Las vidas de Ömer, Irene, Gabriella y Ezequiel se cruzarán para desatar diferentes destinos. Amor, rencor, odio y remordimientos.
Entre ellos un hombre capaz de todo para dañar a quien odia con toda su alma.
Una historia llena de cambios y cruces inesperados.
NovelToon tiene autorización de Thais Perdida para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPITULO 2
...EZEQUIEL...
Cenamos en pleno silencio, nadie dice ni una sola palabra y ni una mosca se cruza por el camino. Entonces Madison decide hablar.
– Tío, tengo algo que mostrarte –dice emocionada–. ¿No te molesta?.
– No claro que no –dice Matteo–. Anda quiero ver qué tienes para mostrarme
– Enseguida vuelvo –baja de la silla y corre a su habitación.
– ¿Que querrá mostrarme? –le pregunta a Irene.
– No lo sé –responde ella.
– ¡Volví! –dice sentándose en su lugar–. Los profes me entregaron mí boletín de calificaciones –. ¡Mira!
Matteo toma el boletín de calificaciones escolares, los mira y luego le sonríe orgulloso.
– ¡Esa es mí ahijada! –exclama Matteo–. ¡TODO DIEZ Y NUEVE!
– También les sorprendió que hayas tu trabajo –dice ella–. Cuando fuiste a la presentación de padres ellos...
– ¿Presentación de PADRES? –digo mirándolos–. ¿Por qué fuiste a una presentación de padres, Matteo?
– Aamm... yo le pedí que fuera –dice Madison bajando la mirada–. Y dijo que si
– ¿Acaso Matteo es tu padre, Madison? –digo molesto y miro a Irene–. ¿Dejaste que esto pasará?
– Ese día te llamé –dice mirándome fijamente–. Pero parece que estabas... ocupado y Matteo que ofreció a ir
– Él no es su padre –la miro fijamente.
– ¿Y tu si, Ezequiel? –pregunta arqueando las cejas–. ¿Sabes que es ser padre?
– No me vengas a... –trato de decir.
– Metí la pata de nuevo –dice Madie–. Iré a mí cuarto, buenas noches
Le da un beso en la mejilla a Matteo y sube a su habitación. La miro irse corriendo por las escaleras.
– Me voy a dormir también, creo que fue suficiente –Irene se levanta–. ¿Por qué no te vas como siempre?. Así estamos mejor. Buenas noches Matteo, gracias por venir –se levanta y se va.
– Eres un infeliz, Ezequiel –me mira–. ¿No sabes controlarte a menos con tu hija?
– ¿No tenías pensando decirme que fuiste a una reunión....?
– ¡No me reclames, hermano! –se levanta–. Irene tiene razón... no sabes cómo ser padre
También se va, dejándome solo en el inmenso comedor, aparto mí plano aún con comida, me apoyo en la silla bajando la cabeza.
Me acuesto en el sofa mirando la televisión, hasta que me quedo dormido ahí. No sé cuanto tiempo pasa cuando siento leves empujones tratando de despertarme, abro los ojos y me encuentro con una mirada verde igual a la mía, Madison.
– ¿Madison? –me acomodo–. ¿Que paso?
– ¿Hice algo malo? –pregunta con inocencia.
– ¿Algo malo? –me siento–. ¿Por qué preguntas eso?.
– Siempre estás enojado conmigo –baja la mirada–. Yo te quiero mucho, ¿por qué tu no me quieres?
– Mí padre jamás fue cariñoso conmigo o mí hermano –la miro–. Madie, lamento hacerte creer eso
– ¿Fue porque no me quisiste? –me mira–. Lamento haber nacido
– Espera... Madie –suspira–. Yo... yo si te quiero, ¿si?. Solo que no se cómo demostrarlo
– Oh... –mira hacia abajo–. Mí abuela siempre dice que los abrazos demuestran mucho
No tengo tiempo a reaccionar cuando los pequeños brazos de Madison me rodean. Un sentimiento extraño se apodera de mí, una extraña emoción me toma por sorpresa y un nudo en mi garganta se forma.
Con mis brazos también rodeo a Madison, cierro los ojos, su pequeño e indefenso cuerpo se arropa contra el mío, unas lágrimas caen por mí mejilla.
– Lo siento, hija –le digo–. No has hecho nada malo
– No te preocupes, papá –dice hundiendo su cabecita en mí cuello.
...****************...
