"Ser una perdida"
Ser una perdida es más que estar sin rumbo en un lugar desconocido; es dejar de seguir el camino que la sociedad, el tiempo que nos toca vivir, o nuestra propia comunidad impone. Tradicionalmente, "perderse" significa no tener dirección, estar en un espacio sin referencias. Pero también puede ser una decisión inevitable: romper con las normas y expectativas de los demás, avanzando a pesar del miedo a las etiquetas, cuando ya no queda otra opción más que buscar un camino propio.
Estar perdida es ser vista como una “loca” o incluso una “puta,” etiquetas que pocas veces se dicen en voz alta, pero se cuchichean en secreto.
Es una especie de ataque hacia las mujeres que eligen por sí mismas, que buscan libertad y autenticidad. Estar perdida es atreverse a tomar decisiones propias, aunque el mundo no las entienda. Es un acto de rebeldía y una afirmación de independencia frente al juicio de los demás, en el fondo solo buscan ser aceptadas y queridas,con sus elecciones
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capitulo 2 las apariencias engañan
A la tardecita los novios se iban a pasar la noche de bodas en una habitacion de hotel, que entre los familiares habían pago .
En el camino junto al padrino de bodas que tenía un auto propio pararon a comprar algunas cervezas.
Algo que estaba prohibido en la Colonia por sus creencias .
A la novia no le agradó para nada y mientras ella se dormía en la parte trasera del vehículo,su flamante esposo con su amigo se bebían todo lo que tenían derecho y no habían podido hacerlo durante la fiesta de bodas.
Ya no estaba tan segura de su decisión, recordaba las palabras de su amiga Raquel intentando disuadirla a no casarse tan precipitadamente.
La familia Maslov regresaba a la casa ,cubiertos por una manta abrazados dándose calor en el camino.
Menos mal habían traído más abrigos,el frío invernal quemaba hasta los huesos.
—¿Estuvo todo lindo no..? — suspiraba Raquel, resignada con no contar con una amiga soltera en toda la Colonia.
—La próxima, tal vez seas tú, ya estás en edad de casarte..— empezaba nuevamente su madre con lo mismo.
— Mamá no tengo tan siquiera un novio,mucho menos tendré un marido tan pronto.— se lo aclaraba agotada con su insistencia.
— ¡Deja a la niña en paz!!,ya te lo dije,es joven aún.— intervenía su padre.
—Todas sus amigas ya se casaron y me quedaré mas tranquila ...— intentaba que se colocara de su lado para decidir el futuro de la hija de ambos,pero la cortó.
— ¡¡Sara,ahora no !!.— no quería una pelea a esa hora.
—Tu padre esta cansado, encargate de soltar el caballo.— dijo con rabia, era una manera de castigarla y hablar a solas con su esposo para recordarle lo que era correcto.
—No estoy tan cansado.— no quería que la niña se quedara en el frío.
— Si,....estas cansado...Raquel encargate del caballo, sueltalo ,dale un balde de maíz —le ordenaba con severidad.
— Me encargo papá, no pasa nada. — los dos se alejaron entrando a la casa,mientras ella soltaba el caballo del sulky.
Seguramente querían hablar algo en privado y no deseaban que ella escuchase, siempre los respetaba.
Al regresar todo estaba en silencio, suponia que ya se habían ido a descansar.
Buscó algunas velas y también se fue a su habitación a cambiarse la ropa antes de dormir.
Tal vez pudiera leer un poco ,el libro prohibido que guardaba a escondidas de sus padres, aún no tenía sueño .
Sintió pasos y lo metió debajo de la almohada, la novela que tenía en manos, fue sustituida por la Biblia .
No quería mas peleas absurdas con su mamá .
— Raquel..— la llamaba entrando a su habitación.
— Si mamá..— se sentaba a escucharla.
— Quiero disculparme por mi actitud, solo tengo miedo que nos pase algo y dejarte sola en este mundo.
Eres nuestra única hija,no quiero presionarte.
Te prometo que hablaré con alguna colega de congregación de la capital para ver si te puede dar un lugar para quedarte como quieres.
No podemos ayudarte económicamente ,pero si quieres estudiar y te mantienes ,no voy a oponerme.— sentía que su padre había intercedido por ella,esa era su ilusión.
—Gracias mamá. —la abrazó en forma cariñosa.
— Raquel,no te duermas con la vela encendida.
¿ Que estas leyendo??.— le preguntaba con curiosidad.
— Lo de siempre mamá, la historia de Esther, sabes que me encanta.— su madre creía que debía leer otros pasajes de la Biblia donde le recordasen que les debía obediencia.
—Es una bonita historia,pero hay otras historias hermosas que deberías explorar.
Como la de mi tocaya Sara la esposa de Abraham , ella le mostró respeto y obediencia a su marido en varias ocasiones, incluso cuando Abraham tomó decisiones difíciles o arriesgadas, como dejar su tierra natal o hacerla pasar por su hermana en Egipto y la ciudad de Gerar para evitarse problemas con los gobernantes locales ,Génesis 12:10-20 y Génesis 20.
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pedro hace referencia a Sara como un ejemplo de obediencia para las esposas, destacando que llamaba a Abraham,su marido de "señor" en señal de respeto .. Pedro 3:6.
Cambia la historia que lees,como lo afirmo, hay más historias interesantes y dignas de ser leídas.— le señalaba en la biblia lo que quería que leyera.
— Está bien,cambiaré la historia entonces. — respondió sin ánimos de contrariarla en nada.
—Que descanses hija.— le daba un beso en la frente.
— Tu también mamá.— se acomodaba en la cama como para leer un poco más y no necesariamente la Biblia.
