NUEVA LUNA

NINA

Después de pasar un rato charlando, se les hizo el tiempo a las chicas, por lo que se fueron para empezar a prepararse para la Ceremonia.

Camila nos llevó hasta una camioneta porque aparentemente íbamos a arreglarnos en otro lado, no en la casa de mis padres como pensé. Al principio no le di mucha importancia, pero mientras más nos acercábamos, me di cuenta de lo que era a pesar de que era muy diferente actualmente a lo que recordaba.

La mansión principal.

Donde viven los que dirigen la manada.

La verdad no me sorprende tanto, hace años por lo general los miembros más importantes de cualquier evento a celebrar siempre se arreglan aquí.

Solo deseo no cruzarme con ellos.

Pero... Sería mucho pedir, aparte de ser los alfas actuales de BLOOD MOON, para las ironías de la vida, o mejor dicho de la Diosa, son mis compañeros predestinados.

Ufff... solo espero poder irme lo más pronto posible de este lugar.

Nos bajamos y fuimos directamente a una entrada especial que fue creada para estos tipos de eventos.

Una vez llegamos a la gran sala, quede sorprendida por la cantidad de gente que estaba presente para atendernos hoy, fue una completa locura.

— Bueno se supone que donde nos íbamos a arreglar con pocas personas en la casa de la familia Snow, pero de repente ayer en la noche uno de los trillizos le informo a Liam que iba a ver un ligero cambio de planes con respecto a nuestra preparación para el evento.

De por sí me sorprendió la gran ayuda que les brindaron al principio, pero sinceramente quedé desconcertada por este nuevo nivel de apoyo.

Habló Camila explicando brevemente la situación.

— Vaya en verdad que estos Alfas aprecian a su Beta de una manera diferente. — habló Susan ante lo que estaba frente a ella.

— Tal vez solo querían sorprenderte en tu día con un trato especial — dijo Clara.

— Posiblemente— Camila habló en un tono que destilaba curiosidad y extrañeza.

Opté por quedarme callada. Algo en todo esto me hace sentir alerta.

Se nos acercó una mujer, aparentemente una encargada, a avisarnos que podíamos pasar a la salas contiguas, nos brindarían una pequeña experiencia de Spa.

Al entrar fue como observar una versión más "pequeña" de cualquier salón de belleza de élite. Había más personas en esta área, dispuestas a servirnos como si fuéramos de realeza.

— Se notaba por los alrededores que posee esta manada que eran asquerosamente ricos, pero nunca pensé que fuera a este nivel.— soltó Sarah esta vez.

—Bueno, señoritas, lo que está por allá les permitirá cambiarse y ponerse cómodas a disfrutar de la experiencia.— apareció nuevamente la mujer hablando cortésmente mientras señalaban a una mesa con bolsas personalizadas.

Al acercarnos más me di cuenta de que cada bolsa tenían nuestros escritos de ellas. Casi todas tenían la misma letra, excepto la mía, aunque no era la gran cosa, si se notaba la diferencia.

Decidí ignorar la leve inquietud que este hecho insignificante me provocó, pero este intento no duró, porque al voltearme me percaté de que la encargada me observaba fijamente con una pequeña sonrisa. Como si estuviera confirmando algo.

Todo esto me estaba poniendo incómoda, pero decidí que lo mejor era ignorar todo lo que me rodea y seguir adelante con esto.

Fuimos a cambiarnos y después cada una se dispuso a disfrutar de los masajes que nos estaban brindando.

La verdad es que me hacía falta unos buenos masajes, pero estos estaban divinos.

Después tuvimos que ir a donde estaban los jacuzzis, seguido de arreglarnos las manos y pies. Y sin darnos cuenta todo esto solo nos dejó poco más de algunas horas para maquillaje, peinado y vestuario.

Cada una nos llevaron a habitaciones diferentes para esto.

Cuándo entre a la habitación que me tocó, me percaté que había bastante gente presente. La mayoría la había visto más temprano, poco después de llegar aquí.

Confundida me di la vuelta para retirarme, pero una voz me detuvo.

—¿Usted es la Srta Nina?— preguntó una joven.

— Ehh..si soy yo— le contesté con cierta duda.

— Se nos pidió especialmente que nos encarguemos de usted. — otra chica con una voz cargada de respeto.

— Sinceramente, no creo que haga falta tanta gente para esto— le respondí calmadamente— Aparte yo no soy la que se va a casar hoy. — Terminé de hablar en un intento por probar mi punto.

— Solo seguimos órdenes — me contestó alguien más.

Traté de volver a negarme, pero fue en vano.

Me empezaron a arreglar el pelo, mientras me mostraban distintos maquillajes para escoger.

Una vez terminado, me percaté de que el espacio se empezó a llenar de ropa, zapatos y joyas. Aunque lo quise ignorar sé perfectamente quiénes son los causantes de todo esto. Me probé a regañadientes, súplicas e intentos de manipulación, todo lo que pusieron a mi alcance, hasta que ya no pude más.