...DOS MESES DESPUÉS...
...EZEQUIEL...
Me miró al espejo mientras me acomodo la ropa para volver a casa. Por el reflejo de este veo a Analía, mí amante
Podría decirse siempre paso las noches con ella y regreso a la mansión cuando amanece.
– ¿No puedes quedarte un poco más? –me abraza por la espalda–. Casi no pasas tiempo conmigo
– Estoy muy ocupado, Analía –digo girándome hacia ella–. Tengo que ir con mí hija
– ¿Tu hija? –se cruza de brazos–. ¿Desde cuándo te importa tu maldita hija?
– ¡CUIDADO COMO HABLAS DE ELLA! –le gritó–. No voy a permitir que insultes a mí hija
– Uff... –bufa enojada–. Esa niña podría haber sido mía
– Pero no lo es... –le digo–. ¿Desde hace cuanto tiempo dejaste de tomar los anticonceptivos para que te embarace?
– ¿Q-que...? –pregunta nerviosa–. ¿Cómo es que...?
– ¿Crees que no me di cuenta, Analía? –la miro enojado–. Y admito que yo también deje de usarlo, pero aún así... nada.
– Entonces... ¿Por qué no puedo quedar embarazada? –pregunta con sus ojos húmedos– ¿Por qué no puedo?
– No lo sé, Analía –digo–. Quizás tu...
– ¡NO! –exclama ella–. ¿Quien me dice que no eres tu?
– Analía... por favor tuve una hija –me cruzo de brazos.
– ¿Crees que sea tuya? ¿Se hicieron el examen de ADN? –me mira con enojo–. ¿Que te asegura que la mocosa es tu hija?
– ¡CIERRA LA BOCA! –grito–. ¡Me voy y no voy a volver hasta que te calmes, Analía!
...****************...
...IRENE...
Hacemos galletas con Madie quiere darle a su padre cuando llegue, me alegra que por fin se hayan arreglado, espero que dure.
– ¿Tenemos más chips de chocolate? –pregunta Madie–. Para que quede muy rico
– Un poco más y ya –le tiró más chips–. Perfecto
Entonces escuchamos el motor del auto de Ezequiel, me acerco a la ventana y lo veo bajar del auto.
– Tu padre llego –le digo a Madie.
– ¡SI! –corre a la puerta y la abre–. ¡PAPÁ!
– ¡Hola princesa! –la levanta en el aire–. ¿Cómo estás?
– Bien, estamos haciendo galletas con mamá –dice animada–. ¿Quieres probar algunas?
– Aún no están listas, acabo de meterlas en el horno –digo limpiandome las manos–. Pero hay chips de chocolate ahí
– Uy genial –dice y toma los chips–. No hay nada mejor que esto
– ¿Hoy te vas a trabajar? –pregunta Madie.
– Aamm.. si me voy a trabajar, hija –le responde–. ¿Por qué?
– ¿Puedo acompañarte? –pregunta–. Todos mis amigos a veces van a los trabajos de sus papás. ¿Puedo ir al tuyo?
– Te aviso que es muy aburrido –le dice Ezequiel.
– Mamá puede venir con nosotros –lo mira suplicante–. ¿Puede? ¿Siii...?
– Bueno... –suspira y me mira–. ¿Que dices? ¿Estás de acuerdo?.
– Claro no tengo inconveniente... –respondo.
Así hablamos un rato más, me quedé en la cocina hasta que las galletas estuvieran listas, las saque del horno dejándolas enfriar en la mesada.
Limpio todo y decido subir a cambiarme para acompañar a Madie y a Ezequiel. Pensando que está en otra habitación entro sin más y ahí me encuentro con lo que me deja helada.
Lo miro de arriba abajo mientras trago saliva. ¡Jesús Cristo! ¿Es posible estar tan bien hecho?. Desvío la mirada y me aclaro la garganta.
– ¿Aamm...? –se gira hacia mí–. ¿Que paso?.
– Lo siento pensé que estabas en la otra habitación –digo mirando un punto invisible en la pared.
– No te preocupes –se acerca a mí.
– ¡No! –lo paro en seco–. Solo venía a buscar ropa, me voy a cambiar al baño de invitados
– Tranquila, no es necesario –toma su camisa y saco–. Yo voy allá. Te espero abajo
– De acuerdo –me aparto de la puerta–. Nos vemos abajo.