Al otro día, todo era normal,su padre quemaba algunas semillas de girasol ,sobre la plancha caliente de la cocina a leña.
Esperaba a que saliera el sol y hubiera algo de luz para ir a ordeñar las cuatro vacas que tenían.
Su esposa prepararía dulces para venderlos cuando don Maslov fuera por la reposición de los alimentos.
La señora Sara escribía en forma cuidadosa todo lo que necesitaba a medida que se iba terminado lo de la despensa.
— Raquel ,¿puedes ordeñar sola hoy??.— le preguntaba su padre.
Algo seguramente había sucedido para que se lo pidiera, nunca huía de sus responsabilidades.
—Si puedo papá, ¿ hay algún problema??.— preguntaba curiosa ,aunque dificilmente le dirían alguna cosa.
Sus padres cuando querían ocultarle algo ,solo hablaban entre ellos y en dialecto .
Eso la enojaba porque a veces lo hacían tan rápido que ella apenas podía comprender que decían.
— Solo tengo que salir.— respondió serio,buscando un abrigo y perdiéndose en el camino en su vieja bicicleta.
Su madre le alcanzó el balde y la obligó a ir a hacer las tareas aún con poca luz, no era tan comprensiva como su papá.
El viejo farol fue encendido y empezó la faena.
No era lo mismo hacerlo con su padre que hacerlo sola,hasta se tornaba monótono y aburrido.
Sara estaba con el tacho para el dulce pronto para ir al fuego .
Solo esperaba los primeros baldes de leche para empezar para empezar a preparar el dulce de leche que necesitaban para vender.
El olor a clavo de olor y canela invadia el ambiente en forma agradable, sumado al pan recién horneado que salía humeante del horno a leña de la cocina.
Sin que la vieran ,Raquel dejaba la leche y se robaba un pedazo calentito al salir.
No eran todos los días que podían comer pan blando y el de su mamá era delicioso.
Nuevamente entraba con más leche y doña Sara la miraba en forma inquisidora,se había dado cuenta que faltaban panes en las bandejas.
— Sabes que me gusta y hace días que solo como pan remojado en la leche.
Esta duro como una piedra.— protestaba en su defensa.
—Deja de quejarte,tu padre hará las compras en pocos días y ya trae más..
El pan es para el pastor Luis,prometi llevarle un poco.
Así que señorita ,deja ese pan y termina de una vez con el ordeñe.— le ordenaba quitando las bandejas de su alcance.
— Está bien mamá ya regreso.— hizo que salía y regresó a hurtadillas robando otro pedazo para desespero de su madre.
Tendría que esconderlo o no le llevaría nada al pastor al día siguiente.
Don Maslov llegaba a una portera y se bajaba de su bicicleta.
Era el campo de un vecino que no pertenecía a la iglesia y con el que compartían aguadas de un pequeño arroyo que cortaba la propiedad en una parte.
Lindaba al fondo con sus tierras y el dueño casi no venía por allí.
Se rumoreaba que estaba pasando por una situación económica difícil y que pretendían vender la propiedad.
Los Ferreira ya vivían en la Colonia cuando llegó con su padre a instalarse por allí,eran de los mayores productores de la zona.
Era una pena ver como no habían podido administrar la fortuna dejada por sus antecesores,algo inconcebible en la cabeza de Maslov.
Cerró la portera y continuó por el camino que llevaba a la casa del predio.
Aun con guantes de lana sentía las manos entumecidas por el frio.
Golpeó las manos al llegar.
— Buenos días...hay gente...—llamaba mientras continuaba golpeando las manos casi a los gritos como era la costumbre.
—Buen día, ¿a quien busca?.— lo recibia una mujer secándose las manos.
— Señora soy su vecino Maslov , busco a don Ferreira.— se quitaba el sombrero saludando con respeto.
— No estamos contratando gente ahora. — respondía la mujer pensando que a eso venía.
—No vine a pedir trabajo.
Vine por la tierra,me dijeron que piensan vender.— lo miro de arriba abajo algo confundida por su apariencia.
—Ya lo llamo.— dijo la mujer y se perdió en la casa.
Se quedó esperando con la bicicleta al lado a ser recibido.
La casa se veía buena, un poco mejor que la suya,mas amplia y con un hermoso jardín.
No mentian al respecto cuando decían que era una hermosa propiedad, como una casa de ricos.
—Maslov,amigo pase..— lo invitaba su vecino,el frio estaba terrible.
— Como le va Ferreira, me dijeron que va a vender.— le daba un apretón de manos sin entrar.
— Si ...es eso.— respondía por amabilidad ,pero no lo veia como a una persona que pudiera comprar nada.
—¿ Puedo ver la casa y los alrededores??.— preguntaba en forma segura de lo que queria.
—Si claro,no me cuesta nada .— lo paseo por todo el lugar y le pasó el precio que pretendía por la tierra y algunos animales que no podía vender por su bajo peso.
Después lo saludó con otro apretón de manos y se marchó.
—¿¿ Y ??,¿¿ va a comprar??.— le preguntaba la esposa preocupada por algunas deudas,pero sobre todo deseosa de vivir en la ciudad.
—Lo recibí por ser delicadeza.
Si todos los que vinieron en auto y camioneta no tuvieron para comprar,imagina éste ruso,¡¡pobre infeliz!! . — le decía a su mujer, sacudiendo la cabeza, mientras se metía nuevamente al lado del fuego a tomar otra grappa .
El invierno ese año estaba siendo tirano con todos y no daba señales de terminar.
Hasta las pasturas estaban quemadas por la helada y las plantas de su esposa sufrían con el clima.
Tal parece que muchacha que habló con Raquel no está dispuesta a quedarse en casa cuidando de la madre, hermanos y tía.