La mayor cobardía de un hombre es despertar el amor en una mujer sin tener la mínima intención de amarla, como curar aquellas heridas si es difícil de cerrar, y cada día el precio de vida es más difícil de pagar, después de alejar el dulce amor de su esposa, sin imaginar que su búsqueda en el amor termino cuando la conoció, de la cual la vida convirtió a Rafael Castro un mendigo del amor,
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Renunció a la compensación
Sara confesaba todo su amor a Rafael, ella lo amaba desde que lo conoció pero el no se había dado cuenta de su existencia hasta que resbaló en el puente y ella cayó encima de él. Desde ahí hicieron una amistad y que en varias ocasiones, terminaban en besos, pero jamás imagino que se trataba de un supuesto inocente juego, que la única afectada fue ella, ella entendió la actitud de él, ¿pero quién la entendía a ella y a su inmenso amor que siente por Rafael? esa pregunta se la hizo dentro de su mente donde quedó en aire porque nadie le respondió.
Rafael---: La verdad que no te quiero hacer daño, Sara mírame, tu te mereces a un hombre que te ame de verdad y que el amor sea mutuo....amor de una sola persona no hay.
Sara---: Está bien, Rafael Castro firmaré los papeles solo dime cuándo.
Rafael---: El abogado de la familia te visitará mañana.
Sara---: Puedo ir hoy mismo, tengo que irme.
Rafael---: Te llevaré a la villa.
Sara---: No es necesario, tomaré un taxi.
Rafael no aceptó que ella se baya sola, la tomo del antebrazo para no dejarla ir, pero al instante sintió una sensación como si fuera corriente de la cual recorrió en todo su cuerpo con solo tocarla, que a su vez le hizo sentir un vuelco en su estómago, por su parte Sara cedió talvez sea la última vez que esté cerca de él, ingresaron al vehículo, mientras conducía el la miraba de reojo ya que Sara no dejaba de llorar él sintió tristeza por ella, pero tenía que ponerle fin a todo ese absurdo matrimonio, durante el camino no dijieron palabra alguna, después de media hora llegaron a la villa, Sara salió del vehículo bajo las miradas de Rafael, que no le quitó la vista hasta que Sara ingreso a la villa, después puso en marcha su vehículo y se dirigió a su oficina.
Cómo estaba muy enojado ingreso a la empresa sin mirar a nadie, llegó hasta oficina donde estaba una enojada Pamela esperándolo, pero sin imaginarse que Rafael la tomara del brazo en señal de enojo.
Pamela---: ¿Que te pasa?.
Rafael---: Nunca más en tu vida te vuelvas a meter con Sara entendiste, porque la próxima vez no se que haga.
Pamela---: No se porque la defiendes tanto si tu supuestamente no la amas.
Rafael---: (la empuja) quedas advertida.
Rafael ingreso a su oficina dando un portazo que el impacto asustó a Pamela que estaba al punto del colapso, ya que pensaba que Rafael la amaba a ella, por su parte Rafael se sentó en su sofá estaba enojado con sigo mismo ya que las imágenes de Sara llorando no lo dejaba en paz y sentía mucho remordimiento dentro de su ser.
Martin---: No se que habrá pasado pero encontré a una Pamela que se iba furiosa y entre lágrimas.
Rafael---: No pasa nada. (serio)
Martin---: Oye, como es que no tienes guardado el número de tu esposa, es mejor que se lo pidas reinicie mi teléfono y se me borraron todos los contactos.
Rafael---: De que hablas,
Martin---: Quiero decir que la próxima vez, que me pidas el número de tu esposa no te lo podré dar.
Rafael---: Yo no te pedí nada.
Martin---: Mandaste a Pamela por el número.
Rafael---: Yo no la envié, Martin... Pamela hizo que Sara venga y me encontró en la peor situación que una esposa pueda encontrar a su esposo.
Martin---: No las olí, pero ella no tenía derecho de hacer eso.... Pobre Sara espero que despidas a Pamela.
Rafael---: Ya no importa le conté toda la verdad y ella acepto el divorcio, lo que me duele es que ella se enamoró de mí, y no es de ahora, se enamoro de mi hace mucho tiempo, era a mi a quien ella observaba todos los días en el puente.
Martin---: Te noto triste por eso... amigo estás seguro que no tienes sentimientos para ella.
Rafael no contestó, solo imagino los besos que se daban antes del matrimonio cuando el jugaba a enamorar la fea, trago grueso al escuchar aquel palabras de su amigo.
Mientras tanto en la villa Sara empacaba todas sus pertenencias, llamo a su tía para que la ayude hasta de ir a la ciudad de Guayaquil, a estudiar, pero antes de que su tía llegué, ella ingreso a la habitación de Rafael, se acostó a la cama y lloró era la última vez que ella ingresaba aquella habitación donde solo se percibe el aroma de Rafael.
Después de varios minutos escucho el auto llegar, su corazón se tenso por un momento pensó que era Rafael, pero al asomarse se dió cuenta que era su tía, respiró con alivio, ella salió con las maletas mientras su tía le sonreía para darle ánimo, salieron de aquel lugar donde Sara miraba la villa por última vez mientras se alejaba, porque ahí vivió por casi dos meses dónde alimentaba el deseo que Rafael Castro la llegara amar tanto como ella a él.
Doña María---: Hasta que te decidiste, me alegra, no me gustaba ese tipo para ti.
Sara---: Me divorciaré tía (llora) el peor error de mi vida hasta ahora fue haberme casado con Rafael.
Doña María---: Vamos a casa, el mundo no se termina aquí hija mía.
Sara---: Gracias tía, pero antes quiero ir donde el a abogado Sánchez para firmar los papeles y terminar de una vez con esta pesadilla.
Doña María---: Te veo decidida hija, y eso me gusta nosotras las mujeres debemos ser determinante y fuerte de carácter y sobre todo aprender a decir no.
Sara escuchaba a su tía, ella era la menor de los Mera, que su carácter la ha personalizado antes las demás y las personas que la rodean le tienen mucho respeto incluso sus tías, que a pesar que ella es nieta de Felipe Mera, hermano mayor de su tía, él le enseño muchas cosas como defenderse de la cual ella formó su carácter, cosas que no había hecho con sus hijos y nietos por esa razón ella es débil y le falta personalidad.
Llegaron a la oficina del abogado, doña María no dejo ni un monto sola a su sobrina, estuvo presente cuando el abogado le leyó los acuerdos, ella vio mucha tristeza en el rostro de su sobrina y eso le partía el corazón, que si estuviera a Rafael frente a ella lo dejara plasmado en la pared de aquella oficina, lo único que podía hacer por ella era protegerla y cuidarla tal como su hermano mayor lo hizo con ella.
Sara---: No quiero nada de el, señor abogado podría redactar un documento donde diga que yo renuncio a toda compensación.
Abogado---: ¿Está segura?
Sara---: Si, no tengo nada que me una a él y no esta bien que yo reciba dinero de mi esposo sin tener nada que ver con el.
Abogado---: Entonces avisaré a mi cliente sobre su decisión.
Doña María---: Porque tiene que avisarle a su cliente, es la decisión de ella, si ella dice que no quiere nada pues no quiere, usted solo redacte el documento y nada más. (sería)
Abogado---: Si señora, lo haré enseguida.
El abogado empezó a redactar el documento, la actitud de la señora lo hizo poner nervioso, el había visto a María Mera, pero jamás había tratado con ella y ahora que lo hace sintió temor por su actitud