Carla

Terminamos de desayunar, agarro mis cosas y salimos. Justo

enfrente de su casa había un Mercedes Kompressor clase E de color negro con

vidrios polarizados, él toca un botón y automáticamente titilan las luces del

auto y sus puertas se destraban. Su interior era hermoso e impecable, quede con

la boca abierta al ver el sistema de navegación. Era un lujo. Ale me mira y a

continuación me dice.

-me indicas tu dirección para colocarlo en el GPS?

-No hace falta, yo te voy indicando como llegar.

Ale se encoge de hombros y yo comienzo a indicarle mientras

pienso que voy a hacer con la dirección.

-victoria, puedo hacerte una invitación a cenar esta noche?

- si\, me encantaría\, realmente agradezco lo que haces por

mi.

-perfecto, entonces cuando lleguemos voy a pedir que me pases

tu número telefónico.

Dios!!! Que hago, mi dirección, mi número de teléfono, algo

más? Mi grupo sanguíneo también me lo pedirá?

El trayecto lo hacemos en silencio, cuando llegamos a la

ubicación de mi casa rápidamente pienso en lo que voy a hacer.

Él agarra su celular y me mira para pedir mi número

nuevamente.

-Ale, aún sigo aturdida ¿puedo pasarte mi número de teléfono

en la noche? Por favor.

Al escuchar mi respuesta no pudo insistir más, pero hizo una

media sonrisa.

-victoria entonces paso por ti a las 21 hs, ¿te parece?

- si Ale me parece perfecto. Nos vemos en un rato.

Mientras digo esto último voy bajando del coche, y él espera

a que entre a mi departamento, pero en ese momento en el edificio a

continuación del mío sale una persona y la puerta queda abierta y se va

cerrando lentamente, sin pensarlo ingreso y observo que Ale se va. Yo salgo del

edificio automáticamente y entro en el mío, saludo a Héctor y sonriendo me dice

-señorita Carla ¿se había equivocado de edificio?

-si Héctor, hoy estoy distraída.

Entro a mi casa aliviada y pongo mi celular a cargar, me

tiro en mi cama y no puedo creer todo lo que paso. Me quedo unos minutos

pensando que hacer, si realmente estar en la puerta a las 21 hs o directamente

dejarlo plantado y cerrar este episodio, ya es demasiado que sepa mi ubicación,

pero realmente me encanta. Mi inconsciente me lleva a que me duche y me prepare

para la noche, después veré que hago para zafar.

La noche está perfecta, así que me pongo un vestido ajustado

al cuerpo minifalda blanco y arriba una camisola blanca trasparente por delante

me llegaba hasta arriba de la rodillas y por detrás era más larga, lo ajusto

con un cinturón negro y me pongo unas botas negras bucaneras. Aliso bien mi

peluca y remarco un poco mis ojos, hoy mi maquillaje es natural,  salgo del edificio unos minutos antes de las

21 y espero en el otro edificio. Pobre de Héctor, realmente no entiende nada, está

observando todo lo que hago. De repente el Mercedes aparece, se estaciona y yo

entro a esa fabulosa nave. Nos saludamos con un beso en la mejilla, él tiene un

perfume que realmente me dejo loca, de reojo, veo que echa un vistazo rápido a

como estoy, sin decir nada, nos marchamos del lugar  y nos dirigimos a Puerto Madero, una zona

bastante elegante.

-Victoria ¿cómo te sientes?

-Estoy muy bien, la cabeza dejo de doler en la tarde. Además

descanse un poco más

- eso está muy bien.

