Objetivo: Venganza

Miro a Rodrigo y veo que está rojo de ira -Dame eso. Debe haber manipulado algunas fotos- Rodrigo intenta quitarme el álbum, pero antes de que suceda, se lo presto a la persona que está detrás mío. 

-¿Qué te sucede? ¿Es que todo lo que dijiste, todas esas historias del orfanato fueron un invento? Dios, ¿quién eres?- dejando salir, aprovechando la situación, algo de la frustración y resentimiento que siento por él. 

-Amor, escucha- veo como piensa rápidamente en alguna excusa que lo deje bien, pero antes de que tenga tiempo para armar su trama, lo detengo. 

-Suficiente, ya entramos a trabajar, así que paremos aquí- lo corto y me voy a mi escritorio. Mateo sigue mi ejemplo y el resto nos sigue en silencio o murmurando en voz baja, así que a Rodrigo no le queda otra opción más que hacerlo también. 

Seguramente ahora tendrá tiempo para armar una historia, pero también le dará tiempo al resto para procesar el hecho de que Rodrigo no es tan transparente y buena persona como se deja ver. 

Y sorprendentemente, la reacción es más fuerte de lo que esperé. Ya habían varios compañeros que sospechaban de que él me engañaba o tenían algún otro chisme sobre él. Así que muy rápido, su reputación cuidadosamente armada, se fue a la basura y aunque lo escuchaban cuando intentaba hablar, sólo eran educados, pero ya no le creían. 

Por mi parte, estaba disfrutando demasiado esto. Sobre todo porque él atacó mi propia credibilidad cuando robó mi trabajo, así que era un maravilloso karma. 

-No sé qué pretende Mateo con este movimiento y no sé por qué no te pusiste del lado de tu novio- me reprocha Carolina durante la tarde, después de ver la reacción de todos en la mañana y en el almuerzo. 

-¿Qué quieres decir? El que mintió fue Rodrigo, por qué me pondría a defender a alguien que inventó prácticamente toda su vida. 

-Pero él debe haber tenido una buena razón, seguramente sufría maltratos o algo así- insiste. 

-La pregunta aquí es ¿Por qué tú estás defendiéndolo? Por lo que pude ver de las fotos, él fue amado por sus padres. No había necesidad de mentir tanto, ni siquiera si tu suposición de que fue maltratado fuera verdad- digo, sin levantar mi mirada del trabajo que estoy haciendo. 

-Chica, eres una perra fría, ¿acaso no te importa por lo que está pasando Rodrigo?- miro hacia ella para ver su reacción. 

-¿Por qué te importa tanto lo que pasa con él? ¿Acaso estás interesada en mi novio?- ella inmediatamente se pone nerviosa y a la defensiva. 

-Él es mi amigo, por supuesto que intentaré defenderlo, lo extraño es que tú no lo defiendas. 

-¿Estás segura? 

-Sí, por supuesto. 

Vuelvo a mi trabajo y me concentro dando por terminada la discusión. Ella tampoco insiste, seguramente preocupada de que descubra algo o empiece a poner más atención a su relación. 

Si bien pensé que podría hacer esto y estar con Rodrigo hasta que estuviera satisfecha con mi venganza, quitándole todo, la verdad es que no soporto su toque, aunque sea mínimo, tampoco soporto su voz y por Dios que no soporto cuando me llama "amor". Lo odio demasiado, tanto que cada vez me dan ganas de vomitar o de golpearlo, no estoy segura. 

Así que aprovechando la situación que creó Mateo, decido que lo mejor es terminar con él y seguir mi venganza sin ser su pareja. Además, odio la mirada que pone Mateo cuando nos ve juntos. Así que cuando Rodrigo intenta hablar conmigo, le digo de forma bien cortante, que necesito espacio.

También decidí que lo mejor es terminar con él, dejándolo como el culpable y que no quede ninguna duda de que es un desgraciado. Golpearlo cuando está en el suelo, rematarlo o como se diga. Así que a la mañana siguiente, voy temprano y utilizo su propio computador de la empresa para enviar un archivo a todos nuestros compañeros, además de a nuestro jefe directo y para que no sospechen, me lo envió a mí también. El archivo contiene un vídeo que obtuve con las cámaras que instalé y que muestra como Rodrigo besa apasionadamente a Carolina y luego se les ve reírse mientras conversan un poco, antes de irse juntos. 

Cuando eso está listo, me refugio en el baño, mientras mis compañeros empiezan a llegar. Y una vez que creo que es hora, voy hacia allí como si recién estuviera llegando. 

Y lo siento de inmediato, las miradas. Algunas incómodas, otras de compasión. 

Estaba preparada para esto, yo lo provoqué, pero igual es duro de soportar. 

Mateo viene inmediatamente hacia mí y se inclina hacia mi oído. 

-¿Tú lo enviaste, cierto?- pregunta en voz baja.

-Sí- le susurro de vuelta, ya que no tiene sentido mentirle cuando él mismo me acompañó a comprar las cámaras. 

-Entiendo, no te preocupes, actuaré como si no supiera nada. 

-Gracias- digo, luego voy de forma apresurada hacia mi escritorio, dejando mi bolso de golpe y metiendo a revisar mi correo de la empresa, actuando como si Mateo me hubiera advertido de ello. 

Veo todo el video y luego me siento, sosteniendo mi cabeza entre mis manos, dando una imagen como estuviera demasiado impactada. 

Alguien se ofrece para cambiar de puesto conmigo y cuando miro, resulta ser Alicia, quien me mira con una expresión de pena. 

Asiento y voy a su puesto, para no tener que estar junto a Carolina, la amante, durante todo el día. No lo esperaba, pero lo bueno de esto, es que estaré junto a Mateo.