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Entre Siglos Y Maldiciones

Entre Siglos Y Maldiciones

Status: En proceso
Genre:Romance / Época / Pareja destinada / Brujas / Reencarnación / Fantasía épica
Popularitas:2.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Lya RB

Desde que tiene memoria, Catalyn Spencer ha tenido poderes que la han llevado a ser discriminada incluso por su propia familia, pero solo su mejor amigo, Derek, la ha aceptado tal y cómo es. Sin embargo, cuando se encuentra con la bruja Victoria, su futura mentora, y la invita a unirse al aquelarre Eclipsis, descubrirá que Derek guarda más secretos de los que esperaba y podrían estar relacionados a una maldición mucho más oscura y peligrosa.
Los caminos de las personas están conectados por algo mas que el destino. Las mejores historias de amor a veces no tienen un final, a veces, ni siquiera tienen un comienzo y el hilo rojo podría romperse más de una vez.

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Capítulo 10: Reflejos y Huracanes

Catalyn se despertó aún con un leve cosquilleo en la punta de sus dedos, aunque se dio cuenta que la mano derecha le dolía. Abrió su mano y encontró la última hoja que había garabateado en la noche antes de quedarse dormida. Creía que lo había conseguido: un hechizo para borrar la memoria.

Toda la noche había descifrado los enigmas de su grimorio y los hechizos que aparecían en su cabeza como una fórmula matemática. Cada variable se enlazaba con una palabra y cada palabra se enlazaba con una emoción. Las emociones representaban momentos de la vida de la persona y con visiones que terminaban siendo recuerdos. Si lograba vincular cada palabra con peso mágico a una emoción fuerte que había sufrido la persona en el recuerdo que quería borrar, podía eliminar fácilmente cualquier rastro de ese momento y seguir viviendo como si jamás hubiera sucedido.

Se puso de pie y frunció el ceño al ver que algunas hojas faltaban.

¿Su madre había entrado a su habitación?

Estaba en graves problemas.

Y más aún cuando la escuchó entrar a su casa gritando y discutiendo con alguien. Reconoció la voz de Derek, pero él también estaba exaltado. Ambos subieron al segundo piso corriendo. Catalyn solo permaneció parada frente a la puerta, ¿por qué estaban tan enojados? Empezó a sentirse mareada y con náuseas cuando sintió sus emociones empezar a hacer denso el aire.

Pero solo Derek entró a su habitación.

- ¿Qué demonios estás haciendo? - le gritó al entrar.

- ¿Despertar...? - dijo Catalyn, con una pequeña sonrisa nerviosa.

- ¡Catalyn, esto es en serio!

- No entiendo. ¿Qué sucede?

Derek alzó su mano con un puñado de hojas rasgadas. Catalyn reconoció sus dibujos y se sintió aún más confundida.

- Es solo un hechizo, estaba practicando en la noche...

- ¡Un hechizo para borrar la memoria!

- Pensé que...

- ¡¿Qué, Catalyn?! Esto es demasiado peligroso, no puedes manipular así el cerebro de las personas.

- ¡Pero tú mismo me dijiste que podía hacerlo! ¿No me estabas enseñando a jugar con sus pensamientos?

- Nunca pensé que llegarías a esto, sólo quería que pudieras hacer sentir mejor a los demás como lo hiciste conmigo. Pero no puedes tomar una decisión por otra persona, no puedes invadir sus recuerdos... - Derek dejó de hablar y lanzó un suspiro, como si se estuviera arrepintiendo de lo que había dicho -. Esto es peligroso, Catalyn.

Ella apretó la bola de papel con el hechizo terminado en su mano. Con suerte, él no se daría cuenta.

- Debiste haberme dicho eso antes de ilusionarme - dijo Catalyn en voz baja -. Pero esta bien, entiendo. ¿Podrías por favor dejar de gritar? Te pido disculpas por haberte preocupado.

Derek pareció aún más arrepentido.

- ¿Querías usar esto conmigo? - dijo él mirando a las demás hojas en su escritorio.

De hecho, también quería usarlo con ella. Para dejar de llorar en las noches por el recuerdo de su padre. Quería usarlo con su mamá para quitarle el dolor de haber perdido a su esposo. Quería borrar el incendio de su memoria, pero no le dijo nada de eso a Derek. Ya estaba sintiendo que las lágrimas afloraban en sus ojos. Apartó la mirada y se tragó el llanto.

- ¿De verdad eres tan egocéntrico? - Catalyn le arrebató las hojas, sin importarle que algunas se rasgaron - No todo es sobre ti.