De repente estacionamos, él sale del auto y yo voy a abrir,

cuando él me abre primero la puerta. muy caballero, pero eso hacen casi el 70%

de los hombres en las primeras citas, después se olvidan que existimos, por

Dios Carla que pensamientos más fríos (rio en mi interior). En ese momento Ale

me mira, pero esta vez más detenidamente y me dice

-Con todo respeto estás sumamente deliciosa

Me sonrojo al escuchar esas palabras, esperaba que me dijera

algo más sutil, pero fue directo al grano. Se ve que es un tipo que no tiene

miedo a decir lo que piensa. A continuación me agarra de la mano como si

fuéramos pareja y me conduce para el restaurante. Ante ese acto no supe que

hacer, realmente me desconcierta en todo lo que hace y dice.

El Restaurante era precioso, conozco casi todo en Buenos

Aires, pero este lugar nunca lo había visto, se llamaba Crystal Sky Bar y está

en lo alto, exactamente en el piso 32, de arriba se puede ver el puente de la

mujer y todo Puerto Madero iluminado, se escuchaba muy bajito a “Moby-

Porcelain”, nos ubicamos donde más nos gustara, el lugar es sin reservación,

pedimos unos fabulosos cócteles, perfectamente decorados, con rodajas de

naranjas hasta incluso flores en copones grandes. De la carta comimos shushi,

un menú que a mí me encanta. Mientras comíamos, las miradas iban y venían, él

tenía una camisa azul ajustada al cuerpo, un pantalón

de vestir color café con leche, unos zapatos marrones acordonados y un cinturón

del mismo color. Daban ganas de comérselo entero, no podía dejar de pensar en

todo lo que le podría hacer si estuviéramos a solas.

-victoria, ¿hace cuanto vives aquí?

-hace más o menos 4 años

-y ¿tienes familia?

-sí, mamá y hermanos, pero viven un poco más lejos.

-¿cuanto es más lejos?

Uff esto se estaba convirtiendo en un interrogatorio

policial y eso a mí no me conviene, comienzo a sentir nervios por su preguntas.

-a unos 40 kilómetros de aquí

-ah, no es tan lejos, ¿cómo se llama el lugar?

Yo comienzo a reír de nervios, él se me queda mirando

desconcertado y entonces le pregunto.

-¿sos policía?

-No, ¿por qué preguntas eso? Tengo pinta de serlo?

- por la forma de indagar pareciera que estoy en una sala de

interrogatorios.

Él, se larga a reír. Y mientras lo hacía me dice

-te pido disculpas, no quise hacerte sentir de esa forma.

puedo contarte sobre mi así puedo sentir la misma sensación

cuando me interrogas.

La cuestión es que no quería saber nada de él, no quiero

tener ningún tipo de relación. Lo único que pasara hoy es sexo y un adiós, pero

él no lo sabe.

-No voy a ser mala y hacerte sentir de esa manera, es por eso

que vamos a cambiar de tema y conversar de cosas que no involucre tanto acerca

de nuestras vidas privadas.

Creo que lo deje más que claro, aunque me intrigue un poco

su persona, no quiero saber nada.

Así que nos ponemos a conversar acerca del lugar y de todo

buenos aires. Para cuando terminamos de charlar, él hace la propuesta tan

esperada.

-Victoria, mujer misteriosa, ¿te gustaría ir a tomar algo a

mi casa y seguir nuestra conversación allí?

-Ale, hombre que tira los tragos, me encantaría

Nos reímos mutuamente, esto nos conectaba sin querer, ese

chiste era solo nuestro.

Nos retiramos del lugar y nos fuimos a su casa, él me toma

de la cintura mientras caminábamos hacia el auto. No pude evitar sonreír, me

gustaba esa sensación de sentir que soy de alguien, aunque sea por un momento.

Mientras íbamos en camino en la radio empezó a sonar “persiana

américa – soda stereo” y sin querer empecé a cantarla suavemente, él sonrió,

subió el volumen y entono la canción conmigo, mientras movía su cabeza.

Parecíamos dos locos salidos de un manicomio cantando a todo pulmón la canción,

siendo libres.

