La Oscuridad De La Villana

Antes de arroparme para descansar, venía mi maestro a verificar si me encontraba en una buena situación o mi cuerpo necesitaba más reposo. Con sus manos me aplicaba una hierba medicinal, sobre el área a tratar. La yema de sus dedos eran ásperas, y se podía sentir a gran escala las medicinas que preparaba. Al marcharse con Miel, sabía que iban a hablar de mí. Eran una pareja tan perfecta, ojalá mi vida fuese tan larga para ver sus hijos. Les daría cada territorio como regalo.

Cerré mis ojos y cumplí mi promesa de dormir hasta después que el sol saliera.

Me vestí con las ropas más humildes, de un color celeste, ceñido a la cintura. Representaba que, en un futuro, incluso el firmamento sería mío y que la noche, cuando cubriera a mis enemigos, me guiaría hasta ellos para que prevaleciera en lo alto. Mi camino sería de una villana deslumbrando de oscuridad.

-Princesa- apareció el joven médico mientras sostenía sobre sus manos un tónico para beber- Buenos días, le traje esto para que lo beba y pueda avanzar en nuestra clase- sonrió de forma entusiasta-

-Buenos días, maestro- bebí la amargura de la cura- ¿Qué planes tenemos para hoy?-

Mis pensamientos fueron directos a una espada.

-Primero vamos a buscar sus compañeritos- sostuvo unos caramelos en su bolsillo-

Suspiré de cansancio, sabía que hoy sería un largo día. Había veces que olvidaba que todavía era un niño. Aunque recordaba que los había invitado a desayunar. Le indiqué a una mujer que se encargara de llevar el desayuno para todos y mi maestro organizaría con comodidad la clase allí.

-¿Sabés donde queda la morada de la familia Lucio, Maestro?- caminé detrás de él-

-Claro que no, vamos a buscar a la señorita Miel- sonrió como un pequeño bobo-

Ella se encontraba teniendo mi ropa, y ayudando a algunas señoras del patio. Como un noble caballero, se acercó con un vaso de agua y un blanco pañuelo, eso la asombro y pude ver como un tono rosado en sus mejillas. Sonreí dentro de mí, algún día habría flores en el jardín.

-Señorita Miel, ¿descansó bien?- demostró con timidez-

-Sí joven médico, ¿y usted?- limpió con cuidado su rostro- ¡Señorita! Buenos días- salió a mi encuentro con un pequeño abrazo- ¿Le llevo el desayuno?-

Miré al maestro que se encontraba haciendo un tierno puchero.

-Descansé bien querida Miel, el desayuno lo están llevando a mi sala. Hoy tendremos invitados, por favor, guía al maestro a la casa de la familia Lucio. Yo iré a ver al príncipe, y lo despediré- me despedí de ambos-

Me dirigí a donde se encontraba el príncipe, y para mi grata sorpresa había cumplido de irse. Había dejado una carta y colocado su perfume.

"Querida princesa: me entristece no haberme despedido de usted, pero como usted me ha dicho, mi futuro es gobernar este territorio y debo de hacer lo mejor posible para poder hacer un próspero territorio. Iré a visitarla cuando usted haya hecho la labor de eliminar la corrupción, y poder hacer el ducado del sur un lugar próspero y armonioso. Sé que podría llegar a ser un pilar necesario, cuenta con mi apoyo en cada situación. Sé que en unos meses se realizará su cumpleaños, lamento no verla. Aunque esté mi ausencia, la seguiré en mis pensamientos.

Hasta dentro de unos años.

La saluda con cariño, el príncipe Félix."

grité en mi mente. ¿Acaso cree que toda la labor que estoy haciendo, es por lealtad? ¿Cree que su mera existencia es algo importante para mí? Solo deseo que sufra en el lugar más iluminado del mundo, en donde extrañe la luz oscura de la noche y la vastedad del firmamento.

Tomé la carta y la quemé en mi rincón.

Pude escuchar unas risas provenientes del exterior, eran de unos niños. Supuse que eran ellos para desayunar. Unos golpes hicieron posible saber que eran ellos.

-Adelante- me senté lo más derecha posible-

-Buenos días, princesa- los dos niños hablaron a la vez-

Eran tan dulces como la colmena de las abejas.

-Buenos días, jóvenes compañeros. A partir de hoy tienen el derecho de dirigirse hacia mí por mi nombre, Askary- sonreí-

Ellos me miraron algo sorprendidos.

