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Fuego Desatado: Libro #3 De La Trilogía Fuego

Fuego Desatado: Libro #3 De La Trilogía Fuego

Status: Terminada
Genre:Traiciones y engaños / Reencuentro / Matrimonio arreglado / Completas
Popularitas:746
Nilai: 5
nombre de autor: Mar-4538

Reviví de entre los muertos, eso suena descabellado pero es prácticamente lo que sucedio.

NovelToon tiene autorización de Mar-4538 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo: 11

MORGAN.

La oscuridad lo invadía todo a mi alrededor. Traté de abrir los ojos, pero me di cuenta de que estaban cerrados y pesados.

Intenté, con desesperación, quitarme esa sensación, pero era inútil.

Se escuchaban voces lejanas. No lograba reconocer ninguna, pero sabía que había más de dos personas. Lo intenté una vez más y al fin pude abrir mis ojos. La luz de la habitación me golpeó de lleno, obligándome a cerrarlos de nuevo y apretar el rostro.

Poco a poco, me acostumbré.

Cuando por fin mi vista se adaptó, hice el intento de levantarme, pero una mano me lo impidió.

—Tranquila, recuéstate, necesitas descansar.

Caleb...

—¿Dónde estoy?

—Estás en mi casa.

De pronto, todo vino a mi mente: el incendio, Elijah, el dinero, mi auto y Sofía.

¡Sofía!

—Tu papá la tiene, se la llevó. No pude hacer nada para impedirlo.

—Shh, tranquila, ya resolveremos eso.

No le presté atención a lo que dijo y me levanté de la cama. Un dolor agudo en mi pierna derecha me hizo caer de golpe al suelo. Miré mi pierna y vi el torniquete improvisado. Recordé la bala que había impactado en ella.

—Diablos —murmuré.

—Ven, te ayudaré.

—Yo puedo sola.

Sin dejar que me ayudara, me levanté del suelo. Con mucho esfuerzo, me subí a la cama y solté un suspiro de cansancio.

—¿Por qué eres tan necia? —me preguntó Caleb, con un tono irritado.

—¿Y tú por qué eres tan cabrón? —respondí.

—Eres imposible.

—Y tú insoportable.

—Dejen de pelear, parecen niños —dijo una voz.

Miré hacia la puerta, y la imponente figura de Elijah apareció.

—Pensé que te había pasado algo —le dije, aliviada.

—Sabes bien que nunca te dejaría.

Sentí cómo Caleb se removía, incómodo. Aclaró su garganta.

—Bueno, los dejo en su casa, para que hablen —dijo, sonriendo de medio lado—. Vengo después a checar tu pierna.

Y sin decir más, se fue.

Elijah se acercó cautelosamente a la cama, se sentó al pie de esta y me miró directamente, tragando saliva.

—Ahora sí, dime, ¿cómo carajos estamos en la casa de Caleb?

—¿No es obvio? Te traje en tu auto.

—Sabes perfectamente a lo que me refiero.

—No se me ocurrió otro lugar al que pudiéramos ir. El padre de Caleb sabe dónde vivo, y si te llevaba ahí, sería igual o más peligroso que venir aquí.

—Tenemos que ir por la chica. No es justo que ella termine en medio de este fuego cruzado.

—Lo sé, Morgan, créeme que lo sé, pero no hay nada que podamos hacer. No sabemos dónde están. No hay indicios de que estuvieran cerca de nosotros. Es como si hubieran borrado cada huella, por más minúscula que sea. No hay absolutamente nada que nos ayude a encontrarlos.

—Busca a mi padre y trae a Caleb.

—¿Caleb?

—Sí, a Caleb.

—De acuerdo. No tardo.

Cuando salió de la habitación, me quité el torniquete de la pierna. Me di cuenta de que la bala seguía dentro y la herida sangraba sin parar.

—¿Pasa algo? —la voz de Caleb hizo que levantara la vista.

—Necesito coser esto. Necesito unas pinzas quirúrgicas, hilo y una aguja.

—¿Piensas hacerlo tú sola?

—Si no lo hago yo, nadie lo hará.

—Eso es mentira. Podríamos llamar a…

—¿A un doctor? No podemos llamar a un doctor sin que tenga que llamar a la jodida policía.

—Podríamos intentar sobornar a uno.

—De eso nada. Solo tráeme las cosas que te pedí y hazlo rápido.

—Un por favor no estaría de más.

—No me provoques.

Él alzó ambas manos en señal de rendición y se fue, solo para volver tiempo después con las cosas que le había pedido. Sin embargo, no me las dio. Él mismo se encargó de esterilizar la aguja y colocarle el hilo.

Luego, tomó un algodón y lo mojó con alcohol para limpiar la herida. Después, tomó las pinzas y al mismo tiempo me dio una botella de vodka.

—Bébela.

—Gracias, pero no la necesito.

—Créeme, lo harás.

Y sin decir nada más, presionó el algodón, empapando mi pierna de alcohol. Un grito de dolor brotó desde lo más profundo de mi garganta. Sin pensarlo mucho, le di un gran sorbo a la botella de vodka.

—Creí haberte escuchado decir que no la necesitabas —dijo con una sonrisa burlona.

—Cállate y termina rápido.

Me dedicó una mirada burlona mientras comenzaba a sacar la bala. De nuevo, solté un grito, esta vez más fuerte. Apreté los dientes, tratando de no pensar en el jodido dolor.

—Podrías darte prisa.

—Eso trato.

Después de unos largos minutos de tortura, por fin encontró la bala y comenzó a suturar la herida. Una palabrota salió de mi boca, y sin poder evitarlo, le lancé un fuerte golpe que fue a parar en su hombro.

—Está bien, tranquila, falta poco, solo dos puntadas más.

—Te estás divirtiendo con esto, ¿no es así?

—Tal vez sí, solo un poco.

—Así me divertiré yo cuando estés muerto y me encuentre bailando encima de tu tumba, totalmente ebria.

Una carcajada salió de su garganta, lo que me descolocó un poco, pero no se lo hice notar.

Me limité a beber otro sorbo de vodka.

—Sí, te creo capaz de hacer algo como eso.

—No sería capaz de bailar encima de tu tumba. No te creas tan importante.

—Es un alivio saberlo. Me siento mejor de saber que no bailarás encima de mi tumba.

—No soy un monstruo, Caleb.

—Y yo no soy un cabrón, Morgan.

No le respondí. Me limité a seguir bebiendo de la botella de vodka, dejando que las últimas palabras de nuestra conversación se asentaran entre nosotros.

1
Rosemary Hernandez
cómo sabe Caleb dónde está Morgan?
Liliana Barros
Viendo tu perfil, entendí que ésta historia viene por partes. No soy de seguir historias, así que creo que debería haber un pequeño prólogo en esta tercera parte, para ubicar al lector.
Liliana Barros
Me gustó lo que leí, pero fue como leer una historia a medias. Faltó contexto y quedaron cabos sueltos. Que pasó con el padre de Caleb? Sentí como que empecé la historia a la mitad.😔
Liliana Barros
A Morgan le falta carácter para la venganza. Todavía se tienta el corazón por quienes la dañaron, en lugar de amarla.
Liliana Barros
Me parece estúpido el plan de Caleb. Solo ocasionó más daño.
Liliana Barros
Vaya amor que le tenía Caleb, metiéndose con su hermana 🤷
Liliana Barros
Pobre Morgan, le hicieron mucho daño. Espero que se empondere y no tenga lástima de nadie que quiera lastimarla
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