Llegamos a su casa y me ofrece algo de tomar, yo elijo una

cerveza y él toma un vaso de whisky. Se sienta en su living con su sillones

largo de un blanco impoluto, yo comienzo a pasearme por alrededor y veo  el equipo de sonido, él me observa, su mirada

es penetrante, yo prendo el equipo y pongo a continuación “rápido, lento-

Emilia, Tiago PZK”. Comienzo a bailar sensualmente, él se levanta y se acerca,

me toma por la cintura y baila conmigo, los roces son candentes, su respiración

a centímetros de mi  cara, me enloquece.

Yo me doy la vuelta y quedo atrapada de espalda, él me abraza, corre mi pelo

rubio y comienza a besar mi cuello, siento que entre mis piernas la humedad es

eminente, me da la vuelta y comienza devorar mi boca mientas con una mano me

sostiene la cabeza y la otra agarra toda mi cadera. Y en ese momento solo

pienso Carla estas sin escapatoria. Siento que por debajo de su pantalón su

miembro esta terriblemente hinchado, con su mano atraviesa mi blusa y se cuela

por debajo de mi vestido y amasa con todas su ganas mi cola. Yo no dudo y

comienzo a desabrochar su camisa y su cinturón, él me ayuda y se quita

todo hasta quedar en bóxer. Yo me desprendo de mi camisola y él me saca el

vestido de una. Mira con devoción el conjunto de ropa interior blanca de encaje,

se acerca brutalmente, toma mi pelo y vuelve a dejarme sin respiración con su

beso, pero esta vez su mano me desabrocha el corpiño y en un movimiento rápido

agarra todo mi seno y aprieta suavemente los pezo.nes, hasta que decide bajar y

ponerse a jugar con ellos y su lengua, yo no lo resisto más, él se da cuenta y

me alza agarrando bien mis nalgas y camina en dirección al sillón.

Al sentarse sentí aún más su equipo, se me hacía agua la boca, no dude baje y le

quite su última prenda. Caigo de rodillas frente a su miembro y comienzo mi

juego. Beso cada parte alrededor de su monumento y veo que él agarraba con

fuerza a los costados del sillón, dejo de torturarlo para darle más placer así que

lamo la punta  y comienzo a chuparlo

hasta tenerlo entero dentro de mi boca, en un movimiento saco mi lengua y lo

paso por sus pelotas y esto lo hace gemir terriblemente. De reojo él veía hacia

la ventana, es de noche y con la luz encendida dentro de la casa la ventana se

convierte en un espejo natural, así que supongo que en la posición que estoy todo mi cuerpo

está a la vista. Cuando ya no daba más, me toma por los brazos y me sube ,

me rompe la tanga con sus manos y debo confesar que eso me calentó más de lo

debido, quiere cogerme de una, pero lo paro, mi juego aún no termina, lo obligo

a que su manos agarren la parte detrás del sillón y yo me subo y con mi

compañera empiezo a jugar con la punta de su amigo erguido, él cerraba los ojos,

realmente lo estaba torturando, yo solo metía la punta y la sacaba y en un

movimiento rápido contraje toda mi cavidad amorosa por dentro y baje rápido,

haciendo que quede totalmente dentro mío, él abrió los ojos, sus pupilas se

dilataron un poco, realmente no daba más, quiso soltar el sillón y yo no lo

deje. Volví hacer el juego de punta y en otro movimiento rápido con todo

contraído baje sin dudar, él no aguanto más y me tomo por la cintura e ingreso

muy duro, sentía que el orgasmo estaba viniendo por mí y me deje llevar, acabe

con todas las ganas pero él aun quería más así que me dio vuelta dejándome en

cuatro patas sobre el sillón y me cogió desesperadamente, dejándome terriblemente

satisfecha y temblando y él terminando afuera. Nos desparramamos en el sillón

casi sin aliento. Yo no daba más mis ojos se cerraban de sueño. Él me alzo, yo

me agarre de su cuello y me llevo a su cama, dormimos como dos ángeles.