Conocerte fue un disparo al corazón
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Capitulo 12
"Y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos, en cambio, sé que en tus brazos el mundo tiene sentido".
^^^Mario Benedetti ^^^
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El sol se filtraba a través de las cortinas de la habitación de Samantha, iluminando su rostro y obligándola a despertarse. Apenas abrió los ojos, una punzada de dolor atravesó su cabeza, recordándole la cantidad de alcohol que había consumido la noche anterior. Con dificultad, se levantó y se dirigió al baño, dónde una ducha fría la ayudo a despejarse un poco. Se lavó los dientes y luego, sintiéndose un poco mejor, se vistió con una cómoda pijama de shorts cortos que, sin quererlo, la hacía ver especialmente sexy.
Camino hasta la cocina, dónde preparo una taza de café y tomo un par de analgésicos, esperando que eso aliviará el malestar que aún sentía. Mientras sorbía el café, un destello de memoria atravesó su mente: el beso con Fernando. La imagen era tan vivida que la hizo detenerse en seco.
- ¿Pero qué diablos hice? - pensó, sintiendo una mezcla de vergüenza y confusión.
Justo en ese momento, el sonido del timbre de la puerta la saco de sus pensamientos. Dejo la taza sobre la mesa y fue a abrir, encontrándose con Fernando, que sostenía una bolsa con un recipiente con sopa caliente.
- Buenos días - dijo él, con una sonrisa algo nerviosa - pensé que podrías necesitar esto.
Samantha se sorprendió al verlo allí, y más aún darse cuenta de lo considerado que era.
- Jefe... No tenía que molestarse - respondió, sintiendo cómo su corazón comenzaba a acelerarse de nuevo al recordar lo que había sucedido la noche anterior.
- No es molestia - contesto él, entrando al apartamento con la naturalidad de quién se preocupa por alguien más - solo quería asegurarme de que estabas bien.
Samantha lo miro por un momento, tratando de leer su expresión. Había un ligero nerviosismo en sus ojos, como si también recordara el beso, Pero se estaba esforzando por mantener las cosas casuales.
- Gracias - dijo finalmente, aceptando la sopa y llevándola a la cocina - La verdad es que no me vendría mal algo caliente. Mi cabeza está a punto de estallar.
Fernando la siguió, observando a Samantha y dándose cuenta de lo jodidamente sexy que se veía con esa pijama.
- No te preocupes, es normal después de una noche como la de ayer. - dijo, intentando sacar esos pensamientos de su cabeza. Y romper la tensión con una sonrisa.
Mientras Samantha se sentaba a la mesa con la sopa, Fernando tomo asiento frente a ella, ambos en un silencio que no era incómodo, Pero que estaba cargado de lo que había pasado la noche anterior.
Finalmente, Samantha se atrevió a mirarlo a los ojos.
- Jefe, sobre anoche...
Pero antes de que pudiera continuar, Fernando levantó una mano, deteniéndola suavemente.
- No te preocupes por eso, Sam. Estabas cansada, habías bebido... No tienes que disculparte por nada.
Ella asintió, sintiéndose aliviada Pero también un poco decepcionada de que él no quisiera hablar más al respecto.
- Gracias por entender - dijo en voz baja, y se concentró en su sopa, mientras Fernando la observaba, tratando de controlar sus deseos y pensamientos.
Samantha se levantó, y fue a la cocina, a dejar los trastes. Se movía con la naturalidad de estar en su propio espacio. Fernando sentía deseos de levantarse y retomar ese beso que corto la noche anterior, esa sexy pijama lo estaba atormentando. Así que se levantó. Y se despido. Necesitaba salir de allí, o perdería el control.