- ¿Qué tienes en la mano? - le preguntó.

- Nada que a ti te interese -. Ella intentó alejarse.

- Catalyn, abre tu mano.

Ella se negó e intentó encerrarse en su baño.

- ¡Catalyn, dame esa hoja!

- No eres mi papá para darme órdenes.

- Si él estuviera aquí ni siquiera tendrías que hacer este hechizo - soltó Derek y Catalyn sintió como si la hubieran golpeado en el pecho. Él también se dio cuenta de sus palabras -. Demonios, lo siento Cat. No era mi intención.

Catalyn sintió que su interior quemaba y que su magia iba a explotar. Tomó aire y abrió la mano, pero no dejó que él le quitara la hoja. La quemó antes de hacerlo. Las cenizas le cayeron de la mano, pero el fuego que rodeaba su palma aún flameaba intenso.

- Tienes razón, si él estuviera aquí yo no estaría buscando que me ayudaras con mi magia siquiera. Él me habría ayudado, pero no está - dijo mirándolo a los ojos. No estaba gritando, no estaba llorando. Solo le hablaba -. Hace cuatro años que no está. Y si, quería ayudarte con este hechizo. Quería borrar a Alice de tu mente para que siguieras adelante, pero ahora veo que fue una mala idea. Te pido disculpas y te pido que te disculpes.

Derek solo la miró, casi sorprendido, casi asustado.

- Yo... lo siento, Catalyn. No quería gritarte.

- Ahora, por favor, sal de mi habitación. Necesito bañarme. Y dile a mi mamá que estaré lista en diez minutos, que voy a destruir cada rastro que haya de ese hechizo y que intente no preocuparse. Veo que ustedes dos hablan más de lo que yo sabia. ¿Podrías decirle?

Derek asintió, pero Catalyn aún podía ver que guardaba rabia y preocupación.

- Quiero que entiendas que...

- Que jugar con los recuerdos de alguien es invadir su privacidad y que siendo una bruja inexperta hay muchas variables que podrían salir mal. Ya entendí - lo interrumpió, apagando la llama en su mano.

Derek volvió a asentir, esta vez parecía arrepentido.

- Te esperaré abajo para ir a clases...

Cuando salió de su habitación, Catalyn sintió que su pecho quemaba. Se encerró en su baño y sintió las lágrimas caerle por las mejillas. Solo quería ayudar, ¿por qué era tan malo? Entendía que era riesgoso, que podían salir mil y un cosas mal..., pero se había asegurado de ser cuidadosa y de examinar cada variable que pudiera alterar su resultado. Estaba segura que funcionaría y que solo tendría que borrar la presencia de Alice de su cabeza. Estaba segura de que solo tendría que borrar los recuerdos del incendio y modificarlos para que solo recordaran que su padre ya no estaba porque... ¿qué recuerdo iba a reemplazar?, ¿cómo podría explicarle a su mamá que su esposo había muerto si no recordaba el incendio?, ¿qué iba a hacer cuando los demás le preguntaran a Derek por Alice?, ¿acaso había tenido un plan b para esos sucesos? Solo se habia preocupado por no tener un efecto secundario en sus cerebros cuando borrara los recuerdos, pero no para lo que podría suceder después. Derek tenía razón, era inexperta. Una niña aún aprendiendo. Una niña que quería ver en su reflejo algo que tuviera valor.

Respiró profundo y presionó su mano izquierda sobre su pecho. Su corazón disminuyó tan rápido los latidos que se sintió mareada, pero se obligó a calmarse y a detener las lágrimas. Aún tenía la mano derecha encogida en un puño y cuando la abrió descubrió que tenía las palabras del hechizo grabadas en tinta negra en su palma. Se apresuró por copiarlas en su grimorio y estar lista para ir a la universidad tan rápido como pudo.

Había sido un error crear ese hechizo.

Pero era el primero que hacía.

Tampoco iba a tirar su trabajo por la borda.

Se miró al espejo y retocó su rostro con su magia. Hizo sus labios un poco más rojos y regresó su color natural a sus mejillas. No podía salir de su habitación luciendo como un tomate con los ojos hinchados. Podia estar a punto de llorar, pero no dejaría que la vieran así.

Al bajar, se encontró con que Derek intentaba calmar a su mamá.

- Ella estará bien, no permitiré que se haga daño - escuchó que Derek le decía en voz baja.

Catalyn rodó los ojos.

- No necesito que me cuides - le dijo Catalyn -, pero gracias. Ahora, mamá, no tienes por qué preocuparte. No hice ningún hechizo.

