Una huérfana es llevada a un orfanato luego de perderá sus padres en un fatal accidente. Con el pasar de los años, solo quiere un sueño, ser novicia. Pero es destino quiere algo más.
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Una confusión
Pilar al salir de aquella habitación y recordar nuevamente la confesión de aquel hombre, cada palabra , cada tacto y mirada le mortificaba enormemente su corazón. Unas cuantas lágrimas brotaron llegando a sus mejillas. Respiró con fuerza para hacer llegar aire a sus pulmones desvalidos . De su bolso sacó su maquillaje e hizo un ligero retoque. Al salir del hotel, allí se encontraba aquella deidad de ángel quien la recibía con un hermoso ramo de flores mientras ella le recibe sin poder ver a sus ojos, se odia a sí misma y más a su traidor corazón.
-Para la dueña de mi corazón. Alfredo entrega el ramo con una sonrisa sincera.
-No debiste. Pilar siente que le había fallado en aquel momento. Había cedido a los encantos de César y lo había disfrutado. Si tal vez no hubiese aceptado a Alfredo ese mismo día no se hubiese sentido cohibida y no se sentiría como se siente ahora. Alfredo le da un beso el cual Pilar gira su rostro posando en la mejilla.
-¿Te pasa algo? Dijo Alfredo inquieto. Qué pudo pasar en el tiempo entre la oficina y el hotel. Si algo está seguro es que César algo tenía que ver.
-Tenemos que hablar. No quiero mentirte.
-¿Dónde quieres ir? Alfredo abre la puerta del copiloto permitiendo que Pilar entrara , al cerrar devuelve sus ojos al complejo hotel. En uno de los balcones está allí su amigo y Maité. Un amargo sabor llegó a su garganta, recuerdos del pasado volvían , unos que se dispuso a enterrar y que por más que quisiera aún dolían. Bajo su vista y subió al auto sin mirar atrás. Era lo mejor que podía hacer y lo único que había hecho.
-¿Te parece bien aquí para hablar? Alfredo y Pilar llegaron a un pequeño parque.
Pilar asintió y se sentó junto a él en una pequeña banca de madera. El paisaje le traía la paz que en ese momento necesitaba.
-Tengo que ser sincera. No soporto mentir.Pilar tomó aire en sus pulmones, necesita decirle lo que pasó.
-Dime entonces. Alfredo se nota atento y ansioso.
-Hubo un hombre antes de tí. Yo, verás... Pilar tiene un poco de ansiedad en sus palabras. Quiere organizar sus ideas pero tal parece que con César nada es predecible.
-No me interesa. No te juzgaré por eso.
-No, no entiendes. Nunca he estado con un hombre de la manera que tú lo crees., pero hace un año sin ninguna explicación un hombre me besó y despertó en mí muchos sentimientos que no creí experimentar. ¿Entiendes?, Jamás me previne para eso y solo sucedió. Lo peor fue que me gustó. Pero para mi desilusión , tal parece que esa persona no fue importante porque luego simplemente me ignoró.
-Lo siento Pilar. tuviste que ver con un completo y absoluto idiota.
-Ese idiota es César Steven. Pilar sintió pena pero su voz era decidida. - Hoy volvió a hacerlo, excusándose en sus supuestos sentimientos. Me besó nuevamente.
Alfredo sintió su sangre hervir, un mar de sensaciones lo acechaban. No, primero Maité y ahora Pilar?.
-¿Cómo se atrevió?- Este es un hijo de puta. Le partiré la madre.
-Alfredo, yo respondí. Él no es el único culpable.
-No Pilar, lo conozco muy bien. Sus delirios de playboy me enervan.
Pilar toma las manos de Alfredo esperando no ser rechazada.
-Yo no tengo una excusa para mi comportamiento. Pero no podía faltar a tu integridad. Me siento horrible el solo verte y pensar que no llevo ni horas de haberte aceptado y ya te he faltado.
-Dime una cosa, ¿Qué sientes por mi?
-No lo sé Alfredo. Me gustas, despiertas en mí muchas cosas. Eres atento, cariñoso, admirable y respetable. Contigo siento paz y tranquilidad. No sé si es amor.
-¿Qué sientes por él?
-Siento tocar el fuego. No sé cómo decirlo. Solo sé que con él puedo experimentar dolor. No quiero eso para mi. Es demasiado. No logro comprenderlo y tampoco quiero hacerlo.
Alfredo suspira con fuerza, alza su vista en busca de los ojos de Pilar.
-¿Quieres intentarlo conmigo? Alfredo le sonríe.
-Ahora soy yo quien si me aceptas deseo intentarlo contigo.
-Para mí es suficiente. Alfredo sonríe plácidamente mientras deposita un beso casto en los labios de Pilar. Soy yo quien espera ser el hombre que tu quieres a tu lado.
-Ves por qué siempre he querido ser novicia. Es mucho más simple.
-Es simple, ya lo verás- Alfredo la abrazó fuertemente viendo hacía el quieto lago frente a ellos. Sus pensamientos batallaban dentro de él ya que si bien era cierto que su mejor amigo es un auténtico playboy, también conocía de primera mano su drástico cambio en el último año. Nunca le sacó nada con respecto a ese tema, jamás imaginó que podría tratarse de Pilar. Conocer esa verdad lo hacía vulnerable delante de ella, pero no perdería la oportunidad que la vida le daba para conquistarla, su amigo se había llevado el amor de su vida ahora él haría lo mismo.
-Lo siento amigo, pero en el amor todo se vale. Pensó vagamente Alfredo sujetando a Pilar en aquel ocaso.