Edward Sackler El CEO Cruel Y Despiadado

–Rebecca tengo que decirte algo importante, sucede que… Rebecca interrumpió su frase negando con la cabeza al mismo tiempo que le decía –Oh no Edward, tú no me puedes dejar. Estamos comprometidos, recuerdas? Decía esto mientras le señalaba el anillo en su dedo.

Edward sólo atino a decir –No tengo elección. Él odiaba dar explicaciones de sus actos y más si la otra persona está en completa negación.

Rebecca en su coraje y berrinche empezó a levantar el tono de su voz. –Tu eres mío Edward y le guste o no a tú padre seremos un matrimonio. Dijo descaradamente la mujer que estaba ardiendo en cólera por tal situación.

Edward sólo observaba su coraje pero sentía más curiosidad por ver la reacción de Alice ante todo esto.

Por otra parte Alice hablaba con Annie sobre el tema, le explicaba cómo estaba la situación y que no le quedaba otra opción más que aceptar el trato que de cualquier manera sólo serían 2 años y después podría continuar con su vida, Annie estaba anonadada con todo lo que su amiga le contaba y no podía creer que el abuelo de su amiga fuera tan cruel cómo para hacerle eso a su nieta a quién tanto pregona amar. Estaban tan sumergidas en su plática que no se percataron del escándalo que Rebecca estaba armando hasta que una esbelta figura se acercó a ellas gritando escandalosamente.

Rebecca quién era muy perspicaz se percató de las miradas que Edward le hacía a Alice y entonces fue que entendió que era ella, era quién supuestamente le estaba arrebatando al amor de su vida.

Le reprocho a Edward el que la hubiera llevado al momento de romper con ella, sentía que era demasiado cruel por hacerla sufrir de esa maneray con voz chillona le dijo. –¿Es ella cierto, Edward? ¿Pero cómo te atreves a traerla contigo al momento de romper con nuestra relación? Eres un maldito desgraciado insistió al momento de darle golpes en el pecho a Edward.

Edward sostuvo sus manos y la veía con una mirada de desaprobación por todo el escándalo que estaba armando, pues odiaba esos teatros baratos, pero Rebecca era así de esa manera solamente que él no quería darse cuenta y siempre la veía cómo la mujer perfecta por qué era igual de calculadora que él.

–Ya basta. Dijo Edward –Estás haciendo un escándalo innecesario frente a todos. Le dijo en un tono sumamente molesto.

Rebecca en un movimiento brusco se soltó de su agarre e intento abofetearlo. Edward quién ya había pasado un episodio de insolencia de Alice detuvo furiosamente la mano de Rebecca. –Ni siquiera te atrevas a ponerme una mano encima. Le dijo utilizando el tono de voz más frío que podía.

Rebecca observó detenidamente a Alice y al ver que está no le prestaba la más mínima atención se dirigió furiosa hacía su mesa. –No podrás salirte con la tuya, crees que el me dejara por alguien cómo tú? ¿Tan solo mírate? Eres tan poca cosa para un hombre como él. Edward Sackler es mío, me pertenece y por más que quieras él jamás me dejará.

Alice al sentirse atacada se levantó de la mesa rápidamente al igual que Annie. –Bueno si tanto te ama porque se quiere casar conmigo? Por qué déjame decirte que yo no lo estoy obligando a nada.