Después de que su esposo le fue infiel con su mejor amiga, tuvieron un altercado. Todos la creían muerta, pero ella volvió con más fuerza dispuesta a vengarse de todos los que le hicieron daño.
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Dejarlo en la ruina.
¿Ya viste la hora que es?, ¿dónde andabas y con quién?, preguntó Arap muy molesto. No me digas que con el imbécil del policía.
Ay mi amor, no me digas que estás celoso, Isabella reía divertida.
No me causa ninguna gracia. Isabella, ¿se te olvida que eres mi prometida?
Lo mismo podría decirte yo, dime, ¿qué hacías con esa mujer, justo en el mismo lugar donde yo estaba?
No me cambies el tema, te juro que si vuelves a salir con ese hombre te pesará.
Ya deja de amenazarme, yo soy libre de hacer lo que se me sé la gana. No soy tu prisionera.
No, pero eres mi prometida, y no se ve bien que andes por ahí con otro hombre.
Isabella lo dejó hablando solo. Se metió a la ducha.
Arap salió del cuarto muy enojado y se fue a la sala de estar. Su mente se transportó hasta el momento que vio a Sharon con el vestido de Roxana.
"Es muy hermosa", pensó.
Arap regresó al cuarto, Isabella dormía profundamente.
Decidió dormirse también, "mañana hablaré con ella", se dijo antes de caer en un profundo sueño.
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¿Ya vas a empezar de nuevo?, ¿por qué no quieres comer?
Ya te dije que yo quiero comer con mi tía Sharon, dijo Esthercita haciendo un puchero, a ti no te soporto.
Eres una insolente, una niña malcriada.
Arap llegó al comedor en ese momento, ¿por qué le dices así a mi hija?
Amor, vamos a hablar al despacho...
Isabella y Arap fueron al despacho, dejando a la niña con Karina.
Amor, estoy viendo la posibilidad de llevar a Esthercita a un internado en Francia.
¿Pero qué dices?, ¿cómo pretendes que deje a mi niña en un lugar extraño?
Piensa, en ese lugar recibirá una educación excelente, y podrá superar la muerte de su madre. Ella supone que yo la odio, pero no es así. Yo solo quiero lo mejor para ella.
Arap se quedó callado, después de todo, no era una idea tan descabellada.
Tal vez tengas razón, lo pensaré.
Bueno, pero no te tardes mucho en decidir, porque no es bueno que pierda un año escolar.
Arap pasó el resto del día buscando internados en Francia, quería uno que se adaptara a las necesidades de la niña, que los maestros fueran excelentes, y que la cuidaran con mucho amor.
Encontró varios, de los que pidió referencias, encontrando lob que buscaba.
Dos días después, Arap había tomado una decisión.
Isabella, vamos a mi despacho, necesito que hablemos.
Estuve pensando en lo del internado, y creo que es lo más conveniente para Esthercita.
Ya tengo uno en mente, ya hablé para allá y me dijeron que estaba bien, me esperan en dos días.
Esther será feliz allá. Isabella sonrió triunfante. Claro, Arap no lo notó.
Bueno, ahora aclárame lo de Germán, no creas que se me olvida que te acostaste con él.
Sigues con eso, yo no me acuesto con él, jamás te he sido infiel, ni lo seré. Te amo demasiado.
Ándate con cuidado Isabella, donde me entere que me estás engañando, te mato.
No tienes por qué dudar de mí.
Ella se le acercó y le plantó un beso en la boca. Pero él se separó de ella muy sutilmente, procurando que ella no se sintiera ofendida.
Al rato regreso, voy a ver si me tienen noticias.
Ok, mientras yo iré a visitar algunas tiendas, necesito comprar todo el ajuar de novia.
Está bien, aunque todavía falta mucho para la boda.
No me digas que ha no te quieres casar conmigo.
No digas estupideces.
No son estupideces, te noto muy raro, muy cambiado, ¿acaso te estás enamorando de Sharon?
Y sigues diciendo sandeces, mejor me voy, adiós.
Arap salió azotando la puerta.
"Estúpido", dijo ella por lo bajo.
Isabella fue al cuarto de Esthercita que aún estaba dormida.
"Pronto te largarás de aquí, escuincla babosa. Nadie lo va a poder evitar. Voy a procurar que estés ahí para siempre, hasta la mayoría de edad".
Karina entró, debía preparar a la niña para la escuela. ¿Qué hace aquí?
¿Pues qué no ves?, vine a despertar a Esther...
Yo lo haré, no se preocupe.
¿Piensas que le voy a hacer algo?, preguntó Isabella con cara de inocencia.
En estos tiempos nadie está exento de maldad, mejor prevenir que lamentar.
Está bien, ya me voy, no pensaba hacerle nada.
"Disfrútala al máximo, porque ya se va"... pensó Isabella esbozando una sonrisa malvada.
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¿Qué noticias me tienes?
No tenemos permiso de exhumar el cadáver de Roxana, dijo Germán, seguro de lo que decía.
¿Pero por qué no?, nadie la vio, solo nos dijeron que había muerto, pero jamás vimos su cuerpo. Debemos estar seguros de que es Roxana la que está ahí. Así que, a ver cómo le haces para que te concedan el permiso. Que sea a la brevedad.
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Sharon y Ethan se estaban poniendo de acuerdo para vengarse del mismo hombre.
Quiero dejarlo en la calle, hay mucho dinero de por medio, y no quiero que él se quede con todo.
El banco conoce la firma de tu hermana, ¿no es así?, preguntó Ethan.
Sí, pero, ¿eso que tiene que ver?
Si falsificas la firma de tu hermana, podrías dejarlo en la calle. Sacas todo el dinero y lo depositas en otra cuenta. Luego falsificas la firma de nuevo para que vendas la empresa, cuando se dé cuenta tú ya estarás muy lejos.
¿Y qué va a pasar con mi sobrina?, preguntó Sharon, no muy convencida.
En cuanto lo dejes en la ruina, veremos cómo hacerle para que recuperes a tu sobrina.
Es que se me hace muy arriesgado. Además, Isabella no me puede ver, tiene celos de mí.
No te preocupes por ella, es una sosa. Tú eres mucha más mujer que ella.
¿Dónde la conociste?
En el bar donde trabajo de guardia, ha ido varias veces con un hombre que no es su prometido.
¿De verdad?, ya se me hacía raro tanta miel que derrama, solo es para "taparle el ojo al macho". En realidad ella lo engaña, y el muy idiota ni se da cuenta de nada.
Se lo tiene muy merecido por lo que te hizo, pero aún así es muy poco castigo para él.
No te preocupes, ya le llegará su hora. Mejor dicho, ya les llegará su hora.
Entonces, trata de quitarle todo el dinero y la empresa.
Sí pero hay que hacerlo despacio. No se vaya a dar cuenta antes de tiempo.
Estaban tan concentrados en la plática que no se dieron cuenta de que Erick, y sus achichincles entraban al bar en esos momentos.
¡Sharon!, ¿qué haces aquí y con este hombre?, dijo Erick, señalando a Ethan.
Solo vinimos a tomarnos un trago, somos amigos, contestó Sharon, a sabiendas de que no estaba haciendo nada malo. ¿Ya se te olvidó que el hermano de él trató de salvar a Roxana?
Está bien, pero cuídate mucho las espaldas, no te confíes de nadie.
Claro, hermano, en este momento me disponía a irme a la casa.
Pues te llevo, vamos. Además, necesito hablar contigo.
Ethan, estamos en contacto. Adiós.
Ellos se despidieron de beso.
Adiós.
por compartir!