Ellos dos voltearon a verla, pero mientras su mamá sólo la vio con los ojos llenos de lágrimas y decepción, Derek fijó su mirada en ella como si fuera la última rosa floreciendo. Catalyn le sostuvo la mirada y sonrió, aunque le daba un vuelco el corazón cada vez que algo así sucedía.

- ¿Vamos a la universidad? Vamos tarde.

- Tú te quedaste dormida - alegó Derek, recogiendo sus cosas.

- Tú me gritaste.

- Catalyn - la llamó su mamá y ella deseó con todo su ser que no tocara de nuevo el tema de su magia.

No necesitaba más malas noticias.

Pero lo que le dijo su mamá definitivamente le rompió el corazón.

El aire se le escapó de los pulmones y el fuego en su interior explotó como si se estuviera quemando por dentro. La magia en sus dedos picaba y estuvo muy segura de que los objetos a su alrededor empezaron a vibrar. Las palabras se le hicieron difíciles de entender, pero lo había comprendido desde un principio.

- ¿Qué dijiste? - dijo, sin embargo, porque no lo terminaba de asimilar.

- Te prohibo seguir usando ese... ese error al que llamas magia. Si lo haces, aceptaré la propuesta del padre Nicolás. El convento no está muy lejos de aquí, Catalyn - le explicó su mamá, como si estuviera hablándole a una niña haciendo rabieta -. Es lo que debi haber hecho hace cuatro años.

Catalyn sintió que su corazón se aplastaba con los recuerdos. Nunca había querido hacerle daño a alguien, mucho menos a una persona que había querido tanto, como su mejor amiga.

Aún le dolía recordar a Mary.

Y que su mamá la mencionara solo hacía que ella sintiera que su pecho ardiera.

- Pero... - empezó a protestar - yo no quería...

- No hay peros en esta conversación. No tienes permitido usar más tu poder -. Entonces, su mamá se empezó a alejar de ella y a subir al segundo piso -. No más de estas brujerías.

- Señora Lillian, espere... - Derek la siguió e intentó cogerle el brazo.

- ¡Esto es lo mejor para ella! - le gritó - Soy su madre, sé lo que es bueno para mi hija.

- Mamá... - empezó a rogar Catalyn al ver que se dirigía a su habitación -. Espera, ¿qué vas a hacer?

- Deshacerme de todo.

Cogió su grimorio y le rasgó las hojas. Arrugó sus dibujos, sus escritos, incluso los que no tenían nada que ver con los hechizos. Sus libros, los que pudieran tener algún símbolo aunque no fueran de brujería. Sus collares, sus manillas, sus flores. Todo lo que alguna vez había asociado con la magia de Catalyn. Ella apretó el collar con fuerza que le había dado Victoria y que colgaba de su cuello, protegiéndolo.

- Espera, espera mamá. No destruyas... -. Partió su grimorio a la mitad.

Catalyn sintió que su corazón se aplastaba.

Esta vez, no pudo contener las lágrimas.

- ¡¿Todo esto por un hechizo?!

- Uno demasiado peligroso, ¡te dejé hacer magia por años pensando que no llegarías a estos límites!

- Yo no quería hacer daño, yo solo quería...

- Esto es un error. Derek, sácala de la habitación.

Derek también la miraba con impresión.

- Señora Lillian, no creo que..

- Catalyn no volverá a practicar, eso es todo.

Catalyn se estaba empezando a marear, pero su magia revoloteaba en su interior como un incendio. Le picaban las manos y le dolía la cabeza. Ella no quería hacer daño, ¡nunca había querido lastimar a la gente que amaba!, ¿por qué tanto alboroto?, ¿por un hechizo que ni siquiera había intentado hacer?, ¿por solo tener magia y ser una bruja? Si tan solo su papá estuviera con ella...

Una ráfaga de viento abrió la ventana y chocó contra las hojas que su mamá estaba rasgando. Cayeron al suelo y se prendieron fuego.

No, no quería hacerles daño. Eso era ella. Eso eran sus poderes controlados por sus emociones. No iba a dejar que la dominaran.

Apretó sus manos en puños y cerró los ojos con fuerza. Debía guardar todo ese dolor y rabia que sentía en ese momento. No sabia como regular la influencia que tenían sus emociones sobre su alrededor, lo único que se le ocurría era detener su poder de golpe. Guardarlo. Retenerlo. Antes de causar un desastre. La ráfaga se detuvo y el fuego se extinguió antes de que su mamá continuara gritando. Abrió los ojos viendo luces y borroso, aunque aún estaba llorando.

