Un mundo de magia donde cinco alumnas tendrán el honor de aprender del brujo más poder de todos los tiempos.
Pero no todo será dulce... el destino del mundo dependerá de ellas.
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Emociones
Aparecieron varios tipos de elementales oscuros, trolls, ogros y salamandras. Todas de un tamaño y apariencia anormal. El motivo de esto fue que les dieron una poción potencializadora. Algo que la hizo perder su paz a cambio de potencia y habilidad.
Las criaturas comenzaron a atacar sin previo aviso, se lanzaron contra los profesores que fueron víctimas de su rudeza. Los mordieron, golpearon y quemaron simultáneamente.
Estos seres no atacaban con magia pero tampoco podían ser afectados por ella, los hechizos normales no servían, tenían que atacar su entorno o invocar algo que los ahuyentara. Desafortunadamente no tenían nada a la mano así que comenzaron a replegarse.
Steysi se percató de eso y junto a su equipo se quería dirigir a combatirlos, pero el líder enemigo tenía otro plan en contra de ella. Le pidió a sus asistentes que la atacaran.
De inmediato se acercaron y la rodearon. Hicieron un ritual con el que invocaron lazos negros del Inframundo. Es una planta que se da en ese lugar y sujeta a la víctima hasta quitarle su voluntad y deseo por vivir. Una planta tan poderosa que necesitaba a varios brujos para invocarla.
Lograron sujetarla por más que trató de evitarlo, pero ni con toda su fuerza lo logró y quedó sometida.
Los lazos negros hicieron su trabajo, comenzaron a drenar su voluntad y hasta su alma. La directora comenzó a ceder poco a poco hasta quedar arrodillada.
—La gran y valiente directora está de rodillas.—Dijo Selt mientras bajaba lentamente sobre la nube para quedar cerca de ella.—Es algo que esperé mucho tiempo. Por fin tu arrogancia se termina.
El brujo oscuro bajó de la nube y lo primero que hizo fue poner su pie sobre la directora en señal de humillación. Después la aplastó con todas sus fuerzas para bajarle la cabeza al suelo.
—Espero que hayas disfrutado tu reinado.—La miró fijamente.—Porque está a punto de terminar.
—Si crees que está estúpida planta me quitará la voluntad, estás equivocado.—La energía de la directora comenzó a brillar de nuevo y logró levantar la mirada quitando el pie de su cabeza.—Esta escuela es mía y la voy a proteger.
Elevó aún más su energía y dijo “liberación” tras esto una gran ráfaga de viento se liberó probando que el polvo se levantara dificultando la visión de los presentes.
Para cuándo la nube de polvo se desvaneció, pudieron ver que la directora estaba de pie y que los lazos negros se estaban quemando. Su energía era tan intensa que no la pudieron soportar.
Selt la miró sorprendido y lo hizo aún más cuando notó que algo había cambiado en ella. Ahora lucía como una mujer más grande, con muchas arrugas en la cara.
La directora ocupaba parte de su poder en ese hechizo de juventud, era un capricho que para ella valía la pena. Pero había decidido abandonar ese hechizo para poder ocupar todo su poder en la batalla, un gran sacrificio.
—No recordaba que eras una vieja.—Dijo el brujo con burla.—Ese hechizo que usas pertenece a la magia oscura que tanto odias.
—No odio la magia oscura.— Le respondió con una ligera sonrisa.—Odio a los que la usan como tú.
Ambos brujos se observaron, estaban dispuestos a enfrentarse. Todos los ahí reunidos se percataron y se alejaron. La batalla entre los dos grandes brujos estaba por comenzar.
Por otro lado la tensión aumentaba, quizá Steysi iba a controlar a Selt pero aún quedaba el problema de los elementales. Seguían avanzando descontroladamente.
En ese momento alzó la mano el padre de Luz para tomar la batuta y liderar el ataque contra ellos. Tenía un gran conocimiento de estos seres y sintió que era el indicado, además era un brujo muy talentoso.
—Cinco de ustedes síganme. — Se dirigió a los profesores, — Haremos un ritual para hundirlos en la tierra, ustedes cuatro van a distraerlos hasta que esté listo el ritual. Los demás van a seguir invocando muros de cristal para defendernos de los rayos amarillos.
Nadie tenía tiempo para dudar de las indicaciones, el plan parecía ser bueno así que todos colaboraron con el nuevo líder.
El grupo que haría el ritual se concentró en hacer un vínculo con la madre tierra, su plan era trabajar con su energía para que ella se encargara de los elementales. Trabajar con la Tierra no era fácil, exigía algunos elementos además de una energía noble. Mientras el padre de Luz lo conseguía, el resto se ocupó de limitar dónde actuaría la Tierra, tenían que guiar a los elementales hasta ahí sincronizadamente con el ritual para que al despertar de la madre naturaleza, atrapara a esos seres.
