El Precio De Tenerla

Al día siguiente ella se levantó muy temprano para hacerle el desayuno a ese hombre desalmado, ella ya se había arreglado, pero el maquillaje no cubrió por completo los golpes y eso la entristeció...

— Tapate bien eso, si ese maldito abogado te ve, será un problema...

Ambos terminaron de desayunar, aunque ella casi no comió nada...

Partieron a la empresa y el la dejo ahí...

— Quita esa cara o van a sospechar...

Al entrar trato de saludar normalmente a la gente, pero su mente y corazón estaban muy tristes...

— Hola Angelo, Buenos días!

Dijo ella sería

— Hola Amalia... ¿Estas bien?...

Dijo Angelo notando algunos golpes por más que ella quiso, no pudo taparlos bien...

— Sí, todo bien... ¿Que tenemos que hacer hoy?...

— Ah, bueno... pues el señor tiene una reunión, se irá casi medio día.. Amalia, ¿Segura que estas bien?...

— Bueno, ¿En qué te puedo ayudar hoy entonces?...

— Me ayudaras a ordenar las demandas del señor...

Angelo la miró con recelo, sabía que Amalia le estaba mintiendo...

Angelo decidió ir a hablar con Aurora la psicóloga

— Aurora... necesito que me hagas un favor...

— Sí dime Angelo...

— Se trata de Amalia...

— ¿Que tiene?...

— Siento que su esposo la maltrata...

— ¿Lo dices por los golpes que tiene?...

— ¿Se los viste?...

— Claro que sí, y por sus actitudes yo creo que es una mujer maltratada, solo que nos cuesta trabajo creerlo porque Amalia es muy alegre, y además porque ella se calla... por algún motivo no habla de eso...

— ¿Y que podemos hacer?...

— Por ahora investiga más de eso, ella te cuenta cosas, trata de indagar, porque si ella no habla y acusa, no se puede hacer nada...

Angelo asintió y regresó al área de trabajo, observo a Amalia...

— ¿De dónde salieron esos golpes?...

— Ah, pues... me caí cuando llegue a casa...

— ¿Te caíste?... — Dijo Angelo arqueando la ceja

— Sí...

Angelo no siguió preguntando, a medio día llegó Bruno, miró a Amalia de lejos y sonrió, pero al entrar su sonrisa se esfumó...

— Buenos días! — Dijo Bruno entrando a la oficina

Pero miró la cara golpeada de Amalia, ya que también Simón le partió el labio...

— Señorita Amalia, pero ¿Que le pasó?...

— Tuve un accidente pero no es nada grave... — Dijo Amalia tratando de ocultar su cara...

Bruno miró a Angelo pero no dijo más, Anna se acercó y también la miró...

— Amalia, ¿Que le ha pasado?...

— No es nada señorita Anna...

Todos se observaron y partieron a sus respectivas oficinas, pero Bruno estaba muy molesto, no se pudo concentrar en su trabajo tratando de entender porque Amalia estaba así, y no quería ni imaginarse si era por lo que estaba pensando, además en el día notó que Amalia estaba ausente, no era la misma mujer alegre...

📞 Angelo, mándame a la señorita Amalia...

📞 Enseguida licenciado...

Amalia entro tímida...

— ¿Me necesitaba licenciado?...

— Sí... quiero saber que le paso...

— Ah, me caí ayer llegando a casa...

— La caída debió haber sido muy dura, porque también tiene moretones en sus brazos...

Amalia miró sus brazos y los tapo enseguida...

— Eh.. yo.. lo que pasa es que soy muy bruta licenciado, siempre me estoy pegando...

— Y su marido ya llegó?...

— Sí....

— ¿La vio así entonces?...

— Sí, por eso me puse el maquillaje, porque me dijo que seguramente todos pensarían que el me golpeo... — Dijo Amalia con sonrisa nerviosa...

— Entiendo, pero vaya al médico de aquí para que la revise bien...