-Pero princesa- uno de ellos se preocupó-

-Niños, agradezcan. No todos pueden llamarla por su nombre a nuestra princesa.- Miel les sonreía mientras les explicaba-

Ellos se inclinaron y agradecieron.

Mientras nos servían los alimentos, aproveché de preguntarles sus nombres y edades. No sabía como debía de dirigirme a ellos. Tenía pensado en comprar el título de vizconde para la familia Lucio, pero antes necesitaba que los padres de ellos me juraran la lealtad más profunda, eso lo demostrarían de alguna forma u otra.

-Jóvenes compañeros, ¿puedo preguntar sus nombres y edades?- dije mientras veía como el maestro preparaba algunas hojas-

Solamente esperaba que la clase no fuera un monólogo.

-Si Askary, yo soy el hermano mayor. Me llamo Flexv, y tengo 10 años. Y él- señaló al niño más alto- Es mi hermano menor, tiene 8 años y se llama Vlix-

Al fin lo conocía a Flexv. Por alguna razón, aunque había servido a Félix, no tenía rencor ni odio a él. Lo sentía como algo más.

Ahora que los veía con mayor claridad, parecían un poco diferentes. El menor se parecía a su madre en aspecto y carácter, un cabello rubio que parecía oro pulido y ojos verdes como la pradera del norte, y el otro era igual a su padre. Con unos ojos dorados y un cabello marrón brillante. Sin lugar a duda sería unos grandes jóvenes, solo necesitaban un nuevo camino.

-Bien, desde hoy los dos serán mis compañeros y mis hermanos- les pasé un té para brindar juntos-

El desayuno fue entre risas y bromas infantiles, y tengo que admitir que fue uno de los mejores de mi vida. Me sentí viva, y con muchas cosas positivas.

Un golpe en la puerta llamó la atención, Miel salió, y volvió a entrar con un pergamino. Me parecía extraño.

"Querida princesa: saluda con admiración, el sabio como usted mencionó antes. Tengo una respuesta para usted y creo que es hora de darla.

Con su pequeña mente en desarrollo, ha hecho reflexionar a este viejo hombre. Espero gustosamente su respuesta, e invitación.

Con gran respeto se despide, Dleon Ñeslf"

Sin lugar a dudas, las estrellas se estaban alineando en mi camino.

-Miel, escribe que la próxima semana quiero verle. Que sea por la tarde, en la mañana tengo trabajo que hacer- agradecí por su acción-

Unas señoras ingresaron y limpiaron cada lugar para desarrollar la clase.

-Me presento ante ustedes. Soy Lu Clien, médico y maestro de la espada y artes marciales. Por pedido de la princesa, seré su profesor- su frente se veía algo sudada por los nervios-

Tal vez era por la presencia de Miel.

-He traído unos elementos que nos ayudarán a ver qué tan profundo es nuestro ki. Como sabrán, cada humano tiene distintos niveles de ki, y solamente existió alguien que pudo romper ese parámetro de ki. Que sería uno de los ancestros de la princesa. Hasta el día de hoy, no ha existido nadie más poderoso que esa persona.- su clase era muy buena, todos prestábamos atención maravillados-

Esto era realmente divertido, me perdí estos momentos en mi vida por el egoísmo de mi familia. Y ahora era una maravilla poder vivirlo.

-Va a ir primero Vlix, Flexv y por último usted princesa- mostró torpemente una piedra extraña-

Al pasar Vlix, la piedra no brilló tanto, era un ámbar claro, aunque se podía observar rasgos de pureza.

-Bien Vlix, tenés en tu cuerpo un 48% de ki, y una pureza brillante- el pequeño hizo un puchero- ¨¡No te desanimes, vas a encontrar tu lugar!- no muy convencido se sentó en su lugar-

Cuando Flexv tomó la roca, esta brilló en gran manera, mostrando colores verdes y naranja.

-Hubo una persona que su número más grande fue de 500% de ki. El tuyo estuvo muy verka Flexv, de un porcentaje de 490% de ki, con una pureza mezclada con poder- él sonrió muy feliz- Trabajaremos en tu habilidad-

Estaba nerviosa, tal vez mi poder no era tan fuere, y mis esfuerzos eran en vano.

Al tocar la piedra esta ser rompió y pulverizó, dejando una gran rafa de viento y millones de partículas y átomos en el aire.  Todos nos quedamos estáticos, ¿qué había sucedido?

-Maestro, ¿qué sucedió?- preguntó Flexv-

-Encontramos a la maestra del ki- murmuró en el silencio-

¿Maestra del ki? ¿Eso era posible?