La tarea no fue sencilla, tenían que torearlos mientras se defendían de sus potentes ataques. Además el escuadrón que invocaba los cristales defensivos tenían que estar cerca para protegerlos de los rayos enemigos.
Después de unos minutos de la laboriosa tarea, el padre de Luz consiguió lo elementos y hacer el vínculo con la madre Tierra, así que con la ayuda de sus colaboradores que ya habían delimitado el terreno, inició el ritual.
Ofrecieron los elementos necesarios y el espíritu de ,a Tierra los aceptó, los succionó y de inmediato el pedazo del terreno delimitado comenzó a sacudirse. El resto de brujos llevó a los elementales hasta ese punto, quedaron atrapados en el terreno que se sacudía. La Tierra comenzó a absorberlos hacia adentro como un gran pantano. Los elementales lucharon por salir pero no lo lograron, se quedaron atrapados y fueron succionados completamente.
Cuando el último visible desapareció de su vista, cerraron el ritual y la Tierra regresó a la normalidad dejando atrapados a esos seres, lo tomaron como una victoria.
El padre de Luz bajó para constatar que todo estaba bien pero fue sorprendido por una salamandra que no había entrado en el terreno, era el único elemental que quedaba y seguía con la intención de atacar, su víctima quedó sacudida con una embestida de fuego. El padre de Luz había quedado fuera de combate y herido con las llamas de la Salamandra.
El resto de brujos lo rescataron atacando a la salamandra juntos. Lograron su objetivo pero su aliado estaba muy herido.
—Solo es una Salamandra, hagamos un hechizo de congelación entre todos.
La idea se le ocurrió a uno de los profesores quien también tenía un poco de experiencia. Los brujos le hicieron caso y atacando al mismo tiempo lograron controlar a la bestia congelándola totalmente.
Por fin habían logrado controlar la situación con los elementales, así que ahora se podían concentrar en los brujos restantes.
El brujo Selt se percató de eso y maldijo a sus aliados por perder. Su coraje le hizo elevar aún más su energía para atacar a Steysi, pero la brillante bruja repelía todos sus ataques.
Durante todo el combate entre ellos dos no hubo nadie que tomara la delantera. Estaba igualado, habían caído en un juego que se terminaría en cuanto alguien cometiera un error o al que se le acabara la energía primero.
Steysi y él lo sabían así que decidieron agotar todas sus cartas en el combate. La directora por su parte juntó toda su energía para invocar al espíritu del dragón. Un ser magistral y gigantesco que entró volando detrás de ella.
—¿Crees que eres el único capaz de invocar seres para recibir ayuda?—Dijo mientras sus ojos brillaban y su energía se conectaba con el gigantesco dragón de color rojo.
—No, pero no he terminado de invocar a mis aliados.—Comenzó a reír macabramente.
Selt sacó de su ropa una vara de plata, en ella habían marcado varios símbolos. Después mordió su mano para sangrar y rociar esa vara con su sangre. Al entrar en contacto, el objeto de plata comenzó a brillar y una nube gris salió de ella. La nube creció rápidamente hasta llegar al tamaño del dragón.
—Salgan espíritus antiguos y acabemos con esto.
De la nube comenzaron a salir espíritus con formas raras y extrañas, algunos aún sin definirse totalmente, parecían gases levitando, pero con colmillos y rostros de bestias.
—Aquí está el festín que les prometí, disfrútenlo.
Los espíritus volaron sobre todo el colegio, buscaban víctimas para alimentarse. Steysi supo reconocer el peligro y ordenó al dragón que atacara a Selt. El dragón obedeció y de su boca lanzó una ráfaga de fuego azúl, algo muy imponente.
El ataque no funcionó. Varios espíritus antiguos se interpusieron y evaporaron el ataque del dragón. El brujo Selt estaba a salvo.
La directora se estaba quedando sin energía así que no le quedó más remedio que quitar el vínculo con el dragón y este desapareció instantáneamente.
Selt aprovechó el momento y lanzó varios ataques a su contrincante. Ella los repelió pero no pudo resistir más tiempo. Los espíritus antiguos se abalanzaron hacia ella golpeándola uno tras otro hasta que cayó al suelo derrotada.
—¡Por fin, nuestra venganza está servida!—Exclamó el gran brujo.— Yo mismo la mataré.
Sus intenciones fueron bloqueadas por un enorme portal que se abrió enfrente de él. A través de ese portal cruzaron Ajaw y sus discípulas.
El gran brujo se puso en frente de Selt y dijo.
—Hola, ¿Llegamos tarde?