-Puedes retirarte... Y evita las uvas. Me encarga.
-Ya que vino a visitarla acompañe a la señorita que no se caiga... Cualquier síntoma... Que venga de inmediato. Le dijo el doctor a Héctor.
-Ya estás mejor. Apareció Cris.
-Si. Le respondí.
-Eso es bueno... Justo a tiempo para arreglarte. Me dice y me prendo por ella.
-Gracias. Le dije a Héctor que asintió.
Con Cris fuimos a cambiarnos. Me sentía desganada, pero como siempre debía cumplir mi deber.
Las dos usamos un mismo modelo de vestido al cuerpo largo, con la diferencia que el mío era gris y el de ella uno de tono azul oscuro. Tenía un escote pronunciado tanto en la espalda como al frente.
Anto estaba muy radiante en su vestido de novia cubierto de piedras preciosas. Realmente lucía muy bien, como una muñeca de pastel.
Daniel lucía un traje en un tono celeste de doble pieza. Lucía muy bien, las prendas que se ponía sabía cómo lucirlo.
Por los gestos de Anto, sabía que no le aprobaba el traje, pero según supe su traje no llego debido a la tormenta y solo se puso uno que ya tenía.
-Para mi está muy bien. Me murmuró Cris que me contó todo.
-Si están muy bien. Le dije.
El de seguridad me pasa agua helada y una medicación.
-El doctor le envía esto... Así no tiene náuseas. Me susurro.
Mire hacia atrás y el doctor me hace señas de que era él. Por lo que tomo el medicamento.
-Gracias. Le dije.
Podía ver que Daniel me miraba más a mi y no prestaba atención a las palabras del que celebraba su unión, mientras sostenía la mano de Anto.
Note como ella le apretó la mano llamando su atención para cuando debían hacer la parte de los anillos.
Cuando el padre dijo puede besar a la novia el solo poso un beso en su mejilla.
Ella estaba que hechaba humo, era muy obvio que todo era un arreglo y no porque exista un sentimiento entre ambos.
Anto no dejaría que eso quede así. Y lo toma del rostro posando un beso en sus labios.
Era muy notoria la incomodidad de Daniel, pero igual poso una sonrisa en sus labios.
Todos aplaudieron indicando el festejo y la algarabia de la celebración.
-Padre me retiro. Le anuncio.
-No puedes... Espera que tomen la foto. Me dice.
Solo asentí y me dirigí a tomar aire, tratando de no descomponerme.
Me sostenia el vientre al sentir esa punzada, no entendía la razón de que me moleste.
-Isa... Debes bailar con los novios. Me avisa Cristiana.
-Ok. Le digo tomando aire.
Me aproxime a Daniel, suspiro hondo, no quería estar ante él, se me revolvió el estómago de nuevo.
-Estas muy bella. Me susurro aferrándose en mi cintura.
Pose para la foto y me aleje cambiándome con Anto.
-Mantene tu distancia con mi esposo. Me dijo.
-Solo poso para la foto. Le dije sonriendo y me aleje de ella.
Veo que Cris hizo lo mismo, la espere acomodandonos en la mesa junto a mi padre.
-Lo han hecho bien. Nos dijo y solo asentimos.
No aguantaba mas estar ahí, quería irme.
Bailamos me invita Cris.
-No estoy de ánimos. Le digo.
-Que raro... Sos la primera para bailar. Me dice.
Al sentir náuseas me incorporo dirigiéndome al baño, no soporto el aroma a comida.
-Isa. Me dice Héctor que me siguió.
-Excusame con mi padre. Le digo para irme a mi cuarto.
-No estás bien. Se aproxima a mirarme.
-¿Qué sucede?. Escucho la voz de mi padre, la sangre se me congelo.