En el 2010, dos años después de su receso a su tiempo, Anastasia, lleva una vida muy tranquila. De su casa a la universidad, en dónde daba clases, y de ahí de regreso.
todo se moviliza cuando recibe un sobre proveniente de florida, firmado por su hermana, en tiempo presente. Ana se siente un poco extraña con este hecho, sumado a un accidente, por el cual, vuelve a viajar, Pero está vez a 1989.
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capitulo 24: DE REGRESO.
Capítulo 24: DE REGRESO
Ana no podía moverse. Sentía que su corazón iba a estallarle en el pecho mientras miraba el rostro de esa mujer. La conocía de fotos, de recuerdos difusos, de sueños… pero verla ahí, abrazándola, era demasiado para procesar.
—¿Mamá?... —repitió con un hilo de voz, como si temiera que todo fuese una ilusión.
La mujer comenzó a llorar, acariciándole el rostro.
—Sí, hija… soy yo. Estoy acá.
Ana no entendía nada. Las piezas empezaban a encajar. Miro a su tía de reojo y ella estaba sonriendo.
-¡Carlos! ¡Apúrate!- grito su madre
-¿Papá?- murmuró Ana aturdida
Su padre entro por la puerta, vino corriendo y las abrazo a las dos.
Ana comenzó a llorar como loca y se apartó para verlos bien... Si eran ellos, un poco mayores que en las últimas fotos que ella conservaba, pero ¡Si eran ellos!
-Cálmate hija, te va a hacer mal.- dijo su mamá dándole un beso
Pero Ana no aguanto más y se desmayó.
Cuando volvió a despertar, alguien sostenía su mano y se giró para ver, era Matilde y a su lado estaba Gustavo.
-¿Cómo te sentís?
-Chicos, tengo algo que contarles, aunque... Probablemente, no recuerden nada de la otra vida, ha cambiado todo.
-Bueno, chicos, no la hagan hablar mucho.- dijo su tía parada en los pies de la cama.
Ana la miro, aún estaba aturdida y no sabía si lo de sus padres, quizás había Sido un sueño.
-Es que... Nosotros si recordamos .- dijo Gustavo.
Ana los miro algo confundida.
-Es muy raro, recordamos lo que hicimos Pero a veces aparecen otros recuerdos.- agrego Matilde.
-Entonces... Si paso.- dijo para si viendo a su tía.
-Yo solo recuerdo lo que vivimos ahora...- dijo.
-Claro...- dijo pensativa -Tal vez porque te enteraste de lo que ocurría en 1989... No lo sé... estoy confundida.
-Bueno, creo que deberían dejarla descansar.- dijo en tono firme su madre entrando al cuarto.
Todos la miraron y asintieron. Ana solo podía ver a la mujer rubia que se acercaba para tomar su mano. Pero los demás, desfilaron de a uno para saludarla.
-Debo ir a ocuparme de mi familia...- dijo la tía con una sonrisa y le dió un beso.
Luego de un rato, su madre y ella estaban solas y en silencio, Pero Ana solo, no podía dejar de verla mientras leía una revista.
-¿Qué pasa?
-Nada, mamá... Solo te veo.
Su madre se paró y camino hacia ella.
-¡Que susto nos diste! Luego de lo de tu hermana...
Ana se quedó pensativa, entonces su hermana seguía desaparecida, eso sí había ocurrido.
-Bueno, Gracias a tu accidente descubrieron tu úlcera en el estómago... pero eso no es nada que una buena dieta no pueda solucionar.
-¿Y cuándo podré salir de acá?-
-Bueno, mañana veremos qué dicen los doctores... vos no te preocupes por nada.
-¿Y viajero?
-Ay, hija, te preocupas por ese gato... No te preocupes, que está bien, tu padre siempre va a alimentarlo.
Ana solo sonrió.
-Solo dormiré que mañana te harán muchos estudios.- finalizó su mamá besando su frente.
Cuatro días después, su padre la ayudaba a recostarse en su cama, en el viejo departamento de sus abuelos. Se sintió tan feliz de al fin estar en su casa, con sus cosas. Por lo menos ahí seguía todo igual.
-Bueno, por unos días nos vamos a quedar acá con vos.- dijo su mamá sentándose a su lado.
-No hace falta mamá, yo estoy bien.- respondió Pero viajero pego un salto y se acostó a su lado -Amiguito, en qué lío nos metiste.-
Ana comenzó a hacerle mimos.
-Casi, te mata... - agrego su madre.
Ella la miro, luego a su padre, en la pared junto a él, había una fotografía de Val y ella.
-Debo decirles algo.
-Después hija.- dijo su padre.
-Es que hay algo que no saben...
-Si, lo sabemos hija...- la contradijo su mamá.
-No creo que estemos hablando de lo mismo...
-Si es de Val Green, si.
Ana los miro desorbitada.
-¿Cómo es que...?
-¿Cómo crees que tu tía detuvo que viajemos?- dijo su madre.
Ella la miro sin entender.
-Nos enseñó fotos de una diseñadora igual a nuestra hija de, en ese momento, 17 años.
-Encima se llama Val.- tercio su papá.
-Pero... ¿Por qué nunca la buscaron?
-Es que esto nos sobrepasaba, hija.
-Si, cuando me trajo ese novio Rogelio lo odie de inmediato.- dijo su papá.
-Yo también.- mascullo ella.
-Pero tu hermana, en un arranque de rebeldía, se fue a vivir con él.
Ana asintió.
-¿Por qué no me extraña?
todos se quedaron en silencio, por un momento.
-Bueno, voy a buscar a mamá que está en el bingo con sus amigas.
Ana lo miro desconcertada.
-¿La abuela está viva?
-¡Claro! No podemos creer que se haya recuperado tan rápido luego de su ACV.
-¿tuvo solo uno?
Su mamá asintió.
-La charla está linda, pero tenés que descansar.
Ambos padres atinaron a marcharse, Pero su papá se detuvo y se giró hacia ella.
-Espera un momento, ¿Tu abuela había muerto?
Y Ana no sabía si reír y responder.
Los días pasaron y Ana se recuperaba a pasos agigantados, aunque sus padres se resistían en dejarla sola. Ella amaba su compañía, y más aún, luego de que en otro momento los había perdido. Cómo sus amigos le había alertado, cada mañana, al despertar, regresaban a ella recuerdos nuevos, los cuales la confundían un poco, pero trataba de encajarlos para que tengan sentido... recuerdos de su trabajo, de su historia y de sus padres.
Pero en esos recuerdos no estaba Val, no dejaba de pensar en eso, en lo injusto que era y en la carta que había recibido antes de su accidente.
Aunque aún no trabajaba, la rutina había vuelto a la normalidad, podría decirse. Cambiando de canal, en el televisor que había en su cuarto, encontró la serie de Chris y se detuvo. Toda su piel se puso de gallina, lo veía igual de bello de cuando lo dejó de ver... y pensar que él le salvó la vida.
Se levantó de la cama y camino hacia la cocina, en dónde estaban sus padres.
-Mi amor, ¿Queres un té o algo?- pregunto su mamá.
ella negó con la cabeza y se sentía.
-Yo recuerdo que tenía dinero guardado en una caja de ahorro... bueno, en la otra vida.
-Si, nos habías comentado. querías cómprate una casa.
-Aunque te hemos dicho que ya tenés está, insististis en comprar algo.
-Papá, tiene más valor, lo que se logra con esfuerzo propio... aunque...
-Aunque ¿que?- pregunto su mamá.
-Tendre que juntar más, porque... Me voy a California.- finalizó en tono firme.