- ¿Ves lo que hacen tus poderes? - le gritó su madre.

Catalyn permaneció en silencio.

Le dolía demasiado la cabeza.

- Señora Lillian, fue suficiente -. Derek se paró frente a ella -. Ya destruyó todo lo que tenía relación con magia.

- Necesito saber que Catalyn no practicará más.

- Es parte de su naturaleza, es como respirar para ella... - la siguió defendiendo Derek -. No puede prohibirle ser ella misma. Su magia es buena, es hermosa...

¿Por qué lo hacía?, ¿por qué Derek la estaba cuidando de ese modo?

- Es un error - lo interrumpió -. Es una monstruosidad.

Catalyn lloró con más fuerza.

- No... - intentó hablar, pero la voz le temblaba. Sentía su cuerpo pesado, adormecido. Como si fuera a desmayarse -. No haré más magia.

Derek volteó a verla con el ceño fruncido.

Catalyn quería salir corriendo, gritar, dejar salir el poder que había retenido y golpear lo que fuera con él.

Pero se quedó y solo apretó sus manos en puños hasta sentir sus uñas en sus palmas.

- No practicaré más magia - decir esas palabras se sentía como si tuviera ceniza en su boca -. No haré más hechizos.

- Bien - dijo su mamá -, eso es todo. Iré a ver al padre Nicolás, él sabrá como inhibir tus poderes en caso de que quieras practicar.

- Pero... lo prometo, no tienes que...

Su mamá salió de su habitación casi empujándola.

- Señora Lillian, por favor, esto no es necesario. No tiene por qué... - Derek la detuvo por el brazo, pero ella lo abofeteó.

- Es mi hija. Yo decido cómo lidiar con ella.

Salió de su habitación y luego Catalyn escuchó que cerraba la puerta de un portazo.

Su magia en sus venas era como un río desbocado. Un huracán que estaba arrastrando cualquier atisbo de consciencia que pudiera conservar. Le dolía mil infiernos la cabeza y le dolía el pecho como si se estuviera quedando sin aire.

- Catalyn... - empezó a decir Derek.

- Estoy bien - respondió automáticamente -. ¿Podemos salir de aquí?

Se culpó a si misma por permitir que le temblara la voz.

- Claro - Derek le cogió la mano -, ¿adónde quieres ir?

Catalyn no tenía idea de dónde ir, pero solo quería correr y gritar.

- Yo... - apenas pudo decir antes de notar que le caía un líquido cálido de la nariz y los oídos.

- Catalyn, maldición... - escuchó decir a Derek.

De verdad estaba sangrando.

1
Andrexenx
Sii por fin
Andrexenx
😥
Andrés Felipe Hernández
"Te vamos a matar si sigues con tus chingaderas, mamón. Ponte con tus mamadas y te descuartizamos y tiramos de comer a los perros. Andate con cuidado porque no sabes con quién te metes, krnal"

-Victoria (2024)
Andrés Felipe Hernández
VIVAN LOS NOVIOOOOOOOOS!!
Andrés Felipe Hernández
Algo no me agrada aquí... >:v
Andrés Felipe Hernández
Eh, esa es mi frase
Andrés Felipe Hernández
"Para aprovechar la corriente del rie, no corres en su contra; te dejas llevar por el impulso de su cauce"
Andrés Felipe Hernández
So Easy (Soy ese)
Andrés Felipe Hernández
"Gracias a ti, Andrés pasó sus parciales; si eso no fue magia, ¿entonces que fue?"
Andrés Felipe Hernández
"Esto está mal, muy mal"
¿Es normal que las shippee?
Andrés Felipe Hernández
Auch
Andrés Felipe Hernández
¡¡Empieza el entrenamiento, pongan la canción de Rocky Balboa!!


*Motivational Música intensified"
Andrés Felipe Hernández
Imagino la escena en mi cabeza y la cara de Catalyn tipo: :0
Andrés Felipe Hernández
Fue un suspiro de "Dios, menos mal que aún tiene"
Andrés Felipe Hernández
Rutina de skincare y 10 ave Marías Bv
Andrés Felipe Hernández
De noche: Un aquelarre de magia
De día: Call Center de portabilidad de Claro :v
Andrés Felipe Hernández
No digas eso, chiquita
Andrés Felipe Hernández
Golpe bajo :v
Andrés Felipe Hernández
¿Que quien es Catalyn?
para unos, una extraña
para mi, mi diosa
mi aire vital para respirar
mi corazón palpitante
mi medicina
mi uso de razón
Andrés Felipe Hernández
AGARRENME que la mato :)
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