De Sirvienta A Señora Del Ceo

Marcos entró a la habitación de Santiago después de haber sido informado de la visita de Úrsula a la empresa Wlod.

El regreso de Úrsula iba a traer el infierno a la vida de Santiago. La más perjudicada sin duda iba a ser Melisa.

Al entrar a la habitación, Marcos se quedó parado junto a la puerta, no se atrevió a entrar más adentro.

En ese momento; Santiago se encontraba parado en la ventana, miraba a Melisa jugar con el perro de su difunta madre.

_ Tomas se lleva muy bien con la nueva sirvienta, parece que llevarán una vida conociéndose. _ Susurró Santiago en voz baja.

Marcos también había observado lo bien que Melisa se llevaba con el perro que perteneció a la madre de Santiago.

_ Buenas tardes, Santiago... _ Comenzó a decir Marcos, para después continuar.

_ Melisa es mujer buena y Tomás lo sabe, por eso el perro el escogido como su dueña...

Santiago volteó a ver a Marcos, todavía estaba demasiado molesto con él, por lo que sucedió la noche anterior.

_ ¿Qué es lo que quieres?... _ Preguntó Santiago en un tono frío.

Marcos bajó la cabeza y caminó hasta donde Santiago se encontraba parado. Al estar a una distancia corta, Marcos se detuvo.

_ Lo siento, no debí dejarme llevar por mis impulsos. _ Marcos se intentó disculparse con Santiago por lo que había sucedido.

_ Melisa, te agrada como mujer, por eso, no pudiste contener tus impulsos. ¿O, me equivoco?... Mencionó Santiago con mucha más frialdad.

Marcos se quedó callado, no era mentira que desde que vio a Melisa, la chica lo impacto demasiado con su habitual manera de ser...

Melisa era muy distinta a todas las demás, mujeres. Su manera de ser era lo que más le agrado a Marcos, pero jamás se atrevería a competir con Santiago por alguna mujer.

_ ¿Por qué, te quedas callado?... _ Santiago volvió a preguntarle a Marcos.

__ Melisa no me interesa como mujer, ante mis ojos; solo es una chiquilla, a la cual admiro por su forma de ser, nunca había conocido a una mujer con esa fortaleza... Intervine, únicamente porque se me pareció demasiado humillante lo que esas dos mujeres me estaban haciendo..._ Respondió Marcos…

Santiago terminó de voltear completamente, a donde estaba Marcos parado. El chico todavía tenía la mirada clavada en el piso.

__ Te recuerdo que Melisa, se va a convertir en mi esposa, y no quiero que ningún hombre se atreva a verla más allá, quién lo haga morirá...

Fue una clara amenaza para Marcos. Santiago se había convertido en un hombre demasiado posesivo con lo que era suyo. Y a Melisa, la comenzaba a considerar como si fuera de su propiedad.

_ No es necesario que me amenace, jamás pondría mis ojos en su mujer..._ Respondió Marcos con sinceridad.

Santiago quedó satisfecho con la respuesta de Marcos.

_ ¿A qué has venido?... _ Preguntó Santiago en un tono más relajado.

_ Úrsula fue a la empresa Wlod. Paola la mandó llamar. _ Respondió Marcos, ocasionando que el rostro de Santiago se volviera a poner muy serio.

_ Úrsula..._ Susurró Santiago, recordando su pasado juntos.

_ ¿Has investigado de que hablaron?... _ Dijo Santiago.

__ No, la secretaria solo me informó qué Paola duró menos de media hora, hablamos con Úrsula y cuando Úrsula salió de la oficina de Paola, su cara reflejaba una molestia demasiado grande.

Al escuchar la respuesta de Marcos, Santiago llevó sus manos a su cuello. Se encontraba demasiado estresado, podía sentir lo que Paola intentaba hacer.

_ Ha llegado el momento de la venganza... Debemos presionar un poco más la empresa del esposo de Úrsula. Para que Antonio quede prácticamente en la calle. También debemos devorar algunas empresas Wlod, para mantener a Paola ocupada. _ Ordenó Santiago, formando una sonrisa perversa en las comisuras de sus labios.

__ Estás seguro de querer dejar casi en la ruina a las empresas de tu familia... El apellido Wlod, será humillado._ Mencionó Marcos con incredulidad.

Santiago se quedó callado por un momento, se acercó a donde tenía un pequeño bar, y agarró la botella del más fuerte...

Llenó la copa con el licor; y lo bebió de un solo tragó. Aunque era demasiado fuerte, para Santiago era como si hubiera bebido agua.

__ El apellido de mi familia fue humillado, desde el momento en que mi padre se casó con esa mujer y le dio su apellido... Ahora no me interesa volver a humillar a un más el apellido de mi familia, con tal de acabar con ella y con Úrsula. _ Respondió Santiago con un profundo odio.

Marcos solo pudo mover la cabeza, no estaba completamente de acuerdo con la venganza de Santiago, ya que no solo iba a salir lastimado a Paola y a Úrsula, sino también a Melisa y a él mismo.

_ Si es tu decisión, me retiro. Para terminar con la poca empresa que me queda a Antonio._ Mencionó Marcos.

__ Todavía no, espera hasta mañana. Quiero a esa Ursula y a Antonio como invitados de honor en mi boda con Melisa...

Marcos no entendía muy bien qué Santiago estaba planeando. Pero, no era nadie para cuestionar las órdenes de Santiago.

__ Cómo tú órdenes... _ Terminó de decir Marcos antes de darse la vuelta para salir de la habitación.

Cuando, Marcos estaba por irse, Santiago lo detuvo. Santiago tenía planeado llevar a Melisa a una de las mejores tiendas de ropa de la ciudad.

En el momento en que Melisa se convirtiera en su esposa. Ella debería vestirse como debería ser.

_ Avísale a Melisa que vamos a salir. La llevaré de compras.

Marcos se detuvo, y giró un poco su cabeza hacia atrás. Para inclinarla un poco, y después terminar de marcharse.

Marcos miró Melisa cuando ella iba subiendo las escuelas en compañía del perro. La chica era muy hermosa, sin embargo, tenía que matar cualquier emoción, qué pudiera sentir por Melisa.

Al ver a Marcos salir de la habitación de Santiago, Melisa dejó al perrito en el suelo para correr hasta Marcos.

__ ¡Marcos!...

__¡Marcos!. ¡No te fuiste!...

Melisa abrazó con todas sus fuerzas al chico delante de ella. Melisa no logró contener su felicidad al ver a Marcos todavía en la mansión Wlod.