— Sí licenciado... ¿Ya me puedo ir?...

Dijo ella y él asintió

Bruno se quedó pensando y en esos momentos entró Angelo...

— Señor... tengo que decirle algo...

— ¿Que pasó?...

— Sospecho que el esposo de Amalia la golpea...

— Sí yo también... cuando los he visto a los dos él siempre es muy brusco y autoritario con ella...

— Eso no es todo señor, cuando la llama por teléfono siempre ella responde con miedo y aprisa, además éstos días que no estuvo, Amalia no me permitió llevarla hasta la puerta de su casa, seguramente porque se enoja y sobre todo porque la vez que vino su hermano a visitarla él dió a entender eso...

— Si ella no nos confiesa la verdad, es inútil que tu y yo intentemos ayudarla...

— ¿Que le dijo ahorita?...

— Que se había caído y que su marido incluso le dijo que nosotros pensaríamos que fue el, pero no le creo por los moretones que también trae en los brazos...

— Si yo también se los vi...

Después de platicar un rato, Bruno intento ocuparse de sus asuntos, Amalia le llevo un café y ahí hablaron un poco más...

— Me dijo Angelo que requería un café...

— Oh, gracias, pero ese es trabajo de él eh, no tuyo...

— No sé preocupe señor, no es molestia... ¿Como le fue en su caso de hoy?...

— Bien, problemas pero nada que no pueda solucionar...

— Supe que la señorita Anna lo acompañó, es bueno que usted la tenga como su mano derecha y también sabemos que está enamorada de usted...

— Ya le informaron todo ¿No? — Respondió Bruno sonriendo

— Sí, van juntos para todos lados, y además hacen una bella pareja ya le había dicho...

— Insiste con eso entonces?...

— Sí, la señorita Anna es muy elegante, educada y con mucha clase, además es hermosa...

— Lo es, pero no son las cosas como creen, Anna es mi amiga, una buena compañera de trabajo, y si fue hoy es por qué el caso incluyó a familia y es su rama de ella...

— Pero también llegaron juntos a la fiesta del Juez y se fueron juntos...

— Eso no quiere decir nada señorita Amalia... — Dijo él sonriendo, pues que Amalia le dijera eso, significaba que si estaba al pendiente de él...

Sin embargo Anna paso por la oficina de Bruno y la puerta estaba entreabierta, de lejos pudo notar que ellos siempre estaban platicando, se puso celosa pero no dijo nada...

Amalia salió de la oficina y él se quedó solo, así que aprovecho para entrar con él...

— ¿Ya alistaste los documentos que te pedí de ese joven?...

— Sí Anna, aquí están, revisalos...

Anna simuló ver el fólder...

— ¿Y entonces?... ¿Quién le hizo esos golpes?...

— ¿De que hablas?...

— De Amalia, esos golpes seguramente son de su marido ¿Verdad?...

— Es verdad, tu puedes averiguar eso, como no lo pensé antes! — Dijo Bruno con sonrisa

— Claro, yo puedo arreglarlo, pero hay algo que me extraña mucho...

— ¿Que?...

— Tu jamás te haz interesado en resolver un caso que tenga que ver con tus empleados...

— Bueno, tal vez por qué Amalia esta muy cercana a nosotros, hasta a ti ¿No?, ella siempre se expresa bien de ti...

— Sí, de mí no es raro, pero si de tí... ¿Ella te simpatiza verdad?...

— ¿Porque dices eso Anna?...

— Porque siempre los veo platicando, siempre le estás contando cosas y ella a tí también por lo que me dices, y tu jamás haz sido tan apegado a alguien, que no sea Angelo, Aurora o yo...

Bruno la miró, no sabía que responder, era verdad, el deseaba siempre estar cerca de Amalia y se moría por descubrir que le estaba pasando en su vida con ese hombre y lo iba averiguar incluso si tenía que contar con los servicios de Anna...