Miro hacia abajo mientras sale de la habitación, por unos segundos tengo la impresión que me está mirando. Escucho cerrarse la puerta y pongo una mano en mí pecho.
¿Saben que es lo más difícil de mí vida?. Es saber que el hombre que amo no siente lo mismo por mí ni nada parecido, eso me pasa.
Me arreglo el cabello, me maquillo y me cambio, me pongo una simple falda, una remera gris y un saco color crema, acompañado de unas botas negras.
Salgo de la habitación y bajo a la sala. Subimos al auto de Ezequiel, así partimos rumbo a la empresa. Una vez que llegamos los empleados nos reciben con una sonrisa y mucha amabilidad.
– Hola a todos –dice Matteo llegando–. ¡Me alegra que estás bellas damas hayan venido aquí!
– Madie quería venir –dice Ezequiel–. Así que las traje, ¿que hay de nuevo?
– El nuevo socio acaba de llagar, está en nuestro piso –dice Matteo–. ¿Vamos?
– Claro vamos.
Ezequiel nos hace una seña para que lo sigamos así que lo hacemos. Entramos al ascensor y este sube hasta el último piso, salimos de el. Entonces escuchamos risas y vemos a un grupo de personas divirtiéndose, me quedo petrifica por quién veo.
– ¿Ömer? –susurro.
...****************...
...ÖMER LEVIENS...
Mientras me reía con unas personas que conocí en la empresa me giro para encontrarme con ella... la mujer que ame en el pasado, la mujer que aún amo.
– ¿Irene? –pregunto para mí mismo–. No puede ser
– Buenas tardes a todos –dice un hombre acercándose a nosotros–. ¿Ömer Leviens?
– A–asi es –digo mirando a Irene–. ¿Ezequiel Arduç?
– Si, mucho gusto –dice este.
– Igualmente, señor Arduç –miro a Irene–. Irene... que sorpresa
– Ömer –dice sonriendo–. No puedo creerlo después de casi diez años. Estás... aquí
– Si, tampoco puedo... –tartamudeo.
Nos abrazamos calurosamente bajo la mirada de todos los presentes. Su perfume, lo extrañe tanto, la rodeo con mis brazos como si fuera un bote salvavidas.
– Disculpen... –interrumpe el señor Arduç–. ¿Se conocen?.
– Ammm. De hecho, si nos conocemos –dice Irene alejándose de mí–. Es el mí ex novio de la preparatoria, Ömer
– ¿Tu ex novio? –pregunta Arduç sorprendido.
– Así es, Ömer... el como ya debes saber es Ezequiel, mí esposo y ella –mira a la niña–. Es mí pequeña Madison.
– Oh, tu esposo y tu hija –digo con sorpresa–. Señora Arduç, ¿quien lo diría?
– Bueno si... soy la señora Arduç –me sonríe.
...****************...
...EZEQUIEL...
¿Su ex novio? ¿¡SU EX NOVIO ES MI NUEVO SOCIO!?. Estoy tiene que ser una maldita broma.
Por la forma en la que la mira es más que obvio que sigue enamorado de ella, casi diez años y sigue enamorado de ella. Entramos a mí oficina.
– Entonces, señor Arduç –dice Ömer–. Finalmente nos conocemos en persona.
– Así es... –digo sentándome en mí sillón–. Y un emocionante reencuentro
– Jamás me imaginé esto –dice Irene–. Veo que cumpliste tu sueño de ser empresario
– Así es –le sonríe–. Y veo que cumpliste tu sueño de tener una hija y llamarla Madison.
– Como mí abuela –responde ella.
Quedé fascinada con la historia de amor de Ömer y Gabriella, en el camino encontraron traiciones,envidia de personas cercanas a ellos
pero lo resolvieron juntos 🤷♀️ vieron a sus hijos casarse, tener hijos, envejecieron hasta que murieron 😔 y en el más allá se encontrarán de nuevo ❤️
Muchas gracias y Dios la bendiga 🙏
Alessandro es otro igual a ti, quiere un imposible 🤷♀️ llegar a semejantes bajezas para conseguir una mujer por su obsesión 🤦♀️ que paguen con creces ÖMER.
Diré que le daré al tío el beneficio de la duda 🤷♀️
Quién podría ser 🤔 un socio que esté insatisfecho y le guste la esposa del socio 🤔 mejor sigo leyendo.
muchas preguntas 🤷♀️ pocas respuestas 🤦♀️